jueves, 31 de agosto de 2017

ENOJO



Jonás 4:9
"Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte."


La ira no es siempre necesariamente pecaminosa, pero tiene tanta tendencia a correr salvaje que cada vez que se muestra, deberíamos cuestionar rápidamente nuestro carácter, con esta indagación: "¿Estoy enojado?" 


Puede ser que podamos responder, "SÍ". Muy a menudo el enojo es el fuego del loco, pero a veces es el fuego de Elías del cielo. Hacemos bien cuando estamos enojados con el pecado, por el mal que comete contra nuestro Dios bueno y misericordioso; o con nosotros mismos porque seguimos siendo tan necios después de tanta instrucción divina; o con otros cuando la única causa de la ira es el mal que hacen. El que no está enojado con la transgresión se hace partícipe de ella. El pecado es una cosa repugnante y odiosa, y ningún corazón renovado puede soportarlo pacientemente. 

El mismo Dios está enojado con los impíos todos los días, y está escrito en Su Palabra: "Vosotros que amáis al Señor, aborrecéis el mal". Pero a veces el enojo nos hace perder la cabeza. ¿Por qué deberíamos estar enojados con los niños, con los compañeros, con los seres queridos si no hacen lo que queremos? ¿Es una cólera tan honorable para nuestra profesión cristiana, o para glorificar a Dios? ¿Acaso no es el viejo corazón malo que busca el dominio, y no debemos resistirlo con todo el poder de nuestra naturaleza recién nacida? 

El creyente debe recordar que debe ser un conquistador en cada punto, o que no puede ser coronado. Si no podemos controlar nuestros temperamentos, ¿qué ha hecho la gracia para nosotros? 

No debemos hacer de la debilidad natural una excusa para el pecado, sino que debemos ir a la cruz y orar al Señor para crucificar nuestros ánimos y renovarnos con la mansedumbre de su imagen.

miércoles, 30 de agosto de 2017

A LA IGLESIA



1 Corintios 1:2
"A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro."


La ciudad del gran Rey es un lugar de servicio activo. Las almas rescatadas le sirven día y noche en su templo. Nunca cesan de cumplir el buen gusto de su Rey. Siempre "descansan", en lo que respecta a la facilidad y la ausencia de cuidado. Y nunca "descansan" en el sentido de indolencia o inactividad. La Jerusalén de oro es el lugar de comunión con todo el pueblo de Dios. Nos sentaremos con Abraham, Isaac y Jacob, en eterna comunión. Mantendremos conversación alta con el noble ejército de los elegidos, todos reinando con El que por su amor y su poderoso brazo los ha traído a salvo a casa. 


No cantaremos solos, pero en coro alabaremos a nuestro Rey. El cielo es un lugar de victoria. Tú que has logrado una victoria sobre tus lujurias tienes en esa hora un anticipo de la alegría que te espera cuando te encuentres más que vencedor por medio de aquel que te amó. El paraíso es un lugar de seguridad. Cuando gozas de la plena seguridad de la fe, tienes la promesa de esa seguridad gloriosa que será tuya cuando seas un perfecto ciudadano de la Jerusalén celestial. 

¡Oh, mi dulce hogar, Jerusalén, feliz puerto de mi alma! Gracias, ahora mismo, a Aquel cuyo amor me ha enseñado a anhelarte. 

"Mi alma ha probado las uvas, Y ahora anhela ir donde mi querido Señor su viña mantiene y donde todos los racimos crecen."

"Sobre la vid verdadera y viva, mi alma festejará, y gozaré de un banquete en el fruto divino, seré un huésped eterno en su casa." Aleluya.

martes, 29 de agosto de 2017

PADRE, HIJO, ESPÍRITU SANTO




Judas 1:1-2
"Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo, a los llamados, santificados en Dios Padre, y guardados en Jesucristo:
Misericordia y paz y amor os sean multiplicados."


Es necesario destacar la unión de las Tres Personas Divinas en todos sus actos de gracia. Cuán imprudentemente hablan aquellos creyentes que hacen preferencias en las Personas de la Trinidad: Que piensan en Jesús como si Él fuera la encarnación de todo lo bello y amoroso, mientras que al Padre lo consideran severamente justo, pero carente de bondad. Igualmente equivocados están aquellos que magnifican el decreto del Padre, y la expiación del Hijo, pero desprecian la obra del Espíritu Santo. 


En las obras de gracia ninguna de las Personas de la Trinidad actúa aparte del resto. Están tan unidos en sus hechos como en su esencia. En su amor hacia los elegidos son uno, y en las acciones que fluyen de esa gran fuente central todavía están indivisibles. Especialmente debemos notar esto en el asunto de la santificación. Aunque erróneamente podamos hablar de la santificación como obra del Espíritu, debemos tener cuidado de que no la vemos como si el Padre y el Hijo no tuvieran parte en ella. Es correcto hablar de santificación como obra del Padre, del Hijo y del Espíritu. 

Todavía dice Jehová: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza", y así somos "su obra, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios ha ordenado antes de que anduviéramos en ellas". Veamos el valor que Dios establece en la verdadera santidad, ya que las Tres Personas en la Trinidad son representadas como colaboradores para producir una Iglesia sin "mancha, sin arruga, o cosa semejante". 

Y tú, creyente, como seguidor de Cristo, también debes fijar un alto valor en la santidad, sobre la pureza de la vida y la piedad de la conversación. Valora la sangre de Cristo como el fundamento de tu esperanza, pero nunca hables despectivamente de la obra del Espíritu que es  la herencia de los santos en luz. 

Hoy vivamos para manifestar la obra del Dios Trino en nosotros.

lunes, 28 de agosto de 2017

DE ESTO CONTAREMOS A NUESTROS HIJOS



Joel 1:3
"De esto contaréis a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra generación."


De esta manera sencilla, por la gracia de Dios, un testimonio vivo de la verdad siempre debe ser mantenido vivo en la tierra: los amados del Señor deben entregar su testimonio del evangelio y el pacto a sus herederos, y éstos nuevamente a sus descendientes siguientes. 


Este es nuestro primer deber: debemos comenzar en el hogar, con la familia. Es un mal predicador el que no comienza su ministerio en casa. Enseñar a nuestros hijos es un deber personal, no podemos delegarla en los maestros de la escuela dominical ni en otras ayudas amistosas. Éstos pueden ayudarnos, pero no pueden librarnos de la sagrada obligación. Las madres y los padres deben, como Abraham, mandar a sus casas en el temor de Dios, y hablar con sus descendientes acerca de las maravillas del Altísimo. La enseñanza de los padres es un deber natural, ¿quién se siente tan a gusto para mirar al bienestar del niño como quien es el autor de su ser real? Negar la instrucción de nuestra descendencia es peor que brutal. 

La enseñanza familiar es necesaria para la nación, para la propia familia y para la iglesia de Dios. Que los padres despertaran a un sentido de la importancia de este asunto es nuestro deseo hoy. Es un deber agradable hablar de Jesús a nuestros hijos e hijas, y más aún porque a menudo ha demostrado ser una obra aceptada, porque Dios ha salvado a los niños a través de las oraciones y amonestaciones de los padres. 

Que todas las casas a las que llegue hoy esta pequeña reflexión honren al Señor y provoquen su sonrisa por medio de la instrucción de Su Palabra a sus hijos. Así sea.

domingo, 27 de agosto de 2017

FORTALECIDOS


1 Pedro 5:10
"Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca."


Tú has visto el arco del cielo que atraviesa la llanura: gloriosos son sus colores, y raros sus matices. Es hermoso, pero, por desgracia, pasa, y cuando menos nos imaginamos, ya no está. Los colores justos ceden paso a las nubes lanosas, y el cielo ya no es brillante con las tintas del cielo. No está establecido. ¿Cómo puede ser? Un espectáculo glorioso compuesto por rayos solares transitorios y gotas de lluvia pasajeras, ¿cómo puede subsistir? 


El carácter cristiano no debe parecerse al arco iris en su belleza transitoria, sino que, por el contrario, debe establecerse y permanecer. Busca, oh creyente, que todo bien que tengas sea una cosa perdurable. Que tu carácter no sea un escrito sobre la arena, sino una inscripción sobre la roca. Que tu fe no sea un "tejido sin fondo de una visión", sino que sea construida de material capaz de soportar ese terrible fuego que consumirá la madera, el heno y el rastrojo del hipócrita. 

Que seas arraigado y fundado en el amor. Que tus convicciones sean profundas, tu amor real, tus deseos serios. Que toda tu vida esté tan establecida, que todas las ráfagas del infierno y todas las tormentas de la tierra nunca te puedan quitar el gozo. Pero nota cómo se gana esta bendición de ser "establecido en la fe". Las palabras del apóstol nos señalan al sufrimiento como el medio empleado: "Después de eso habéis sufrido por un tiempo". 

No sirve de nada esperar que estemos bien arraigados si no pasan vientos fuertes sobre nosotros. Esos temblores en la raíz del roble, y esos extraños giros de las ramas, todos hablan de las muchas tormentas que lo han barrido, y son también indicadores de la profundidad en que las raíces han forzado su camino. 

Así es que el cristiano se hace fuerte, y firmemente arraigado por todas las pruebas y tormentas de la vida. No retrocedas, pues, de los tempestuosos vientos de juicio, sino recibe consuelo, creyendo que por su disciplina Dios está cumpliendo esta bendición para ti.

sábado, 26 de agosto de 2017

DÍA Y NOCHE



Génesis 1:5
"Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día."


Esto es algo notable, pero tiene una analogía exacta en la experiencia espiritual. En todo creyente hay tinieblas y luz, y sin embargo no debe ser nombrado pecador porque hay pecado en él, pero debe ser nombrado santo porque posee cierto grado de santidad. Esto será un pensamiento muy reconfortante para aquellos que están de luto por sus debilidades y que preguntan: "¿Puedo ser un hijo de Dios mientras hay tanta oscuridad en mí?" 


Sí; porque tú, como el día, no tomas tu nombre desde la tarde, sino desde la mañana. Y en la Palabra de Dios se habla de ti como si fueses ahora perfectamente santo como lo serás pronto. Nosotros somos llamados hijos de la luz, aunque todavía hay oscuridad en nosotros. Tú eres nombrado después de lo que es la cualidad predominante a la vista de Dios, que un día será el único principio restante. Observa que la noche viene primero después de haber sido creado el día y la noche. Naturalmente somos oscuridad primero en orden de tiempo, y la penumbra es a menudo la primera en nuestra aprensión lúgubre, que nos lleva a gritar en profunda humillación, "Dios sé misericordioso conmigo, soy pecador". 

El lugar de la mañana viene después, cuando amanece y cuando la gracia supera la naturaleza. Lo que es primero, cede a su debido tiempo hasta el final... Pero nada viene después de lo último. Así que, cuando te sientas en oscuridad, cuando te sientas que has fallado recuerda volver a Dios y permite que la luz de la gracia de Dios te iluminen y te haga seguir trabajando sin decanso en el reino de Dios.

viernes, 25 de agosto de 2017

CIUDADANOS DEL CIELO


Efesios 2:19
"Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios."


¿Qué se entiende por ser ciudadanos Del cielo? Significa que estamos bajo el gobierno del cielo. Cristo el rey del cielo reina en nuestros corazones. Nuestra oración diaria es: "Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo". 


Las proclamaciones emitidas desde el trono de gloria son recibidas libremente por nosotros: los decretos del Gran Rey que alegremente obedecemos. Entonces, como ciudadanos de la Nueva Jerusalén, compartimos los honores del cielo. La gloria que pertenece a los santos beatificados nos pertenece, porque ya somos hijos de Dios, ya príncipes de la sangre imperial. Ya llevamos el manto inmaculado de la justicia de Jesús. Ya tenemos ángele y santos como nuestros compañeros, y una corona de inmortalidad. Compartimos los honores de la ciudadanía, porque hemos venido a la asamblea general y a la Iglesia del primogénito cuyos nombres están escritos en el cielo. 

Como ciudadanos, tenemos derechos comunes a toda la propiedad del cielo. Nuestras son sus puertas de perlas y paredes de crisólito. La luz azur de la ciudad que no necesita vela ni luz del sol. El río de las aguas de la vida, y los doce frutos que crecen en los árboles plantados en sus orillas. No hay nada en el cielo que no nos pertenezca. "Cosas presentes, o cosas por venir", todas son nuestras. También como ciudadanos del cielo disfrutamos de sus delicias. ¿Se regocijan allí los pecadores que se arrepienten, los pródigos que han regresado? Nosotros también. ¿Cantan las glorias de la gracia triunfante? Hacemos lo mismo. ¿Lanzan sus coronas a los pies de Jesús? Tales honores nosotros lo hemos puesto allí también.

También miramos y anhelamos su aparición. Si, pues, somos ciudadanos del cielo, que nuestro andar y nuestras acciones sean coherentes con nuestra alta dignidad.

jueves, 24 de agosto de 2017

¿LUZ O TINIEBLAS?



Génesis 1:4
"Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas."


Un creyente tiene dos principios en el trabajo que se hace dentro de él. En su estado natural sólo estaba sujeto a un principio, que era la oscuridad. Ahora la luz ha entrado, y los dos principios están en desacuerdo. En el capítulo 7 de Romanos, veamos las palabras del apóstol Pablo: "
Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.". ¿Cómo se produce este estado de cosas? 

"El Señor separó la luz de las tinieblas". La oscuridad, por sí misma, es silenciosa e imperturbable, pero cuando el Señor envía a la luz, hay un conflicto, porque uno está en oposición al otro: un conflicto que nunca cesará hasta que el creyente sea completamente uno con el Señor.  Tan pronto como el Señor da a cualquier hombre luz, él procede a separarse de la oscuridad alrededor. Se separa de una religión meramente mundana de ceremonias exteriores, porque nada menos que el evangelio de Cristo lo satisfará ahora, y se retira de la sociedad mundana y divertidas frívolas, y busca la compañía de los santos, porque "sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos ". 

La luz se reúne a sí misma, y ​​la oscuridad a sí misma. Lo que Dios ha dividido, no tratemos jamás de unirlo; pero como Cristo salió del campamento, llevando su oprobio, salgamos de los actos impíos y seamos un pueblo peculiar. Él era santo, inofensivo, sin mancha, separado del pecado. Y, como él era, así debemos ser nosotros: inconformes con el mundo, disidentes de todo pecado, y distinguidos del resto de la humanidad por nuestra semejanza con nuestro Maestro.

miércoles, 23 de agosto de 2017

NO OLVIDES NINGUNO DE SUS BENEFICIOS



Salmos 103:2
"Bendice, alma mía, a Jehová,
Y no olvides ninguno de sus beneficios."


Es una ocupación deliciosa y provechosa ver la mano de Dios en la vida de los antiguos santos y observar su bondad al cuidarlos, su misericordia en perdonarlos y su fidelidad en guardar su pacto con ellos. 


Pero, ¿no sería aún más interesante y provechoso para nosotros ver la mano de Dios en nuestras propias vidas? ¿No debemos mirar nuestra propia historia como por lo menos tan llena de Dios, llena de su bondad y de su verdad, como prueba de su fidelidad y veracidad, como la vida de cualquiera de los santos que han estado antes? 

"Culpamos" a nuestro Señor como injusto cuando suponemos que Él, que realizó todos sus actos poderosos, y se mostró fuerte para aquellos en los primeros tiempos, no hace maravillas o se ocupa de los que están ahora sobre la tierra. Revisemos nuestras propias vidas. Ciertamente en ella podemos descubrir algunos incidentes felices, refrescándonos y glorificando a nuestro Dios. 

¿No has tenido liberaciones? ¿No has pasado por los ríos, apoyado por la presencia divina? ¿Has caminado sin incendios ilesos? ¿No has tenido manifestaciones? ¿No has tenido favores? El Dios que dio a Salomón el deseo de su corazón, ¿nunca te ha escuchado y ha respondido a tus peticiones? Ese Dios de generosidad prodigiosa, de quien David cantó, "¿Quién satisface tu boca con las cosas buenas?", ¿No te ha saciado y te ha proveido? ¿Nunca te ha hecho acostarte en pastos verdes? ¿Nunca te ha conducido por las aguas tranquilas? 

Ciertamente la bondad de Dios ha sido la misma para nosotros que para los santos de antaño. Vamos, entonces, a cantar de sus misericordias en una canción. Tomemos el oro puro de agradecimiento y las joyas de alabanza y hagamos otra corona para la cabeza de Jesús. Que nuestras almas den música tan dulce y estimulante como la del arpa de David, mientras alabamos al Señor cuya misericordia perdura para siempre.

martes, 22 de agosto de 2017

GUÍAME, SEÑOR



Salmos 25:5
"Encamíname en tu verdad, y enséñame,
Porque tú eres el Dios de mi salvación;
En ti he esperado todo el día."


Cuando el creyente ha comenzado con pies temblorosos a caminar en el camino del Señor, pide ser conducido todavía hacia adelante como un niño sostenido por la mano con ayuda de sus padres, y él anhela ser instruido más adelante en el alfabeto de la verdad. 


La enseñanza experimental es la carga de esta oración. David sabía mucho, pero sentía su ignorancia y deseaba estar todavía en la escuela del Señor: cuatro veces en dos versos, él solicita una beca en el colegio de la gracia. Era bueno para muchos profesores que, en lugar de seguir sus propios caminos y recortar nuevos caminos de pensamiento, buscaran los buenos viejos caminos de la verdad de Dios y suplicaban al Espíritu Santo que les diera entendimientos santificados y espíritus enseñables. "Porque tú eres el Dios de mi salvación". Jehová es el autor y el procurador de la salvación a su pueblo. 

Lector, ¿es Él el Dios de tu salvación? ¿Encuentras en la elección del Padre, en la expiación del Hijo, y en la vivificación del Espíritu, todos los fundamentos de tus esperanzas eternas? Si es así, puede usar esto como un argumento para obtener más bendiciones. Si el Señor ha ordenado salvarnos, ciertamente no se negará a instruirnos en sus caminos. Es una cosa feliz cuando podemos dirigirnos al Señor con la confianza que David manifiesta aquí, que nos da un gran poder en la oración y el consuelo en la prueba. "En ti espero todo el día." La paciencia es la justa hija de la fe. 

Esperamos alegremente cuando estemos seguros de que no esperaremos en vano. Es nuestro deber y nuestro privilegio esperar al Señor en servicio, en adoración, en esperanza, en confianza todos los días de nuestra vida. 

No nos cansaremos de esperar a Dios si recordamos cuánto tiempo y cuán amorosamente nos esperó una vez.

lunes, 21 de agosto de 2017

SALTOS DE FE



2 Corintios 5:7
"Vivimos por fe, no por vista"


¿Dónde está la fortaleza secreta de la fe? Ella estudia lo que es la promesa: una emanación de la gracia divina, un desbordamiento del gran corazón de Dios. La fe dice: "Mi Dios no podría haber dado esta promesa, excepto por amor y gracia, por lo tanto, es muy seguro que su Palabra se cumplirá". La fe piensa: "¿Quién dio esta promesa?" No considero tanto su grandeza sino quién es el autor de ella. 


