viernes, 12 de octubre de 2018

LO QUE DIÓS UNIÓ...



Marcos 10:7-9
"Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer,
y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno.
Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre."


El propósito de Dios en el matrimonio es la unidad, la unión de dos personas distintas, diferentes y separadas en una. Lo que afecta a un cónyuge afecta al otro. Lo que daña a un cónyuge, daña al otro. Es en la unidad que ambos cónyuges se transforman en el propósito que Dios tiene para cada matrimonio. 


Nuestra misión no es la realización personal y la felicidad. Nuestra misión es la gloria de Dios revelada en un matrimonio de dos personas que Dios está transformando para convertirse en uno en Él. Solo Dios puede unirse y unir nuestras vidas y espíritus en formas que expresen la unidad. Hay un testigo poderoso del mundo del amor infalible de Dios cuando nos rendimos a Él en esta aventura de unidad.

Señor Jesús, gracias por mi esposa. Continúa haciéndonos uno y glorifica tu nombre en nuestro matrimonio a través de tu amor infalible. