viernes, 22 de mayo de 2020

UN DESCANSO PARA SIEMPRE



Mateo 11:30
"Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana»."


El descanso sabático siguió el modelo que Dios estableció en la creación, cuando, después de crear el mundo en seis días, descansó el séptimo día y lo llamó santo. Este ritmo de trabajo y descanso se incorporó a la forma en que Dios diseñó a la humanidad para funcionar y prosperar. Todos los creyentes deben entregarse a un trabajo significativo que cuide y mejore el mundo de Dios para darle gloria. Luego, como un acto de fe y confianza, los creyentes deben descansar, mostrando su dependencia de Dios y encontrando satisfacción en la intimidad con su Creador.

La esperanza de la tierra prometida sirvió como una imagen del descanso sabático. Después de la esclavitud en Egipto y de un arduo viaje por el desierto, la gente encontró descanso en una tierra que estaba libre de guerra y que fluía leche y miel. Allí podían vivir con seguridad y adorar a Dios correctamente, o eso pensaban. La historia de la nación de Israel demuestra que tal descanso fue de corta duración, en el mejor de los casos. La gente nunca estuvo dispuesta a expulsar a los habitantes de la tierra por completo, por lo que enfrentaban constantemente la amenaza de ataques enemigos. Su obediencia inconsistente significaba que el juicio de Dios nunca estaba lejos. La esperanza de descansar permaneció, pero probablemente parecía un sueño olvidado hace mucho tiempo.

El autor de Hebreos le recordó a una iglesia dispersa, mucho después del fracaso y el exilio de Israel, que la esperanza de descansar aún permanece (Heb 4). Esta vez, sin embargo, la promesa de descanso no se encuentra en un día de la semana o en una ubicación en un mapa. En cambio, la promesa de descanso se encuentra uniéndose a Cristo, libre de la tiranía del pecado. Este descanso libera a la humanidad del laborioso e imposible proceso de tratar de asegurar la bendición de Dios por medio de sus acciones justas. Como Cristo ha cumplido la ley para su pueblo y les ha dado su justicia por medio de la fe, pueden descansar, sabiendo que la obra está terminada y que su posición ante Dios es segura. Pueden encontrar descanso en cualquier momento y en cualquier lugar viniendo a Cristo cuyo yugo es fácil y cuya carga es ligera (Mt, 11:30). En Él, las almas cansadas pueden encontrar refrigerio y los corazones rotos pueden recuperarse.

Jesús, en este mundo acelerado, ayúdame a recordar dónde pertenece mi esperanza. Ayúdame a descansar en mi relación contigo y en la libertad que esa relación trae. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario