miércoles, 7 de enero de 2015

LIBERTAD


Gálatas 5:13
"No uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros"

 

La libertad es peligrosa en manos de aquellos que no saben cómo usarla. Esa es la razón por la que los criminales son confinados en cárceles con alambres de púas, barras de acero y muros de cemento. La libertad sin barreras puede como el caos.

En ninguna otra parte esto se hace tan evidente como en la vida cristiana. Los creyentes están libres de la maldición de la ley, de su castigo y de su poder para producir la culpa. El temor, la ansiedad y la culpa son reemplazados por la paz, el perdón y la libertad. ¿Quién podría ser más libre que aquel que experimenta la libertad en lo más profundo de su alma? Pero aquí es donde a menudo fallamos. Usamos el privilegio de la libertad para vivir de manera egoísta, o pretendemos ser dueños de lo que simplemente nos ha sido encomendado por Dios. Nos involucramos en maneras de vivir en las que nos permitimos excesos, especialmente cuando nos va bien en la vida.

El uso apropiado de la libertad es «la fe que obra por el amor» para servirnos unos a otros (Gálatas 5:6,13). Cuando dependemos del Espíritu Santo y gastamos nuestras energías en amar a Dios y ayudar a los demás, la obra destructora de la carne queda limitada por Dios (vv.16-21). Así que, usemos siempre nuestra libertad para construir, no para destruir.

La libertad en Dios no nos da la facultad de hacer lo que nos venga en gana o nos agrada a nosotros, sino de hacer lo que agrada a Dios.

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