jueves, 7 de agosto de 2014

PRESENCIA CONSTANTE


Génesis 28:16
“Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente EL SEÑOR está en este lugar, y yo no lo sabía” 

Tal y como lo hizo Jacob en Génesis 28, me gusta recordarme cada mañana al despertar que Dios está aquí, «en este lugar», presente conmigo (v. 16). Pasar tiempo con Él cada mañana, leyendo Su Palabra y respondiendo en oración, refuerza mi sentido de Su presencia, el sentido de que Él está cerca. Aunque no le veamos, Pedro nos recuerda que podemos amarle y regocijarnos en Su amor por nosotros con gozo glorioso «inefable» (1 Pedro 1:8).

Llevamos la presencia del Señor con nosotros a lo largo de todo el día, entrelazando el trabajo y la diversión con la oración. Él es nuestro maestro, nuestro filósofo, nuestro compañero, nuestro amable, gentil y muy mejor amigo.

Dios está con nosotros dondequiera que vayamos. Él está en lo común y corriente, lo sepamos o no. «Ciertamente el SEÑOR está en este lugar -dijo Jacob refiriéndose a un lugar de lo más insólito-, y yo no lo sabía» (Génesis 28:16). Puede que no nos demos cuenta de que Él está muy cerca de nosotros. Puede que nos sintamos solos y tristes. Puede que nuestro día parezca sombrío y gris sin un rayo de esperanza visible; pero Él está presente.

En medio de todo el clamor y el murmullo de este mundo visible y audible, escucha cuidadosamente y busca la suave voz de Dios. Escúchale en la Biblia. Habla con Él frecuentemente en oración. Búscale en las circunstancias en las que te encuentras. Ve tras Él. ¡Él está contigo dondequiera que vayas!

Nuestro mayor privilegio es disfrutar de la presencia de Dios.

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