Salmos 67:3
"Que te alaben, oh Dios, los pueblos;
que todos los pueblos te alaben."
El salmista deseaba las bendiciones de Dios para poder darle fama a Dios entre las naciones. La esperanza era que todas las personas vieran los beneficios de seguir al Señor. Desde el principio, el plan de Dios fue amplio e involucró a todos los pueblos de la tierra (Gén 12:3). La perspectiva evangelística de este salmo apunta hacia el enfoque del Nuevo Testamento en compartir el evangelio.
Antes de ascender al cielo, Jesús dio una misión clara a los discípulos. Debían hacer nuevos discípulos de personas de todas las naciones, enseñando y bautizando en su nombre (Mt 28:18-20). La forma principal de hacer discípulos es hablar las buenas nuevas del evangelio, explicando la gracia de Dios, el sacrificio de Cristo, la derrota del pecado y la esperanza de la vida eterna.
Cuando las personas experimentan un cambio de vida a través de Jesús, Él las transforma para que traigan luz al mundo. La satisfacción en Jesús se convierte en un anuncio vivo de la suficiencia de Jesús. Los cristianos hacen brillar su luz gozosa en el mundo, todo para la gloria de Dios (Mt 5:14-16).
Jesús, ayúdame a articular tus verdades a aquellos que quieran escuchar. Quiero que otros comprendan la suficiencia de la fe en ti. Amén.
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