Recuerda que Dios no puede mentir. Es Dios omnipotente, Dios inmutable; y por lo tanto concluye que la promesa debe ser cumplida. La fe también considera la increíble obra de Cristo como una clara prueba de la intención del Padre de cumplir su palabra. "El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó libremente por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?" Además, la fe mira al pasado, porque sus batallas la han fortalecido y sus victorias le han dado valor. Recuerda que Dios nunca ha fallado. Recuerda tiempos de gran peligro, cuando llegó la liberación; horas de terrible necesidad y de flaqueo espiritual, pero también recuerda cómo vino la salida y la liberación divina.

Después de analizar lo que la fe recuerda y afirma... podemos estar convencidos de que "¡Seguramente la bondad y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida!"

domingo, 20 de agosto de 2017

¡VIVE!



Ezequiel 16:6
"Y yo pasé junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en tus sangres te dije: !!Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus sangres: !!Vive!"


En el texto de hoy, percibimos a un pecador sin nada en él sino el pecado, no esperando otra cosa que la ira. Pero el Señor eterno pasa por su gloria. Él mira, hace una pausa, y pronuncia la palabra solitaria pero real, "Vive". 


Habla Dios. ¿Quién sino Él podría aventurarse así a tratar con la vida y dispensarla con una sola sílaba? Una vez más, este gesto de misericordia es incomprensible. Cuando dice "Vive", incluye muchas cosas. Aquí está la vida judicial. El pecador está listo para ser condenado, pero el Poderoso dice: "Vive", y él se levanta perdonado y absuelto. Es la vida espiritual. No conocíamos a Jesús - nuestros ojos no podían ver a Cristo, nuestros oídos no podían oír su voz - pero Jehová dijo "Vive", y fuimos vivificados quienes estábamos muertos en delitos y pecados. 

Además, incluye la vida de gloria, que es la perfección de la vida espiritual. Dijo "Vive", y esa palabra se repite a través de todos los años hasta que venga la muerte, y en medio de las sombras de la muerte, la voz del Señor todavía se escucha, "¡Vive!" En la mañana de la resurrección es esa misma voz que repite el arcángel: "Vive", y mientras los santos espíritus se elevan al cielo para ser benditos para siempre en la gloria de su Dios, está en el poder de esta misma palabra, "Vive". 

Nótese otra vez que es un mandato irresistible. Saulo de Tarso está en el camino de Damasco para detener a los santos del Dios vivo. Se oye una voz del cielo y se ve una luz sobre el brillo del sol, y Saulo clama: "Señor, ¿qué quieres que haga?" Este mandato es un mandato de gracia gratuita. Cuando los pecadores son salvos, es solamente y únicamente porque Dios lo hará para magnificar su gracia libre, no comprada, no deseada. 

Mostremos gratitud por medio de vidas serias, como Cristo, y como Dios nos ha ordenado que vivamos. Aprovechemos la vida que Él nos da y nos manda a vivir. Así sea.

sábado, 19 de agosto de 2017

ORACIÓN



1 Tesalonicenses 5:25
"Hermanos, orad por nosotros."


Este día queremos refrescar la memoria del lector sobre el tema de la oración por los ministros, e imploramos sinceramente a todas las familias cristianas que concedan la ferviente petición por aquellos que tienen a su cargo una congregación. Hermanos, toda obra que se hace en nombre de Dios es solemnemente trascendental, involucrando a miles de personas. 


Una responsabilidad muy pesada descansa sobre los líderes y ministros, y Dios pedirá cuentas de cada uno de sus actos. Como oficiales en el ejército de Cristo, estamos llamados a apoyar en oración, en interseción por todos aquellos que lideran. Esa vocación es sumamente atacada, y muchos han caído. Por lo tanto, queridos amigos, intercedamos por ellos ante nuestro Dios. 

Pidamos hoy entonces, una y otra vez, que ellos y nosotros seamos los vasos de barro en los cuales el Señor pueda poner el tesoro del evangelio. Que cada vez existan menos escándalos y más ejemplos de amor, servicio y misericordia. En el nombre de Jesús, así sea.

viernes, 18 de agosto de 2017

HAZME ENTENDER...



Job 13:23
"¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo?
Hazme entender mi transgresión y mi pecado."


¿Alguna vez has puesto en la balanza y considerado lo grande que es el pecado del pueblo de Dios? Piensa cuán odiosa es tu propia transgresión, y descubrirás que no hay pecado tan doloroso como el que lo comete un hijo de Dios. 


Intenta multiplicar esto, el pecado de uno solo, por la multitud de los redimidos, "un número que nadie puede contar", y tendrás alguna concepción de la gran masa de la culpa del pueblo por el cual Jesús derramó su sangre. Pero llegamos a una idea más adecuada de la magnitud del pecado por la grandeza del remedio proporcionado. Es la sangre de Jesucristo, el único y bien amado Hijo de Dios. ¡El hijo de Dios! ¡Ángeles lanzan sus coronas delante de Él! Todas las sinfonías del cielo rodean su glorioso trono. Cantan: "Dios sobre todos, bendito para siempre, Amén". Y sin embargo, Él toma sobre sí la forma de un siervo, y es azotado y traspasado, magullado y desgarrado, y por fin muerto. Ya que nada más que la sangre del Hijo encarnado de Dios podría hacer expiación por nuestras ofensas. 

Ninguna mente humana puede estimar adecuadamente el valor infinito del sacrificio divino, porque grande como es el pecado del pueblo de Dios, la expiación que lo quita es inconmensurablemente mayor. Por lo tanto, el creyente, aun cuando el pecado ruge como un diluvio negro, y el recuerdo del pasado es amargo, puede estar de pie ante el trono ardiente del Dios grande y santo, y gritar: "¿Quién es el que condena? 

Mientras que el recuerdo de nuestro pecado nos llena de vergüenza y tristeza, al mismo tiempo hace que sea una oportunidad para mostrar el brillo de la misericordia. La culpa es la noche oscura en la que la bella estrella del amor divino brilla con esplendor sereno.

jueves, 17 de agosto de 2017

SIN TEMOR DEL MAL



Proverbios 1:33
"Mas el que me oyere, habitará confiadamente
Y vivirá tranquilo, sin temor del mal."


El amor divino se manifiesta cuando resplandece en medio de los juicios. Es esa estrella solitaria que sonríe a través de las fisuras de las nubes que traen los truenos. Brillante es el oasis que florece en el desierto de la arena. Así de justo y brillante es el amor en medio de la ira. 


