Proverbios 13:10
"El orgullo sólo genera contiendas,
pero la sabiduría está con quienes oyen consejos."
"Me equivoqué" o "necesito consejos" son frases difíciles de pronunciar, ya que requieren de humildad.
El orgullo es un ingrediente activo y "necesario" en cada pelea. Siembra discordia y divide a las personas. La humildad, por el contrario, cura, une, ablanda.
Protejámonos hoy contra el orgullo. Si tú te encuentras constantemente discutiendo, examina tu vida y pídele a Dios que te ayude a dejar el orgullo de lado. Mantente abierto a los consejos de los demás, a pedir ayuda cuando lo necesites y a estar dispuesto a admitir tus errores.
Nada bueno deja el orgullo. Pero la humildad te acercará a Dios.
Proverbios 12:23
"El hombre prudente no muestra lo que sabe,
pero el corazón de los necios proclama su necedad."
Los hombres prudentes o sabios, dice la Escritura, no tienen la necesidad de estar demostrando lo que saben.
Los sabios tienen una tranquila confianza, no tienen que probar nada. En cambio, las personas inestables (que la Biblia llama necios) sienten la necesidad de probarse a sí mismos y en su afán de hacerlo, tienden a ser arrogantes, imprudentes y egoístas.
En este día el mensaje es de advertencia: ¡Cuidado con la ostentación, con la arrogancia y la imprudencia al hablar!
Si eres modesto, la gente puede que no te note al principio pero te respetarán más tarde. No hay necesidad de intentar demostrar todo lo que sabes en unos minutos.
Cuidemos mucho nuestro corazón de la arrogancia y la imprudencia. El hombre prudente no muestra lo que sabe. El corazón de los necios, proclama su necedad.
Proverbios 6:25
"No abrigues en tu corazón deseos por su belleza,
ni te dejes cautivar por sus ojos..."
Dios nos muestra señales de advertencia cuando hay peligro por delante. Situaciones graves como la infidelidad o un divorcio no suceden de la noche a la mañana. Es un proceso resultado de que algo no está bien.
Cuando notes que te sientes atraído por una persona del sexo opuesto o preocupado con pensamientos de él o ella, tus deseos pueden conducirte a pecar. Pídele a Dios que ayude a cambiar esos deseos antes de que te sientas atraído hacia el pecado.
Valora a tu pareja. Honra la familia que Dios te dio. ¡Cuida tu matrimonio!
Proverbios 3:27-28
"No niegues un favor a quien te lo pida,
si en tu mano está el otorgarlo.
Nunca digas a tu prójimo:
«Vuelve más tarde; te ayudaré mañana»,
si hoy tienes con qué ayudarlo."
El retraso al momento de hacer el bien es desconsiderado e injusto. Por ejemplo, con circunstancias tan simples como si está devolviendo un préstamo, devolviendo una herramienta, o el cumplimiento de una promesa.
La retención destruye la confianza y crea un gran inconveniente y una atmósfera incómoda. Que Dios nos ayude a estar tan ansioso por hacer el bien a los demás, como si fuera algo que a nosotros mismos nos beneficiaría.
Si está en nuestras manos, hagamos el bien a quienes nos necesitan
Proverbios 3:3
"Que nunca te abandonen el amor y la verdad:
llévalos siempre alrededor de tu cuello
y escríbelos en el libro de tu corazón."
El amor y la verdad son cualidades importantes. Son decisivas y tienden a impactar nuestras vidas y las de los demás porque tanto implican acciones como actitudes.
Una persona amorosa no sólo "siente" el amor; él o ella también actúa con lealtad y responsabilidad, por amor. Una persona amable trabaja por la justicia para los demás.
Los pensamientos y las palabras no son suficientes, nuestras vidas revelan si somos verdaderamente amorosos y amables.
¿Estarán nuestras acciones a la altura de nuestras actitudes?
Proverbios 1:7
"El temor del Señor es el principio del conocimiento;
los necios desprecian la sabiduría y la disciplina."
Uno de los tipos más molestos personas son aquellas que creen ser "sabelotodos", ¿No es cierto?. Una persona que ya tiene una opinión sobre todo, está cerrada a algo nuevo, se resiente la disciplina, y se niega a aprender.
