miércoles, 22 de abril de 2015

GUARDA TU CORAZÓN



Salmos 141:4
"No permitas que mi corazón se incline a la maldad,
    ni que sea yo cómplice de iniquidades;
no me dejes participar de banquetes
    en compañía de malhechores."

     

David pidió a Dios que protegiera su corazón. Los actos malignos comienzan con malos deseos y la mayoría de las veces no es suficiente con pedir a Dios que nos mantenga  lejos de la tentación, que nos haga más fuerte o que cambie las circunstancias. 

La petición y la acción deben ir más allá: Pedirle a Dios que cambie en nuestro interior el nivel de nuestros deseos, de nuestras atracciones, de nuestros anhelos. 

Si los deseos, pensamientos, metas, anhelos que tenemos no están alineados a la Palabra de Dios, lo más probable es que terminemos haciendo algo que a Él le desagrada.

Que Dios guarde nuestro corazón, que guarde nuestros pensamientos, que guarde nuestra vida.





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