Cuando los israelitas provocaron al Altísimo por su continua idolatría, Él los castigó con la retención de rocío y lluvia, de modo que su tierra fue visitada por una gran hambruna. Pero mientras hacía esto, se ocupó de que sus propios escogidos estuvieran seguros. Si todos los arroyos estaban secos, había uno reservado para Elías. Y cuando eso fallaría, Dios todavía le tendría un lugar de sustento.  Y en estos tiempos, no sólo tiene un "Elías", sino que tiene un remanente según la elección de la gracia, y que nunca va a dejar que mueran de hambre. 

Deja que los terremotos sacudan la tierra sólida, que los cielos mismos se partan en dos, pero en medio del naufragio de este mundo el creyente está tan seguro como en la hora más tranquila de descanso. Estemos seguros, pues, cuando oigamos hablar de guerras y rumores de guerras. No te angusties en las agitaciones, sino que permanece en silencio sin temor al mal. 

En todo lo que viniere sobre la tierra, tú, bajo las amplias alas de Jehová, estarás seguro. Permanece en su promesa. Descansa en su fidelidad, y desafía al futuro más negro, porque no hay nada en Él terrible para ti. Tu única preocupación debe ser mostrar al mundo la bendición de escuchar la voz de la sabiduría. La que viene de Él.

miércoles, 16 de agosto de 2017

FORTALEZA ETERNA



Isaías 26:4
"Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos."


Viendo que tenemos tal Dios en quien confiar, descansemos sobre Él con toda nuestras cargas. Expulsemos resueltamente toda incredulidad, y esforcémonos por deshacernos de las dudas y los temores, que tanto desalientan nuestro consuelo, y así no habrá ninguna excusa para el temor si Dios es el fundamento de nuestra confianza. 


Un padre amoroso se sentiría muy triste si su hijo no pudiera confiar en él. Y cuán poco generoso, cuán desagradable sería nuestra conducta si confiáramos tan poco en nuestro Padre celestial que nunca nos ha fallado y que nunca lo hará. Sería muy bueno si las dudas fueran desterradas de la casa de Dios, pero lamentablemente la vieja incredulidad es tan ágil hoy en día como cuando el salmista preguntó: "¿Su misericordia se ha ido para siempre?, ¿no será más favorable?" David, el mismo que había dicho una vez: "No hay nadie como Él", el que había probado una vez en la hora de su victoria juvenil, tuvo también momentos de duda y desconfianza. Pero lo cierto es que no hay roca como la roca de Jacob. No hay nada que se compare a Él en todo el universo.

Hemos estado en muchas pruebas, pero nunca hemos sido echados donde no pudiésemos encontrar en nuestro Dios todo lo que necesitábamos. Seamos alentados a confiar en el Señor para siempre, asegurando que su fuerza eterna será, como ha sido, nuestro socorro y fortaleza para siempre.

martes, 15 de agosto de 2017

LLAMADOS A SER SANTOS



Romanos 1:7
"A todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo."


Somos muy propensos a considerar a los predicadores o líderes religiosos como si fuesen "santos" de una manera más especial que los otros hijos de Dios. Todos a quienes Dios ha llamado por Su gracia, realmente han sido santificados por Su Espíritu... Pero somos dados a considerar a los líderes como seres extraordinarios, apenas sometidos a las mismas debilidades y tentaciones que nosotros mismos. Sin embargo, al hacerlo, nos olvidamos de esta verdad: Que cuanto más cerca vive un hombre de Dios, más intensamente tiene que llorar por su propio corazón maligno. Y cuanto más su Maestro le honra en sus privilegios, tanto más el mal de la carne le debe fastidiar y tratar de evitarla día a día.


El hecho es que, si hubiéramos visto al apóstol Pablo, lo hubiéramos considerado notablemente como parte de una familia escogida, y si hubiéramos hablado con él, seguramente hubiésemos dicho: "Encontramos que su experiencia es superior a la de nosotros, pero tiene las mismas pruebas que soportar". No veamos, pues, a los antiguos santos como exentos de enfermedades o pecados. Y no los consideremos con esa reverencia mística que casi nos hará idólatras. Su santidad es alcanzable incluso por nosotros. Somos llamados a ser santos por esa misma voz que los obligó a su alta vocación. 

Es deber de un cristiano obligarse a entrar en el círculo íntimo de la santidad. Y si estos santos fueron superiores a nosotros en sus logros, como ciertamente lo fueron, sigámoslos. Emulemos su ardor por las Escrituras y santidad. Tenemos la misma luz que ellos tenían, la misma gracia es accesible para nosotros, y ¿por qué debemos descansar satisfechos hasta que los hayamos igualado en el carácter celestial? 

Vivían con Jesús, vivían para Jesús, por lo tanto crecieron como Jesús. Vivamos por el mismo Espíritu como ellos lo hicieron, "mirando a Jesús", y nuestra santidad pronto será visible. Así sea.

lunes, 14 de agosto de 2017

EL LIMPIO DE MANOS



Salmos 24:4
"El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha elevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño."


La santidad práctica externa es una marca muy preciosa de la gracia. Es de temer que muchos profesores hayan pervertido la doctrina de la justificación por la fe de tal manera que traten las buenas obras con desprecio... Si nuestras manos no están limpias, lavémoslas en la preciosa sangre de Jesús, y así levantemos manos puras a Dios. Pero las "manos limpias" no serán suficientes, a menos que estén conectadas con "un corazón puro". 


La verdadera religión es una suma de creer y hablar más trabajar. Podemos lavar el exterior de la copa y el plato todo el tiempo que nos plazca, pero si las partes interiores están sucias, estamos completamente sucios a los ojos de Dios, porque nuestros corazones son más verdaderamente nosotros mismos de lo que son nuestras manos. La vida misma de nuestro ser radica en la naturaleza interior y, por tanto, en la imperiosa necesidad de pureza interior. Los puros de corazón verán a Dios, todos los demás serán murciélagos ciegos.
El hombre que nace para el cielo "no ha elevado su alma a la vanidad". El mundano eleva su alma en delicias carnales, que son meras vanidades vacías; pero el santo ama cosas más sustanciales. Como Josafat, que fue levantado en los caminos del Señor por su pureza en el interior. 


El que está contento con las cáscaras, será contado con los cerdos. ¿Te satisface el mundo? Entonces tienes tu recompensa y porción en esta vida. No conocerás otra alegría al terminar esta vida, así que ten cuidado.
Lector, ¿el texto que tenemos ante nosotros te condena, o esperas subir al monte del Señor? ¡Que Dios nos ayude para que podamos cada día levantar manos puras!

domingo, 13 de agosto de 2017

SU PALABRA ES VERDAD




Juan 17:17
"Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad."


