Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
jueves, 17 de septiembre de 2015
VIVIR PARA JESÚS
Juan 16:32
"Mirad, la hora viene, y ya ha llegado, en que seréis esparcidos, cada uno por su lado, y me dejaréis solo; y sin embargo no estoy solo, porque el Padre está conmigo."
Los discípulos se dispersaron después de que Jesús fue arrestado.
Jesús aceptó su declaración de fe a pesar de saber su debilidad y su condición nueva: Estaba solo (físicamente hablando).
Pero sabía que esas personas que tenían miedo y que lo dejaron solo iban a ser transformadas en un proceso que los llevaría años más adelante a dar la vida por su fe. Pero no la estarían perdiendo, sino ganándola. Algo difícil de comprender para ellos y para nosotros, pero que es el resumen de la buena noticia de Dios: Tenemos vida gracias a que Jesús la entregó por nosotros. Y al entregarla nosotros también, viviremos eternamente junto a Él.
¿Qué tanto estamos viviendo lo que decimos que creemos en Jesús? ¿En qué fase estaremos todavía? ¿En donde abandonamos a Jesús al primer problema, o en donde ya somos capaces de entregar nuestra vida por Él?
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