Salmos 12:6
"Las palabras del Señor son puras,
son como la plata refinada,
siete veces purificada en el crisol."
La sinceridad y la verdad son muy valiosas como cualquier metal precioso porque son muy raros de encontrar.
Muchas personas son engañadoras, mentirosas, aduladoras; piensan que van a conseguir lo que quieren por medio del engaño. Como rey, David se encontró con que gran parte de las personas que lo acompañaban, esperaban ganar su favor y ganar la promoción a través de la adulación. Quizás lo vemos nosotros también en nuestros ambientes. Se respira en algunos lugares la hipocresía y la mentira.
Cuando sentimos como si la sinceridad y la verdad casi han dejado de existir, tenemos una esperanza: la Palabra de Dios. Las palabras de Dios son tan impecables como la plata refinada. Son tan ciertas, tan precisas y completamente ciertas...
...Así que escuchemos atentamente cuando Él habla en Su Palabra.
Salmos 11:4
"El Señor está en su santo templo,
en los cielos tiene el Señor su trono,
y atentamente observa al ser humano;
con sus propios ojos lo examina."
Cuando nos pasan esas situaciones en la vida donde nuestros cimientos tiemblan y deseamos que fuésemos invisibles ante los demás, tenemos que recordar que Dios todavía está en control.
Su poder no se ve disminuido por cualquier giro de los acontecimientos. Él sigue siendo el DIOS Todopoderoso aún si perdemos nuestro empleo, si un ser querido parte de esta tierra o si las deudas nos zarandean sin piedad.
Nada sucede sin su conocimiento y autorización. Cuando sientas ganas de salir corriendo de Dios o con deseos de preguntarle (o reclamarle) el porqué de las cosas, recuerda que Su Plan para tí es bueno, agradable y perfecto.
Él restaurará la justicia y la bondad de la tierra en Su momento. Él te levantará si confías en Él. ¡No desmayes!
Salmos 9:13-14
"Ten compasión de mí, Señor;
mira cómo me afligen los que me odian.
Sácame de las puertas de la muerte,
para que en las puertas de Jerusalén
proclame tus alabanzas y me regocije en tu salvación."
Todos nosotros queremos que Dios nos ayude cuando estamos en problemas, pero a menudo por razones diferentes.
Algunos quieren la ayuda de Dios para que se note ante los demás que se está viviendo bien. Otros quizás quieren la ayuda de Dios para sentirse bien consigo mismos. Otro grupo de personas busca la ayuda de Dios para demostrarse a sí mismos que pueden conseguir lo que se desea en cualquier situación. Y así, hay muchos ejemplos...
David Sin embargo, quería la ayuda de Dios para que la justicia fuera restaurada a Israel y para que él pudiera mostrar a otros el poder de Dios.
Cuando llames a Dios y clames por ayuda, considera tu motivo. ¿Es para ahorrarte dolor y vergüenza o para traer a Dios la gloria y el honor? ¡Que Dios nos ayude a glorificarlo en todo!
Salmos 8:2
"Por causa de tus adversarios
has hecho que brote la alabanza
de labios de los pequeñitos y de los niños de pecho,
para silenciar al enemigo y al rebelde."
Los niños son capaces de confiar y alabar a Dios sin dudas ni reservas.
A medida que envejecemos, muchos de nosotros encontramos este tipo de situaciones como más difíciles de hacer. Pidamos hoy a Dios que nos dé la fe y entrega de un niño, que tengamos en nuestro cerebro la eliminación de esas barreras que hemos construido a lo largo de los años y que nos hacen dudar, desconfiar o no creer en lo que Dios dice.
Pongámonos hoy en contacto con esta cualidad infantil y que podamos ser más expresivos y amorosos con Nuestro Padre Celestial.
Salmos 7:17
"¡Alabaré al Señor por su justicia!
¡Al nombre del Señor altísimo cantaré salmos!"
Durante un momento de gran mal y de grandes injusticias, David estaba agradecido con Dios por ser un Dios justo.
En estos tiempos donde cada vez más nos preguntamos si alguien queda que sea honesto o justo, podemos estar seguros de que Dios nos seguirá para llevar justicia y equidad cuando lo involucramos en nuestras actividades.
Si alguna vez sientes que estás siendo tratado injustamente, pide al Señor por esa persona y dale las gracias porque en medio de todo, Él es justo y justos son sus juicios. Aunque no veamos recompensa en esta tierra, seguramente Él dará a cada quien según lo que haya sembrado. ¡Tenemos esperanza en Él!
Salmos 7:9
"Dios justo, que examinas mente y corazón,
acaba con la maldad de los malvados
y mantén firme al que es justo."
Nada se oculta de Dios. Esta verdad dependiendo de la persona puede ser algo reconfortante... o algo aterrador. Nuestros pensamientos son un libro abierto para Él, porque sabe incluso nuestros motivos, no tenemos ningún lugar donde escondernos de Él, no hay manera de fingir que podemos salir adelante con el pecado.
No tenemos forma de "impresionar a Dios" con apariencias o un frente falso. Pero, podemos confiar en que Él nos ayudará a trabajar a través de nuestras debilidades con el fin de que le sirvan como lo ha planeado.
Cuando verdaderamente seguimos a Dios, Él premia nuestro esfuerzo. Es justo. Nos ve a través del filtro de Jesús, quien cargó con nuestros pecados.
Salmos 4:3
"Sepan que el Señor honra al que le es fiel;
el Señor me escucha cuando lo llamo."
Los piadosos son aquellos que son fieles y devotos a Dios. David sabía que Dios le escucharía cuando le llamara y además, también le respondería. Nosotros también podemos estar seguros de que Dios escucha nuestras oraciones y responde cuando clamamos a Él.
A veces pensamos que Dios no nos va a escuchar porque no hemos estado a la altura de sus estándares altos en cuanto a vivir una vida santa. Pero si hemos confiado en Cristo para la salvación, Dios nos ha perdonado, y Él nos escuchará. Cuando te sientas como si tus oraciones están rebotando en el techo, recuerdaque como creyente has sido apartado por Dios y que te ama.
Él escucha y responde, aunque Sus respuestas pueden no ser lo que tú esperas. Mira tus problemas a la luz del poder de Dios en vez de mirar a Dios en la sombra de tus problemas.
Salmos 2:11
"Sirvan al Señor con temor;
con temblor ríndanle alabanza."
Muchas veces en nuestras oraciones decimos "Me rindo a tí", "Me someto completamente..." y otras palabras similares. La verdad es que la rendición y el servicio a Cristo cuando se hacen de corazón, no resultan una carga sino más bien nos hace sentir bien, útiles y productivos en el Reino de Dios.
No debemos hacerlo por cumplir, o por obligación. Realmente es un privilegio poder involucrarnos en los asuntos del Reino de Dios. Si hemos confesado a Jesús como el Único y Soberano Rey que existe, debemos saber que a Él le corresponde todo, incluyendo nuestras vidas. Pero no es un Rey tirano que se complace en explotar a sus súbditos, sino al contrario, desea compartirnos de su Gloria y su Liderazgo.
Si queremos estar listos para el regreso del Rey, el Señor Jesucristo, debemos someternos cada día a Él, completamente. El Servir a Dios completará nuestras vidas y nos preparará para la eternidad.
Salmos 1:2
"...Sino que en la ley del Señor se deleita,
y día y noche medita en ella..."
Mientras meditamos en la Palabra de Dios, no sólo aprendemos sobre Él, sino que lo amamos más y somos inspirados a seguirlo. Meditar, reflexionar significa no sólo leer por leer y ya, sino tomar un tiempo y pensar en cómo podemos aplicar a nuestra vida y nuestras circunstancias lo que hemos leído.