La santificación comienza en la regeneración. El Espíritu de Dios infunde en el hombre ese nuevo principio vivo por el cual se convierte en "una nueva criatura" en Cristo Jesús. Esta obra, que comienza en el nuevo nacimiento, se lleva a cabo de dos maneras: la mortificación, mediante la cual los deseos de la carne son sometidos y mantenidos bajo el control de Jesús, y la vivificación, por medio de la cual la vida que Dios ha puesto en nosotros se hace como un pozo de agua que brota que nos acompañará por la eternidad. 


Esto se lleva a cabo todos los días en lo que se llama "perseverancia", es un proceso en el cual el cristiano se conserva y sigue en un estado de gracia, y se hace abundar en buenas obras para la alabanza y la gloria de Dios. Y culmina o llega a la perfección, en "gloria", cuando el alma, siendo purificada a fondo, es llevada para morar con seres santos a la derecha de la Majestad en lo alto. Pero mientras que el Espíritu de Dios es, por tanto, el autor de la santificación, existe una actividad visible diaria que no debe ser olvidada. "Santifícalos", dijo Jesús, "por tu verdad: tu palabra es verdad". 

Los pasajes de la Escritura que demuestran que el instrumento de nuestra santificación es la Palabra de Dios son muchos. El Espíritu de Dios trae a nuestra mente los preceptos y doctrinas de la verdad, y los aplica con poder. Éstos son oídos por nosotros, y siendo recibidos en el corazón, trabajan en nosotros para querer y hacer la buena voluntad de Dios. 

La verdad es santificadora, y si no escuchamos o leemos la verdad, no creceremos en la santificación. Sólo progresamos en la vida sana a medida que avanzamos en la comprensión de la palabra de Dios. "Tu palabra es lámpara para mis pies y luz para mi camino". Mantén firme la verdad que aprendas, porque al sostener la verdad serás santificado por el Espíritu de Dios.

sábado, 12 de agosto de 2017

SUFRIR Y REINAR




2 Timoteo 2:12
"Si sufrimos, también reinaremos con Él;
Si le negáremos, él también nos negará."


Amado amigo, ¿confías solamente en Jesús? Si no es así, aún estás a tiempo de hacer de Él tu única fuente de seguridad, ya que es el que permanece eternamente. Muchos piensan que Él les falla porque acá en la tierra sufren. Pero la verdad es que si somos imprudentes e inconscientes de las verdades espirituales, lo más seguro es que suframos de más en este mundo caído.


Si dejamos que la pasión tome el lugar del juicio, y la auto-voluntad reine en lugar de la autoridad de las Escrituras, pelearemos las batallas del Señor con las armas del diablo, y si nos cortamos los dedos no debemos sorprendernos. Nuevamente, en los problemas que vienen sobre nosotros como resultado del pecado, no debemos ni imaginar que estamos sufriendo con Cristo o por Él. Cuando Miriam habló mal de Moisés, y la lepra la contaminó, ella no estaba sufriendo por Dios. Además, el sufrimiento que Dios acepta que sus hijos pasen deben tener como fin la gloria de Dios. 

Si me esfuerzo y sufro por cosas que me hagan ganar un nombre o ganar aplausos, no obtendré otra recompensa que la del fariseo. Es también necesario que el amor a Jesús, y el amor a sus elegidos, sean siempre el detonante de toda nuestra paciencia. Debemos manifestar el Espíritu de Cristo en mansedumbre, humildad y perdón. Busquemos y veamos si verdaderamente sufrimos con Jesús. Y si sufrimos así, ¿cuál es nuestra "ligera aflicción" en comparación con reinar con Él para siempre? 

Oh, es tan bendecido estar en el horno del sufrimiento con Cristo, tanto así que si no hubiese recompensa futura, podríamos considerarnos felices por compartir sufrimientos con Él. Pero como la recompensa es tan eterna, tan infinitamente más de lo que teníamos derecho a esperar, ¿no tomaremos la cruz con prisa, y seguiremos nuestro camino regocijándonos?

viernes, 11 de agosto de 2017

VACAS GORDAS Y VACAS FLACAS



Génesis 41:4
"...y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó Faraón."


El sueño del faraón ha sido con demasiada frecuencia la historia de varios días. Los días de pereza destruyen todo lo que se había logrado en tiempos de abundancia. Muchas veces las épocas frías de nuestra vida hacen olvidar la calidez que había antes, y muchas veces un sólo día lejos de la presencia de Dios echa a perder años de obediencia e intimidad con Él.


Si no nos esforzamos por mantener la llama de la relación con Dios viva, pronto entrará la escasez espiritual en nuestra vida y lo pasaremos realmente mal. La única forma en que todos mis días pueden ser como el tiempo de las vacas gordas del sueño de faraón, es alimentarlos en el prado adecuado, es gastarlos con el Señor en Su servicio, en Su compañía, en Su temor y a su manera. 

Oh Señor, aleja de mí la maldición de la magreza del alma. Que no tenga que llorar: "Mi flaqueza, mi flaqueza, ¡ay de mí!" Sino que esté bien alimentado y en tu casa, para que alabe tu nombre por siempre. En el nombre de Jesús, amén.

jueves, 10 de agosto de 2017

A TI CLAMAREMOS



Salmos 28:1
"A ti clamaré, oh Jehová.
    Roca mía, no te desentiendas de mí,
    Para que no sea yo, dejándome tú,
    Semejante a los que descienden al sepulcro."


Un grito es la expresión natural del dolor, y una expresión adecuada cuando todos los demás modos de apelación nos fallan. Pero el grito debe estar solo dirigido al Señor, porque clamar al hombre es desperdiciar nuestras súplicas en el aire. 


Cuando consideramos la disposición del Señor a oír, y su capacidad de ayudar, veremos una buena razón para dirigir todos nuestros llamamientos al mismo tiempo al Dios de nuestra salvación. Será en vano llamar a las rocas en el día del juicio, pero nuestra Roca Eterna sí atiende a nuestros gritos.

"No seas silencioso conmigo." Meros formalistas pueden contentarse en quedarse sin respuestas a sus oraciones, pero los suplicantes genuinos no pueden. No se contentan con los resultados de la oración misma para calmar la mente y someter la voluntad, deben ir más allá y obtener respuestas reales del cielo, o no pueden descansar. La voz de Dios es a menudo tan terrible que sacude el desierto, pero su silencio es igualmente lleno de temor para un suplicante ansioso. Cuando Dios parece cerrar su oído, no debemos por lo tanto cerrar nuestras bocas, sino más bien llorar con más fe. Porque cuando nuestra súplica se agudiza con afán y dolor, no nos negará una audiencia. 