Salomón llama a este tipo de personas, necias. Las que desprecian la sabiduría y la disciplina. No pretendamos nosotros ser sabelotodos. En su lugar, permanezcamos anuentes a los consejos de los demás, especialmente a los que nos conocen bien y pueden darnos información valiosa y consejos basados en la Escritura.
Aprende a aprender de los demás. Recuerda: sólo Dios lo sabe todo.
Salmos 144:3-4
"Señor, ¿qué es el mortal para que lo cuides?
¿Qué es el ser humano para que en él pienses?
Todo mortal es como un suspiro;
sus días son fugaces como una sombra."
La vida es corta. David nos recuerda que es "como un soplo" y que "nuestros días son como la sombra que pasa".
Porque la vida es corta, hay que vivir para Dios, mientras que tenemos el tiempo. No gastes tu vida por escoger un objetivo inferior que no tiene valor duradero. Ora en todo tiempo y lugar. Cuando las cosas vayan bien, y cuando vayan mal. En todo momento busca del Señor, en todo momento busca agradarle.
¡Vive para Dios! Sólo Él puede hacer que tu vida valga la pena, sea útil y significativa.
Salmos 142:6
"Atiende a mi clamor,
porque me siento muy débil;
líbrame de mis perseguidores,
porque son más fuertes que yo."
¿Alguna vez has sentido que a nadie le importaba lo que te pasó?
David tenía una buena razón para sentirse así, y él escribió, "Escucha mi clamor, porque estoy muy débil."
A través de la oración podemos desahogar nuestra tristeza y frustración y recordar que Dios cuida de nosotros profundamente.
¿Te sientes triste, débil, perseguido o fatigado? ¡Busca al Señor en oración y manifiesta tu sentir! Su sola presencia bastará para levantarte y que puedas seguir adelante.
Salmos 141:4
"No permitas que mi corazón se incline a la maldad,
ni que sea yo cómplice de iniquidades;
no me dejes participar de banquetes
en compañía de malhechores."
David pidió a Dios que protegiera su corazón. Los actos malignos comienzan con malos deseos y la mayoría de las veces no es suficiente con pedir a Dios que nos mantenga lejos de la tentación, que nos haga más fuerte o que cambie las circunstancias.
La petición y la acción deben ir más allá: Pedirle a Dios que cambie en nuestro interior el nivel de nuestros deseos, de nuestras atracciones, de nuestros anhelos.
Si los deseos, pensamientos, metas, anhelos que tenemos no están alineados a la Palabra de Dios, lo más probable es que terminemos haciendo algo que a Él le desagrada.
Que Dios guarde nuestro corazón, que guarde nuestros pensamientos, que guarde nuestra vida.
Salmos 140:12
"Yo sé que el Señor hace justicia a los pobres
y defiende el derecho de los necesitados."
¿A quién puede el pobre acudir cuando es perseguido o falsamente acusado? Puede que les falte el dinero para obtener ayuda profesional; puede ser que ellos mismos sean incapaces de defenderse... Pero siempre hay alguien de su lado, el Señor estará al lado de ellos y en última instancia, logrará la justicia.
Esto debe ser un consuelo para todos nosotros. No importa cuál sea nuestra situación, el Señor está con nosotros. Pero esta verdad también nos debe llamar a la responsabilidad. Como pueblo de Dios, tenemos la obligación de defender los derechos de los más débiles.
¡Que Dios nos ayude a no cometer injusticias y a tratar a todos por igual!
Salmos 139:23-24
"Examíname, oh Dios, y sondea mi corazón;
ponme a prueba y sondea mis pensamientos.
Fíjate si voy por mal camino,
y guíame por el camino eterno."
David pidió a Dios que lo examinara y que "buscara" el pecado y se lo hiciera notar, incluso hasta el nivel de los pensamientos. Esta es una cirugía exploratoria para el pecado.
¿Cómo hemos de reconocer el pecado a menos que Dios lo señale? Entonces, cuando Dios lo muestra, podemos arrepentirnos y ser perdonados. Hagamos de este versículo una sincera oración.
Si tú le pides al Señor que examine tu corazón y tus pensamientos, y que revele tu pecado, vas a continuar en el camino de la vida eterna. ¡Así sea!
Salmos 138:8
"El Señor cumplirá en mí su propósito.
Tu gran amor, Señor, perdura para siempre;
¡no abandones la obra de tus manos!"
Toda persona sueña y hace planes para el futuro. Es algo normal y natural, es lo que traemos internamente, el deseo de planear, triunfar y celebrar. Luego de esa "fase" de planificación, se suele trabajar duro para ver esos sueños y que los planes se hagan realidad. Pero para sacar el máximo provecho de la vida, debemos incluir EL plan de Dios en nuestros planes.
Sólo Él sabe lo que es mejor para nosotros; sólo Él puede cumplir su propósito para nosotros. Fuimos creados para ser amados por Él, para alabarle, para tener comunión con otros, para ser obreros en Su obra.
Al hacer planes de vida, nunca olvides hablar con Dios acerca de ellos, e incluir Sus planes en tu agenda. Así, podrás decir: "Él ha cumplido en mi su propósito"
Salmos 130:3-4
"Si tú, Señor, tomaras en cuenta los pecados,
¿quién, Señor, sería declarado inocente?
Pero en ti se halla perdón,
y por eso debes ser temido."
Llevar un registro de los pecados (o guardar rencor) es como construir una pared entre cada uno de nosotros y otra persona, y es casi imposible hablar abiertamente mientras esa pared está ahí.
Pero Dios no mantiene un registro de nuestros pecados una vez los hayamos confesado y nos hallamos arrepentido; cuando perdona, perdona completamente, derribando cualquier pared entre nosotros y Él.
La próxima vez que hables con Él en oración, date cuenta de que Dios no te está acusando de nada. Sus líneas de comunicación están completamente abiertas.
En Él hallas perdón. No te ocultes de Él si has pecado. Acércate más.
Salmos 127:2
"En vano madrugan ustedes,
y se acuestan muy tarde,
para comer un pan de fatigas,
porque Dios concede el sueño a sus amados."
Dios no está en contra de los esfuerzos humanos. El trabajo duro honra a Dios. Pero trabajar con la exclusión de descanso o el descuido de la familia puede ser lo que el enemigo necesita para sembrar en nosotros la idea de que el dios que nos provee nuestras necesidades somos nosotros mismos y no el Dios Todopoderoso.
Todos necesitamos descanso y tiempos de refrigerio espiritual adecuado. Por otro lado, este versículo no es una excusa para ser perezosos. Tengamos cuidado de mantener un equilibrio: el trabajo, y la confianza en Dios. La responsabilidad, pero también la confianza en que Él nos provee.
Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los constructores. Si Dios no es el centro de nuestra vida, en vano son las demás cosas. ¡Que Dios sea el centro de todo!
Salmos 122:1
"Yo me alegro cuando me dicen:
«Vamos a la casa del Señor.»"
Trato de visualizar lo que significaba subir al templo de Jerusalén en la época de David. El ir a la casa de Dios puede ser una tarea pesada, o una delicia. Para el salmista, claramente era algo muy placentero. Como un peregrino más, se alegraba en ir con todo el pueblo a adorar a Dios con todo su pueblo.
Si bien es cierto, sabemos que Dios no habita en templos construidos por hombres, hay un sentimiento especial el juntarnos con otros adoradores y cantarle a Dios. El autor de la carta a los hebreos lo tenía claro cuando escribió: "No dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre..."
En mi vida a veces detecto cuando el ir a la iglesia puede ser una tarea pesada: Cuando hay algún pecado no confesado o cuando mi amor por Dios se ha enfriado. Pero si estamos cerca de Dios y gozamos de Su Presencia, estaremos deseosos de adorarle y alabarle.
Nuestra actitud hacia Dios determinará nuestro punto de vista de la adoración y de comunión con los demás hermanos en la fe. ¡No dejemos de congregarnos!
Salmos 119:165
"Los que aman tu ley disfrutan de gran bienestar,
y nada los hace tropezar."
La sociedad moderna anhela la paz de la mente. Aquí está la instrucción clara sobre cómo alcanzarla: si amamos a Dios y cumplimos sus leyes, vamos a tener "una gran paz, un gran bienestar."
La confianza en Dios, el único que está por encima de las presiones de la vida diaria y nos da seguridad plena es la clave para vivir en tranquilidad de mente y emociones. Pidamos al Señor de su ayuda para cumplir y amar su ley.
Los que aman la Ley del Señor, disfrutan de gran bienestar. ¡Quiero vivir en la Paz y tranquilidad de Dios!
Salmos 119:125
"Tu siervo soy: dame entendimiento
y llegaré a conocer tus estatutos."
El salmista pidió a Dios discernimiento. La fe cobra vida cuando aplicamos las Escrituras a nuestras tareas y preocupaciones cotidianas. Necesitamos discernimiento para que podamos entender, y necesitamos el deseo de aplicar las Escrituras donde necesitamos ayuda.
La Biblia es como la medicina que va a trabajar sólo cuando lo aplicamos a las zonas afectadas. Al leer la Biblia, debemos estar alerta de lecciones, mandatos, o ejemplos que podemos poner en práctica en el área en la que nos desenvolvemos diariamente.
Como siervos de Dios, pidamos discernimiento para aplicar y no sólo conocer Sus estatutos y Su forma de pensar. ¡Seamos siervos de Dios para su gloria!
Salmos 119:105
"Tu palabra es una lámpara a mis pies;
es una luz en mi sendero."
Para caminar con seguridad en el bosque por la noche necesitamos una luz para que no tropecemos con raíces de árboles o para no caer en los agujeros. En esta vida, caminamos por un bosque oscuro del mal...
Pero la Biblia puede ser nuestra luz que nos muestre el camino a seguir para que no tropecemos mientras caminamos. Revela las raíces de enredo de los falsos valores y filosofías. Evita que caigamos en los agujeros de la fe y en doctrinas equivocadas.
Estudia la Biblia para que seas capaz de ver de manera suficientemente clara el panorama espiritual y así permanecer en el camino correcto.
¡Lámpara es a nuestros pies Su Palabra!
Salmos 119:27-28
"Hazme entender el camino de tus preceptos,
y meditaré en tus maravillas.
De angustia se me derrite el alma:
susténtame conforme a tu palabra."
Nuestras vidas están llenas de libros de reglas, pero los autores no vienen con nosotros para ayudarnos a seguir las reglas. Pero Dios sí lo hace...
Esa es la singularidad de nuestra Biblia. Dios no sólo proporciona las normas y directrices, sino que viene con nosotros personalmente cada día para fortalecernos, para que podamos vivir de acuerdo con esas reglas.
Todo lo que debemos hacer es invitarlo a nuestra vida y responder a su dirección.
¡Que Dios nos ayude a entender el camino de Sus preceptos!
Salmos 119:9
"¿Cómo puede el joven llevar una vida íntegra?
Viviendo conforme a tu palabra."
Nos estamos ahogando en un mar de impurezas. Dondequiera que miremos encontramos tentación e invitaciones a llevar vidas impuras.
El salmista hizo una pregunta que a todos nos debería interesar: ¿Cómo mantenernos puros en un ambiente sucio? Demos un rápido vistazo al tipo de películas que se anuncian en las carteleras de cines, el tipo de gobiernos que existen en nuestra Latinoamérica, los valores éticos y morales que día a día decaen más. ¿Qué van a encontrar nuestros hijos cuando les toque llevar la batuta?
No podemos hacer esto solos, tenemos que contar con alguien mucho más poderoso, una fuerza más dinámica que las influencias tentadoras que nos rodean. ¿Dónde podemos encontrar la fuerza y la sabiduría necesarias?
¡Mediante la lectura de la Palabra de Dios y hacer lo que dice! ¡Piensa en ésto, y actúa!
Salmos 118:24
"Éste es el día en que el Señor actuó;
regocijémonos y alegrémonos en Él."
Hay días en que la última cosa que queremos hacer es regocijarnos. Nuestro estado de ánimo está abajo, por los suelos, nuestra situación se ha salido de las manos, y nuestro dolor o culpa es abrumadora.