Una de las preguntas que más puede servirnos para vivir de una forma agradable a Él es si debemos cambiar algo en nuestra vida que nos esté haciendo descuidar algún mandato del Señor.
El conocer y meditar en la Palabra de Dios son los primeros pasos de un proceso que debería culminar en la práctica en la vida propia y la enseñanza en la vida de otros.
Si quieres seguir a Dios de cerca, debes saber lo que dice y lo que espera de tí.
Salmos 1:1
"Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en la senda de los pecadores
ni cultiva la amistad de los blasfemos..."
Este salmo comienza ensalzando las alegrías que viven los que tratan de obedecer a Dios y se niegan a escuchar a los que tratan de desacreditarlo o ridiculizarlo.
Y es que nuestros amigos y socios pueden tener una profunda influencia en nosotros, a menudo de maneras muy sutiles. Si insistimos en amistades que suelen burlarse de lo que Dios considera importante, podríamos pecar al convertirnos en indiferentes a la voluntad de Dios.
Es momento de hacer una breve reflexión aprovechando esta hermosa cita. ¿Será que nuestros amigos son de los que nos ayudan a tener una relación con Dios o son de los que nos dan consejos como abandonar a nuestra familia, a nuestros sueños, nuestra fe?
Los verdaderos amigos te ayudarán a acercarte más a Dios, no a obstaculizar tu relación con Él.
Job 21:22
"»¿Quién puede impartirle a Dios conocimientos,
si es Él quien juzga a las grandes eminencias?"
Aunque desconcertado por las razones de su sufrimiento, vemos una comprensión superior de Job por Dios preguntando: "¿Quién puede dar una lección a Dios?"
La forma en que nosotros reaccionamos ante las circunstancias (justas o injustas), y la forma en que respondemos a nuestras luchas personales, muestran lo que en el fondo de nuestro corazón realmente sentimos por Dios.
Podemos decidir enojarnos con Dios por alguna situación adversa. Podemos culparlo, o podemos seguir confiando en Él. En esas situaciones es donde demostramos que creemos en una vida después de esta, que es toda una eternidad o demostramos que nos importan más estos 60, 70, 80 años que pasaremos en esta tierra. Aunque a veces es difícil de ver, Dios está en control. Debemos comprometernos con Él, y aprender a ver las cosas como Él las ve.
Sus pensamientos son más altos que nuestros pensamientos. Dios sabe lo que hace... y Él siempre tiene el control.
Job 7:20
"Si he pecado, ¿en qué te afecta,
vigilante de los mortales?
¿Por qué te ensañas conmigo?
¿Acaso te soy una carga?"
Job en medio de su conocido discurso donde se desahoga y empieza a confrontar al Señor, se refirió a Dios como un vigilante u observador de la humanidad.
Él estaba expresando el sentimiento de que Dios parecía como un enemigo para él, alguien que sin misericordia lo vio retorcerse en su miseria debido a su pecado. Ciertamente Job estaba enfadado, triste y así como David, también estaba diciéndole lo que su corazón sentía, aunque esto no fuese la verdad...
Sabemos que Dios es más que un vigilante. Es más que un policía que únicamente está esperando que cometamos una falta para castigarnos. Él cuida de todo lo que nos sucede. Nunca debemos olvidar que nos ve con compasión, no sólo con un examen crítico.
Sus ojos son los ojos del amor.
Job 1:9-10
"Satanás replicó:
—¿Y acaso Job te honra sin recibir nada a cambio? ¿Acaso no están bajo tu protección él y su familia y todas sus posesiones? De tal modo has bendecido la obra de sus manos que sus rebaños y ganados llenan toda la tierra."
Satanás atacó motivos de Job, diciendo que Job era perfecto y la integridad la tenía sólo porque no tenía razón para volverse en contra de Dios.