¿Cuán terrible sería nuestra vida si el Señor se hiciera silencio para siempre con nuestras oraciones? Privados del Dios que responde a la oración, debemos estar en una situación más lamentable que los muertos en la tumba, y pronto hundidos al mismo nivel que los perdidos en el infierno. 

Pero Dios nos responde, nos ayuda y nos da lo que necesitamos. Obviamente no va a decir que sí siempre, pero no dejará a sus hijos sin respuesta, Él sabe darnos lo que necesitamos en el momento exacto. Bendito sea.

miércoles, 9 de agosto de 2017

EN ÉL NOS ALEGRAMOS




Salmos 33:21
"Por tanto, en Él se alegrará nuestro corazón,
Porque en su santo nombre hemos confiado."


Bendito es el hecho de que los cristianos pueden regocijarse incluso en la más profunda angustia. Aunque los problemas pueden rodearlos, todavía cantan. Y, como muchos pájaros, cantan mejor en sus jaulas. Las olas pueden rodar sobre ellos, pero sus almas pronto suben a la superficie y ven la luz del rostro de Dios. 


Tienen sobre ellos una característica que mantiene su cabeza siempre por encima del agua, y les ayuda a cantar en medio de la tempestad: "Dios está conmigo todavía". ¿A quién se dará la gloria? ¡Oh! A Jesús, es todo por Jesús. El problema no trae consuelo necesariamente al creyente, pero la presencia del Hijo de Dios en el horno de fuego con Él llena su corazón de alegría. Está enfermo y sufriendo, pero Jesús le visita y le hace su cama. Él se está muriendo, y las frías aguas del Jordán se acercan a él hasta el cuello, pero Jesús lo rodea con sus brazos y grita: "No temas, yo estoy contigo." 

Cuando el creyente afligido cruza el arroyo, y las olas se reúnen alrededor de él, y el corazón y la carne le fallan, la misma voz suena en sus oídos: "No temas, yo estoy contigo, no te angusties, yo soy tu Dios". Al acercarse a las fronteras del infinito desconocido, y casi temeroso de entrar en el reino de las sombras, Jesús dice: "No temas, es la buena voluntad de tu Padre darte el reino". Así fortalecido y consolado, el creyente no tiene miedo de morir. Y aun está dispuesto a partir, porque desde que ha visto a Jesús como la estrella de la mañana, anhela contemplarle como el sol en su fuerza. 

Verdaderamente, la presencia de Jesús es todo el cielo que deseamos. Él es al mismo tiempo "La gloria de nuestros días más brillantes, la comodidad de nuestras noches". ¡Bendito sea Cristo!

martes, 8 de agosto de 2017

PRESENCIA DE DIOS



Génesis 3:8
"Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto."


Qué hermoso sería tener esa intimidad diaria con Dios que Adán y Eva disfrutaban antes de pecar. Él siempre está dispuesto a hablar contigo cuando estés preparado para escucharlo. Si hay alguna lentitud en la comunión, no es de su parte, sino por nosotros, porque Él está a la puerta y llama, y ​​si su pueblo le abre, se alegra de entrar. Pero ¿en qué estado está mi corazón, que es el jardín de mi Señor? ¿Puedo aventurarme a esperar que esté bien arreglado y regado, y que traiga fruto apropiado para Él? 


Si no es así, tendrá mucho que reprender, pero aún así le ruego que venga a mí, porque nada puede traer mi corazón a una condición correcta como la presencia del Sol de Justicia, que trae curación en sus alas. Ven, pues, oh Señor, Dios mío, mi alma te invita sinceramente, y te espera ansiosamente. ¡Ven a mí, oh Jesús, mi bien amado, y planta flores frescas en mi jardín! ¡Ven, oh Padre mío, que eres el Esposo, y trata conmigo en tu ternura y prudencia! Ven, oh Espíritu Santo, y llena mi naturaleza entera, como las hierbas ahora se humedecen con los rocío de la tarde. 

¡Habla, Señor, porque tu siervo escucha! Estoy dispuesto a entregar todo mi corazón y mi mente a ti, y que todos los demás pensamientos se callen. Dulce es el fresco crepúsculo, cuando cada estrella parece el ojo del cielo, y el viento frío es como el aliento del amor celestial. 

Mi Padre, mi hermano mayor, mi dulce Consolador, habla ahora en misericordia, porque has abierto mi entendimiento y no quiero hacerte esperar. En el nombre de Jesús, amén.

lunes, 7 de agosto de 2017

AGUAS VIVAS




Zacarías 14:8
"Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno."


Los arroyos de agua viva que fluyen de Jerusalén no se secan por las sequías de los calurosos días de verano, como tampoco fueron congelados por los fríos vientos del invierno. Así también pasa cuando somos testigos de la fidelidad de Dios. Las estaciones cambian y nosotros cambiamos, pero nuestro Señor permanece, es el mismo ayer hoy y siempre, y las corrientes de su amor son tan profundas, tan amplias y están llenas como siempre. 


El calor de las preocupaciones empresariales y las pruebas ardientes me hacen necesitar las influencias refrescantes del río de Su gracia. Puedo ir inmediatamente y beber al máximo de la fuente inagotable, porque en verano y en invierno derrama su diluvio. Elías encontró sequía y desierto, pero Jehová era todavía el mismo Dios de la providencia. Job dijo que sus hermanos eran como arroyos engañosos, pero encontró en su Dios un río desbordante de consuelo. El Nilo es la gran confianza de Egipto, pero sus inundaciones son variables... Nuestro Señor es siempre el mismo. 

Las huellas de los antiguos ríos se han encontrado secas y desoladas, pero los arroyos que surgen en las montañas de la soberanía divina y del amor infinito estarán siempre llenos hasta el borde. Las generaciones se derriten, pero el curso de la gracia no se altera.

¡Cuán feliz eres, alma mía, de ser llevado al lado de tales aguas tranquilas! No vayas a otras corrientes, para que no oigas la reprensión del Señor: "¿Qué tenéis que hacer en el camino de Egipto para beber del río fangoso?" ¡Con Él lo tenemos todo!

domingo, 6 de agosto de 2017

NADA ES IMPOSIBLE PARA DIOS



Jeremías 32:17
"!!Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti..."


En el mismo momento en que los caldeos rodearon Jerusalén, y cuando la espada, el hambre y la peste habían desolado la tierra, Dios ordenó a Jeremías que comprara un campo y que la escritura de traspaso se sellara y testificara legalmente. Era una extraña compra para un hombre racional. La prudencia no podía justificarla, pues estaba comprando con apenas una probabilidad de que alguna vez pudiera disfrutar de la posesión. 


