Joel 2:28-32
"»Después de esto,
derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán,
tendrán sueños los ancianos
y visiones los jóvenes.
En esos días derramaré mi Espíritu
aun sobre los siervos y las siervas.
En el cielo y en la tierra mostraré prodigios:
sangre, fuego y columnas de humo.
El sol se convertirá en tinieblas
y la luna en sangre
antes que llegue el día del Señor,
día grande y terrible.
Y todo el que invoque el nombre del Señor
escapará con vida,
porque en el monte Sión y en Jerusalén
habrá escapatoria,
como lo ha dicho el Señor.
Y entre los sobrevivientes
estarán los llamados del Señor."
El libro de Joel comienza con la devastación causada por una plaga de langostas, luego llama a Israel al arrepentimiento con una advertencia de que se acerca más peligro y revela la profecía sobre la futura restauración de Israel.
En Joel, Dios se refiere con frecuencia al "día del Señor". Sólo en los primeros 2 capítulos vemos esto repetido, desde ese tiempo ya se venía confirmando un día tremendo de Dios, donde todo será restaurado y Él reinará para siempre.
La profecía de Joel 2: 28-32 comienza a cumplirse en Hechos 2. De hecho, Pedro cita este pasaje. ¿Qué significa esta profecía para los creyentes de hoy?
Oración: Padre, ayúdame a vivir pensando en ese "Día del Señor". Que siempre esté listo y preparado para el gran día de tu manifestación. En el nombre de Jesús, amén.
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