El enemigo quería probar que si alguien adora a Dios no es por amor, sino porque Dios le ha dado tanto. Quizás él ha analizado con precisión por qué muchas personas confían en Dios: Son creyentes de buen tiempo, que siguen a Dios sólo cuando todo va bien o cuando les sirve para lo que quieren conseguir. Pero la adversidad destruye este tipo de fe superficial.
La adversidad fortalece la verdadera fe al provocar a los creyentes a que caven sus raíces profundamente en Dios para poder resistir las tormentas. ¿Qué tan profundo está arraigada tu fe?
Establece las raíces de tu fe profundamente en Dios, de esa forma podrás resistir cualquier tormenta que se te ponga enfrente.
2 Crónicas 20:15
"Y dijo Jahaziel: «Escuchen, habitantes de Judá y de Jerusalén, y escuche también Su Majestad. Así dice el Señor: “No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes sino mía."
En nuestros tiempos, no luchamos cada día contra un batallón de un ejército enemigo. Pero cada día que vivimos en este mundo debemos combatir la tentación, la presión, y las artimañas del enemigo de nuestras almas, que quiere que nos rebelemos en contra Dios y vivamos quejándonos de lo que nos pasa, reprochando por todo y siendo malagradecidos con lo que tenemos.
Recuerda que, como creyentes, tenemos el Espíritu de Dios en nosotros. Si pedimos la ayuda de Dios cuando nos enfrentamos a una lucha, Dios peleará por nosotros.
Dios peleará por nosotros. Y Dios siempre triunfa.
2 Crónicas 6:30
"Óyelo tú desde el cielo, donde habitas, y perdónalo. Págale a cada uno según su conducta, la cual tú conoces, puesto que sólo tú escudriñas el corazón humano."
¿Te has sentido alguna vez lejos de Dios, separado de Él por algún sentimiento de fracaso o por problemas personales?
En su oración, Salomón destacó la honorabilidad Dios, quien está dispuesto a escuchar a su pueblo, para perdonar sus pecados, y para restaurar su relación con Él.
Dios está esperando y escuchando nuestras confesiones de culpabilidad y nuestro profundo deseo de obedecerle. Él nos oye cuando confesamos nuestras necesidades y nuestros problemas a Él, y está dispuesto a perdonar y restaurarnos para tener una vez más comunión con Él.
No esperes más tiempo para experimentar su perdón amoroso. Dios no desprecia un corazón quebrantado.
2 Crónicas 6:18
"»Pero ¿será posible que tú, Dios mío, habites en la tierra con la humanidad? Si los cielos, por altos que sean, no pueden contenerte, ¡mucho menos este templo que he construido!"
Salomón se maravilló de que Dios estuviese dispuesto a vivir en esta tierra, entre la gente pecadora.
Hoy en día, nos maravillamos de que Dios, a través de Su Hijo, Jesús, haya habitado entre nosotros en forma humana y que nos revele sus propósitos eternos. Al hacerlo, Dios está tratando de llegar a nosotros en y por amor.
Dios quiere que nos acerquemos a Él con el fin de conocerlo y amarlo con todo nuestro corazón.
No te limites a maravillarte de su poder; tómate el tiempo de llegar a conocerlo. Dios está entre nosotros.
2 Samuel 22:47
"¡El Señor vive! ¡Alabada sea mi roca!
¡Exaltado sea Dios mi Salvador!"
David alaba a Dios de todo corazón. Las mejores composiciones que he visto y que me han acercado a Dios por medio de alabanzas basadas en la Escritura, han sido las de David, que nacían de un corazón sumamente agradecido y sensible a la Presencia del Señor.
La alabanza no es sólo una canción acerca de Dios; es un canto a Dios, dirigido a Él. La alabanza a Dios tiene varios objetivos:
(1) Acción de gracias por cada atributo de su naturaleza divina;
(2) Centrar nuestros corazones en Él;
(3) Agradecer su dones preciosos a nosotros;
(4) Dar gracias por nuestra relación con Él.