Pero era suficiente para Jeremías que su Dios le había ordenado, porque bien sabía que Dios sería justificado de todos sus hijos. Él razonó así: "¡Oh, Señor Dios, puedes apartar esta parcela de terreno para mí, tú puedes librar esta tierra de estos opresores, tú puedes hacerme sentar debajo de mi viña y mi higuera en la herencia que he comprado, porque hiciste los cielos y la tierra, y no hay nada demasiado difícil para ti." 

Esto dio un impulso a los primeros santos, que se atrevieron a hacer por orden de Dios cosas que la razón carnal condenaría. Ya sea un Noé que construyera un barco en tierra firme, un Abraham que ofreciera a su único hijo, o un Moisés que desprecie los tesoros de Egipto, o un Josué que debía sitiar a Jericó siete días, usando nada más que cuernos de carneros. Todos ellos actuaron así por orden de Dios, contrariamente a los dictados de la razón carnal. Y el Señor les da una rica recompensa como resultado de su fe obediente. 

Si nos arriesgamos más a creer en las promesas de Dios, deberíamos entrar en un mundo de maravillas a las que todavía somos extranjeros. Que el lugar de confianza de Jeremías sea nuestro, nada es demasiado difícil para el Dios que creó los cielos y la tierra. ¡Amén!

sábado, 5 de agosto de 2017

NOS DIO SU GLORIA



Juan 17:22
"La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno."


He aquí la bondad superlativa del Señor Jesús, porque Él nos ha dado todo. Aunque un diezmo de sus posesiones habría hecho un universo de ángeles rico más allá de todo pensamiento, sin embargo, no se contentó hasta que nos hubiera dado todo lo que tenía. 


Habría sido una gracia sorprendente si nos hubiera permitido comer las migajas de su generosidad bajo la mesa de su misericordia... Pero no hará nada a medias, nos hace sentarnos con Él y compartir la fiesta. Si nos hubiera dado alguna pequeña pensión de sus arcas reales, debiéramos haber tenido motivos para amarlo eternamente. Pero no, Él tendrá a su esposa tan rica como Él mismo, y no tendrá una gloria o una gracia en la cual ella no debe compartir. No se ha contentado con menos que hacernos coherederos consigo mismo, para que podamos tener iguales posesiones. Ha vaciado toda su heredad en las arcas de la Iglesia, y tiene todas las cosas comunes con sus redimidos. 

No hay una habitación en su casa en la que retenga la llave para que su pueblo no entre. Él les da la libertad de tomar todo lo que tiene. La plenitud ilimitada de su total suficiencia es tan gratis para el creyente como el aire que respira. Cristo ha puesto el vaso de su amor y gracia en el labio del creyente, y le ha pedido que beba eternamente. 

¿Qué prueba más verdadera del compañerismo puede el cielo o la tierra permitirse? "Cuando me pare ante el trono vestido de belleza que no es mía, cuando te vea como eres, te amaré con un corazón desinteresado porque entonces, Señor, voy a saber completamente cuánto debo."

viernes, 4 de agosto de 2017

LO QUE NECESITA EL CORAZÓN


2 Crónicas 32:31
"Mas en lo referente a los mensajeros de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio que había acontecido en el país, Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón."


Ezequías estaba creciendo tan interiormente, y se "enorgullecía" tanto del favor de Dios, que la "autojusticia" se estaba enraizando en él, y por medio de su seguridad carnal, la gracia de Dios fue retirada por un tiempo...


Esto debe llamar nuestra atención. ¿Qué cosa es peor que la ausencia de Dios en nuestra vida? ¿Cómo terminaría nuestra vida si Dios no estuviese en ella? Tú que ahora andas delante de Jehová en excelencia e integridad, irías de un lado a otro, y tambalearías con una borrachera de pasión malvada. Como la luna, tomamos prestada nuestra luz... Brillantes como somos cuando la gracia brilla sobre nosotros, somos la misma oscuridad cuando el Sol de la Justicia se retira. Por lo tanto, clamemos a Dios que nunca nos abandone. 

"Señor, no quites de nosotros tu Santo Espíritu, no nos despojas de tu gracia, no permitas que el vivir lejos de ti sea una norma en nuestra vida. Te necesitamos Señor, no podemos vivir sin tí. Guárdanos en todas partes, porque en todas partes te necesitamos, oh Dios nuestro."

jueves, 3 de agosto de 2017

MORIR EN CRISTO




1 Tesalonicenses 4:14
"Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en Él."


No imaginemos que el alma duerme en la insensibilidad. "Hoy estarás conmigo en el paraíso", es el susurro de Cristo a cada santo moribundo. Ellos "duermen en Jesús", pero sus almas están delante del trono de Dios, alabándolo día y noche en su templo, cantando aleluyas al que los lavó de sus pecados en su sangre. 


El cuerpo duerme en su solitaria cama de tierra, debajo de la colcha de hierba. Pero, ¿qué es este sueño? La idea conectada con el sueño es "descanso", y ese es el pensamiento que el Espíritu de Dios nos transmitiría. El sueño hace que cada noche sea un día de reposo para el día. El sueño cierra rápidamente la puerta del alma, y ​​pide a todos los intrusos que se demoren un rato, para que la vida interior pueda entrar en su jardín de verano de facilidad. El creyente cansado duerme tranquilamente, al igual que el niño cansado cuando duerme sobre el pecho de su madre. 

¡Oh! Felices los que mueren en el Señor. Ellos descansan de sus trabajos, y sus obras los siguen. Su silencioso reposo nunca se romperá hasta que Dios los despierte para darles su recompensa completa. Guardados por ángeles vigilantes, curvados por misterios eternos, duermen los herederos de gloria, hasta que la plenitud de los tiempos traerá la plenitud de la redención. 

¡Qué despertar será el suyo! Ellos fueron puestos en su último lugar de descanso, cansados ​​y desgastados, pero así no se levantarán. Se fueron a su descanso con la ceja fruncida, y los rasgos desgastados, pero se despertarán en belleza y gloria. La semilla arrugada, tan desprovista de forma y elegancia, levanta del polvo una flor hermosa. El invierno de la tumba da lugar a la primavera de la redención y el verano de la gloria. 

Bendita es la muerte cuando estamos en Cristo, ya que ella, por medio del poder divino, nos despoja de esta prenda de trabajo, para vestirnos con el vestido de bodas de la incorrupción. ¡Bienaventurados los que duermen en Jesús!