Deuteronomio 10:16
"Por eso, despójate de lo pagano que hay en tu corazón, y ya no seas terco."
Moisés ordenó a los israelitas que circuncidaran sus corazones en lugar de ser rebeldes. La circuncisión tenía un significado tremendo en las mentes de los israelitas, ya que era un signo físico del pacto entre ellos y Dios. Viviendo cerca de los cananeos cuyo sistema de adoración involucraba promiscuidad sexual, la circuncisión de un hombre hebreo era un recordatorio para evitar tales rituales culturales. Pero la circuncisión fue mucho más que un acto físico.
El corazón de una persona debe reflejar el signo físico. Dios se preocupa no solo de las marcas externas de la santidad sino también de la postura del corazón humano. El pacto de Dios requería un cambio espiritual para amar a Dios como Él desea: con todo el corazón, el alma y las fuerzas. Tal cambio necesario solo viene a través de Jesús. En Cristo nuestra deuda fue cancelada; nuestra carne que nos gobernaba fue enterrada, y fuimos resucitados de la muerte a la vida.
Jesús, mi corazón puede ser un lugar oscuro y desolado. Tómalo, llénalo y transfórmalo, para que sea puro y verdadero como tú. Amén.
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