Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 9 de octubre de 2018
HERENCIA
Números 26:52-54
"Y habló Jehová a Moisés, diciendo:
A éstos se repartirá la tierra en heredad, por la cuenta de los nombres.
A los más darás mayor heredad, y a los menos menor; y a cada uno se le dará su heredad conforme a sus contados."
Así como Israel recibió una herencia en la tierra prometida a ellos, así también nosotros hemos recibido una herencia en el reino de Dios. Poseemos esa herencia por fe, primero para la salvación y luego para todo lo que Dios nos llama a hacer y a ser.
Poseemos nuestra herencia por fe expresada en obediencia arriesgada. La plenitud de nuestra herencia solo se experimentará en el cielo; como Moisés, podemos ver esa recompensa a distancia. Sin embargo, es esta esperanza de unión eterna y relación ininterrumpida con Dios Todopoderoso la que fortalece nuestra fe. Como poseemos nuestra herencia por fe, recibimos y vivimos en el amor de Dios.
Este amor es a lo que respondemos en la salvación. Este amor nos marca como ciudadanos del reino de Dios y coherederos con Cristo. El amor transforma todo lo que hacemos y todo lo que somos en la adoración de nuestro amoroso Dios. Poseemos nuestra herencia en el reino de Dios a través de la fe, la esperanza y el amor.
Señor Jesús, tú eres mi herencia y tu Espíritu es el depósito que garantiza lo que está por venir. Gracias.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario