jueves, 12 de noviembre de 2015

¡CUIDADO CON LO QUE HABLAMOS!



Efesios 5:4
"Tampoco debe haber palabras indecentes, conversaciones necias ni chistes groseros, todo lo cual está fuera de lugar; haya más bien acción de gracias."

La obscenidad y chistes groseros son tan comunes que a vecs empezamos a darlos por "normales". Muchas veces nuestros hijos dicen alguna grosería cuando están empezando a hablar y lo "celebramos". Hablamos sin pensar algunas veces y eso nos mete en problemas.

Pablo advierte, sin embargo, que el lenguaje impropio no debería tener lugar en la conversación del cristiano, ya que no refleja la presencia de la gracia de Dios en nosotros. 

¿Cómo podemos alabar a Dios y recordar a los demás de su benignidad, cuando estamos hablando groseramente o en doble sentido? ¡Que Dios nos ayude a hablar de tal forma que Él sea glorificado!

No hay comentarios:

Publicar un comentario