Y la lista puede seguir y seguir, muchas veces en la oración se nos pasa el tiempo pidiendo o deseando. Cuando alabamos al Señor, le damos. No es congruente decir "No siento nada al alabar" porque no se trata de algo para que sientas algo, sino se trata de Él.
Alaba. En la prueba, alaba. En la victoria, alaba. En los ríos de plenitud o en los valles de sombras, alaba.
Isaías 59:1-2
"He aquí que no se ha acortado la mano del Señor para salvar,… Pero… vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír"
Los antiguos israelitas creían que Dios estaba sordo cuando, en realidad, eran ellos los que tenían el problema. Isaías era un profeta enviado a advertir al pueblo de Dios acerca del juicio inminente, pero su mensaje se encontró con oídos sordos. En vez de ser el pueblo del pacto de Dios, que había de traer luz a los que vivían en tinieblas y liberarlos de las casas de prisión del pecado (42:7), los israelitas se negaron a escucharle. «No quisieron andar en sus caminos, ni oyeron su ley» (v.24).
El profeta explicó por qué las oraciones de ellos parecían encontrarse con los oídos sordos de Dios: «He aquí que no se ha acortado la mano del Señor para salvar; ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios» (Isaías 59:1-2). Una razón para no recibir respuestas de parte de Dios es que puede que el pecado esté bloqueando nuestros oídos. Examinémonos cuidadosamente.
No es difícil escuchar a nuestro Dios. Dios habla por medio de Su Palabra a aquellos que escuchan con el corazón, un corazón libre debido a la obediencia.
2 Samuel 8:15
"David reinó sobre todo Israel, gobernando al pueblo entero con justicia y rectitud."
El reinado del rey David fue caracterizado por hacer lo que era "justo y correcto."
David era justo en la interpretación de la ley, la administración de la pena con la misericordia, respeto de los derechos de las personas, y reconociendo los derechos de las personas hacia Dios.
No es de extrañar que casi todo el mundo confiaba y seguía a David. La justicia se caracteriza por la manera de relacionarse con las demás personas, ya que las vemos y las tratamos como iguales delante de Dios. Sin favoritismos, sin exclusiones, sin prejuicios. La justicia divina no sólo da por igual (El sol, según la Palabra de Dios, sale sobre "buenos y malos"), sino que también tiene misericordia según los términos de Dios, al reconocer y confesar los pecados.
El día de hoy, asegurémonos de que nuestro trato a las demás personas es justo, es equitativo, es correcto. En una palabra, tratemos a los demás y veámoslos, como Dios nos ve a nosotros.
1 Samuel 12:24
"Pero los exhorto a temer al Señor y a servirle fielmente y de todo corazón, recordando los grandes beneficios que él ha hecho en favor de ustedes."
Samuel recordó a la gente a tomar tiempo para considerar las grandes cosas que Dios había hecho por ellos.
Tomarse el tiempo para la reflexión nos permite enfocar nuestra atención en la bondad de Dios y fortalece nuestra fe. A veces estamos tan orientados al futuro, a las metas, a nuestros progresos diarios que no tomamos tiempo para recordar todo lo que Dios ha hecho ya.
Recuerda lo que Dios ha hecho por ti para que puedas continuar tu vida acompañada de gratitud.
1 Samuel 1:11
"Entonces hizo este voto: « Señor Todopoderoso, si te dignas mirar la desdicha de esta sierva tuya y, si en vez de olvidarme, te acuerdas de mí y me concedes un hijo varón, yo te lo entregaré para toda su vida, y nunca se le cortará el cabello.»"
Muchas veces al orar o pedir algo al Señor, prometemos que haremos tal o cual cosa. Debemos tener sumo cuidado con lo que prometemos "si Dios nos concede algo", porque Él sí cumple lo que promete.
En el versículo anterior vemos que Ana quería desesperadamente un niño, a tal punto que estaba dispuesta a cerrar un trato con Dios. Dios la llevó hasta su promesa, y para crédito de Ana, ella hizo su parte, a pesar de que fue doloroso.
Aunque no estamos en condiciones de negociar con Dios, Él todavía puede elegir contestar una oración que tiene una promesa adjunta. Cuando ores, pregúntate: "¿Voy a cumplir realmente cualquier promesa que haga a Dios si concede mi petición?"
Es deshonesto y peligroso ignorar una promesa, sobre todo a Dios. Dios cumple sus promesas, y Él espera que tú también cumplas las tuyas.
Jueces 18:24
"Micaías les respondió:
—Ustedes se llevaron mis dioses, que yo mismo hice, y también se llevaron a mi sacerdote y luego se fueron. ¿Qué más me queda? ¡Y todavía se atreven a preguntarme qué me sucede!"
Micaías hizo ídolos y contrató a un sacerdote para ejecutar su religión personal. Cuando los hombres de Dan tomaron sus ídolos y su sacerdote, no le quedó nada. ¡Eso precisamente es una condición espiritual vacía!
Un ídolo es algo que toma el lugar de Dios en la vida de una persona. Algunas personas invierten toda su energía persiguiendo el dinero, el éxito, las posesiones, o una carrera. Si estos ídolos son recogidos, sólo una cáscara vacía quedará.
La única manera de protegerse contra una vida vacía es invertir tu vida en el Dios vivo, ya que haciéndolo así, nadie te lo puede quitar. Nunca podrás perder.
Josué 24:15
"Pero si a ustedes les parece mal servir al Señor, elijan ustedes mismos a quiénes van a servir: a los dioses que sirvieron sus antepasados al otro lado del río Éufrates, o a los dioses de los amorreos, en cuya tierra ustedes ahora habitan. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor."
El pueblo de Dios en el tiempo de Josué tenía que decidir si iban a obedecer al Señor, que había comprobado su confiabilidad, u obedecer a los dioses locales, que sólo eran ídolos hechos a mano.
Es fácil caer en una rebelión contra el Señor cuando llevamos una vida a nuestra manera. Pero llega el momento en que tú y yo tengamos que elegir quién o qué va a controlarnos.
La elección es tuya: ¿Será Dios, su propia personalidad su grandeza y divinidad, u otro sustituto imperfecto?
Una vez que hayas elegido para que sea Dios tu Señor, quien diriga tus pasos, no olvides reafirmar tu elección todos los días. No sólo con palabras, sino con hechos.
Josué 1:5
"Durante todos los días de tu vida, nadie será capaz de enfrentarse a ti. Así como estuve con Moisés, también estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré."
El nuevo trabajo de Josué consistía en liderar a más de dos millones de personas en una tierra nueva y extraña y conquistarla.
Cada nuevo trabajo es un desafío. Sin Dios puede ser aterrador. Con Dios puede ser una gran aventura.
Así como Dios estaba con Josué, Él está con nosotros cuando nos enfrentamos a nuestros nuevos desafíos. Ciertamente no nos pondrá a literalmente conquistar naciones, pero cada día nos enfrentamos a situaciones difíciles, a personas difíciles y tentaciones difíciles. Dios promete, sin embargo, que nunca nos abandonará ni dejará de ayudarnos.
Al pedir a Dios que nos dirija podemos conquistar muchos de los desafíos de la vida.
Deuteronomio 10:12-13
"»Y ahora, Israel, ¿qué te pide el Señor tu Dios? Simplemente que le temas y andes en todos sus caminos, que lo ames y le sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma, y que cumplas los mandamientos y los preceptos que hoy te manda cumplir, para que te vaya bien."
A menudo nos preguntamos: "¿Qué espera Dios de mí?" Aquí Moisés da un resumen que es simple en su forma y fácil de recordar.
Éstos son los elementos esenciales:
1. Teme a Dios;
2. Vive de una manera que a Él le agrade;
3. Ámalo;
4. Sírvele con todo tu corazón y alma;
5. Obedece sus mandamientos.
Con demasiada frecuencia nos complicamos la fe con reglas hechas por el hombre, regulaciones y requisitos. Estos elementos que vimos están tomados directamente de la Escritura, son claros y muy directos, ¿Te sientes frustrado y desanimado por estar tratando de agradar a Dios?
Concéntrate en estos puntos y busca agradarlo con todo tu corazón y toda tu vida. Respetar, agradar, amar, servir y obedecer.
Deuteronomio 5:16
"»Honra a tu padre y a tu madre, como el Señor tu Dios te lo ha ordenado, para que disfrutes de una larga vida y te vaya bien en la tierra que te da el Señor tu Dios."
Obedecer a nuestros padres es nuestra tarea principal cuando somos jóvenes, pero en honor a ellos deberíamos continuar incluso más allá de su muerte.
Honrar implica todo lo que hijos e hijas hacen con sus vidas: Su forma de trabajar y hablar, los valores que poseen, y la moral que practican. Honrar es respetar, dignificar su nombre, su apellido.
"El primer mandamiento con promesa", según las palabras del apóstol Pablo es precisamente éste. Y aunque no lo hagamos para tener larga vida, debemos entender que honrar a nuestros padres es honrar a Dios.
¿Qué estás haciendo para mostrar respeto a tus padres? ¿Estás viviendo de una manera que les traiga honra?
Levítico 25:23
"»La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra es mía y ustedes no son aquí más que forasteros y huéspedes."
Dios estaba diciendo que el pueblo algún día iba a poseer la tierra en Canaán, pero en Su Plan, sólo la propiedad de Dios es absoluta. Piensa en el lugar donde estás viviendo. ¿De quién es el pedazo de tierra que hay bajo esa casa? ¿De quién era hace 500 años? ¿De quién va a ser dentro de unos 200? La mejor respuesta a estas preguntas es la misma: El propietario es DIOS.
Él quería y quiere que su pueblo evite la codicia y el materialismo. Si tú tienes la actitud de que estás cuidando los bienes del Señor, entonces ese punto de vista hará que evites cosas como derrochar, ser envidioso, egoísta, codicioso, avaro y tantas otras cosas más que se derivan del amor al dinero y los bienes.
Piensa en ti como un administrador de todo lo que está bajo tu cuidado, no como propietario. El propietario de todo es Dios.
Éxodo 34:7
"...que mantiene su amor hasta mil generaciones después, y que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado; pero que no deja sin castigo al culpable, sino que castiga la maldad de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y la cuarta generación."
¿Por qué los pecados afectan algunas veces a los niños y nietos? No es que Dios castigue los pecados de los padres en los hijos. Él lo ha dejado claro en Ezequiel que no es así. Pero las consecuencias de nuestras malas decisiones, ciertamente pueden afectar el desarrollo de nuestros hijos.
Esto no es un castigo arbitrario. Los niños siguen sufriendo por los pecados de sus padres. Considera la posibilidad de abuso infantil o el alcoholismo, por ejemplo. Mientras que estos pecados son obvios, pecados como el egoísmo y la codicia se pueden pasar de una generación a otra también.
Ten cuidado de no tratar el pecado ligeramente, al contrario si en tu hogar has estado lidiando por mucho tiempo en situaciones que pueden estar afectando a tus hijos y tus nietos, te exhortamos hoy a arrepentirte y pedir perdón al Señor. No permitas que ese pecado siga ganando terreno y se siga trasladando de generación en generación.
Recuerda que el amor de Dios inunda y bendice ¡Hasta mil generaciones además de la nuestra! Vale la pena confiar y obedecer al Señor Todopoderoso.