Podemos sentirnos identificados con los escritores de los salmos que a menudo se sentían así (No sólo David escribió los Salmos, hay otros autores que muestran su estado de ánimo decaído en sus escritos). Pero no importa lo decaídos que se sentían los salmistas, siempre fueron honestos con Dios. Y mientras hablaban con Dios, sus oraciones terminaron en alabanza.
Cuando tú no tengas ganas de regocijarte, alegrarte, te ayudará decirle a Dios cómo te siente realmente. Encontrarás que Dios te dará una razón para alegrarte.
¡Dios te ha dado este día para vivir y para servirle a Él, sé alegre!
Salmos 117:1-2
"Alabad al Señor, naciones todas;
alabadle, pueblos todos.
Porque grande es su misericordia para con nosotros,
y la fidelidad del Señor es eterna.
¡Aleluya!"
¿Alguna vez has dicho: "Yo no puedo pensar en algo que Dios haya hecho por mí. ¿Cómo puedo alabarlo?"
Este salmo da dos razones para alabar a Dios: su gran amor para con nosotros, y su fidelidad, que dura por siempre. Dios ha hecho muchas cosas por nosotros, seguro estoy que es difícil traer todas a nuestra memoria. Pero aún si Él no hubiese hecho nada por nosotros, todavía sería digno de nuestra alabanza más alta.
¡Él es Dios, el más grande y digno de alabar! ¡Aleluya!
Salmos 116:1-2
"Yo amo al Señor
porque Él escucha mi voz suplicante.
Por cuanto él inclina a mí su oído,
lo invocaré toda mi vida."
Dios es tan sensible que siempre puede alcanzarlo. Él se inclina y escucha tu voz. El amor de la persona que escribió este salmo para el Señor había crecido debido a que había experimentado respuestas a sus oraciones.
Si estás desanimado, recuerda que Dios está cerca, escuchando atentamente cada oración y contestando cada oración con el fin de dar lo mejor. Él es así. Sabe lo que necesitamos, cuándo y cómo.
Nadie te conoce y te ama tanto como el Señor. Confía en que Él te dará en su momento lo que mejor necesitas. ¡Invócalo toda tu vida!
Salmos 115:1
"La gloria, Señor, no es para nosotros;
no es para nosotros sino para tu nombre,
por causa de tu amor y tu verdad."
El salmista pidió que el nombre de Dios, no la de la nación, fuera glorificado en aquel tiempo.
Con demasiada frecuencia, le pedimos a Dios que glorifique Su Nombre junto con el nuestro. Por ejemplo, podemos orar para pedir ayuda para hacer un buen trabajo, pero lo que deseamos es que se note NUESTRO trabajo. O podemos pedir que una presentación vaya bien para obtener muchos aplausos. Y así hay muchas situaciones sencillas donde nos damos cuenta de que lo que queremos es quedar bien parados nosotros, y no tanto el Señor...
No hay nada malo en tener un buen aspecto o impresionar a los demás; el problema viene cuando queremos lucir bien, no importa lo que le suceda a la 'reputación' de Dios en el proceso.
Antes de orar para pedir algo, pregúntate: "¿Quién va a obtener el crédito si Dios contesta mi oración?" Es una buena forma de pedir bien, y para Gloria de Él.
Salmos 112:5
"Bien le va al que presta con generosidad,
y maneja sus negocios con justicia."
La generosidad cura los problemas que el dinero puede crear. Veamos unos ejemplos concretos:
El hombre rico puede abusar de otros en su deseo de acumular riqueza. La generosidad elimina ese abuso. Además, el miedo a perder el dinero puede ser una trampa. La generosidad y el respeto por Dios pone nuestra confianza en Él, no en nuestro dinero. Es Dios quien da la justicia, la seguridad, la tranquilidad, no el dinero. Mientras más desprendidos somos de las cosas materiales, menos posibilidades hay de que creemos ídolos en nuestro corazón.
Recordemos que no es el dinero la raíz de todos los males, es el AMOR al dinero. Aprendamos a amar más a nuestro prójimo que a los bienes materiales que poseemos. ¡Que Dios nos ayude!
Salmos 109:4
"Mi amor me lo pagan con calumnias,
mientras yo me encomiendo a Dios."
David estaba enojado por haber sido atacado por gente malvada que lo calumniaron y le mintieron.
Sin embargo, David seguía siendo un amigo y un hombre de oración. Si bien debemos aborrecer el mal y trabajar para superarlo, debemos amar a todos, incluyendo a los que hacen el mal, porque Dios los ama. Es algo muy difícil, algo que a veces es incomprensible por nosotros, pero que Jesús ilustró muy bien y dio ejemplo de ello. Nosotros mismos somos objeto de su amor aún cuando lo rechazamos en algún momento.
Estamos llamados a odiar el pecado, pero a amar a las personas. Sólo a través de la fuerza de Dios, seremos capaces de seguir el ejemplo de David. O mejor aún: El ejemplo de Jesús.
Salmos 108:13
"Con Dios obtendremos la victoria;
¡él pisoteará a nuestros enemigos!"
¿Será que nuestras oraciones terminan o disminuyen cuando Dios hace lo que le hemos pedido con tanta insistencia?
¿Será que nuestras oraciones terminan o disminuyen cuando vemos que Dios NO hará lo que le hemos pedido con tanta insistencia?
Muchas veces no vemos todo el cuadro, sólo una parte. En el versículo de hoy vemos que David oró no sólo para el rescate, sino para la victoria. Con la ayuda de Dios podemos reclamar más que la mera supervivencia, ¡Podemos cantar victoria! Si Dios ha dicho "No", o "Aún no es tiempo", podemos confiar que es porque tiene mejores planes, que serán coronados con una victoria final.
Esa angustia, esa aflicción que estás pasando, ten por seguro que Dios la usará como una oportunidad para mostrar su gran poder. ¡Así sea!
Salmos 107:1-2
"Den gracias al Señor, porque Él es bueno;
su gran amor perdura para siempre.
Que lo digan los redimidos del Señor,
a quienes redimió del poder del adversario..."
¿Te ha redimido el Señor? ¡Entonces hablemos de sus maravillas!"
Dios ha hecho tanto por nosotros, y tenemos mucho por lo que darle las gracias. Él quiere que le digamos a todo el mundo todo lo que ha hecho. Estos versos no son tanto un mandato para "cumplir" sino una declaración de que cuando vivimos en la presencia de Dios no seremos capaces de mantener esta experiencia gloriosa para nosotros mismos.
¿Qué ha hecho Dios por ti? ¿Tu familia lo sabe? ¿Tus amigos? Si no lo saben, es hora de decírselos. ¡Dios es grande y una forma de darle gracias es hablando de su grandeza!
Salmos 105:4-5
"Recurran al Señor y a su fuerza;
busquen siempre su rostro.
Recuerden las maravillas que ha realizado,
sus señales, y los decretos que ha emitido."
El salmista sugirió una forma valiosa para encontrar a Dios, y es familiarizarse con la forma en que ha ayudado a su pueblo en el pasado.
La Biblia registra la historia del pueblo de Dios. En la búsqueda de sus páginas descubriremos un Dios amoroso que nos espera encontrarlo. Si Dios parece estar muy lejos, persiste en tu búsqueda de Él.
Dios recompensa a aquellos que sinceramente lo buscan. Jesús prometió: "Buscad y hallaréis" (Mateo 7:7).
Salmos 103:13-14
"Tan compasivo es el Señor con los que le temen
como lo es un padre con sus hijos.
Él conoce nuestra condición;
sabe que somos de barro."
Somos frágiles, pero el cuidado de Dios es eterno. Con demasiada frecuencia nos centramos en Dios como Juez y Legislador, ignorando su compasión y preocupación por nosotros.
Cuando Dios examina nuestras vidas, recuerda nuestra condición humana. Es cierto que nuestra debilidad nunca debe utilizarse como justificación para el pecado, pero la verdad es que Su misericordia se lo toma todo en cuenta.
Dios te tratará con compasión, si te arrepientes de corazón. Confía en Él.
