martes, 8 de septiembre de 2015

NADIE NOS PUEDE ARREBATAR DE SU MANO



Juan 10:28-29
"Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano.
Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar."


Así como un pastor protege a sus ovejas, Jesús protege a su pueblo de un daño eterno. 


Mientras que los creyentes pueden sufrir en la tierra en algunas situaciones, la verdad es que el enemigo no puede dañar sus almas o quitarles la vida eterna con Dios. 

Hay muchas razones para tener dudas y limitaciones aquí en la tierra, porque el príncipe de este mundo tiene cierto dominio (limitado en tiempo y espacio). Pero si decides seguir a Jesús, Él te dará la seguridad eterna.

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