Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 7 de abril de 2015
¡NO A NOSOTROS, SEÑOR!
Salmos 115:1
"La gloria, Señor, no es para nosotros;
no es para nosotros sino para tu nombre,
por causa de tu amor y tu verdad."
El salmista pidió que el nombre de Dios, no la de la nación, fuera glorificado en aquel tiempo.
Con demasiada frecuencia, le pedimos a Dios que glorifique Su Nombre junto con el nuestro. Por ejemplo, podemos orar para pedir ayuda para hacer un buen trabajo, pero lo que deseamos es que se note NUESTRO trabajo. O podemos pedir que una presentación vaya bien para obtener muchos aplausos. Y así hay muchas situaciones sencillas donde nos damos cuenta de que lo que queremos es quedar bien parados nosotros, y no tanto el Señor...
No hay nada malo en tener un buen aspecto o impresionar a los demás; el problema viene cuando queremos lucir bien, no importa lo que le suceda a la 'reputación' de Dios en el proceso.
Antes de orar para pedir algo, pregúntate: "¿Quién va a obtener el crédito si Dios contesta mi oración?" Es una buena forma de pedir bien, y para Gloria de Él.
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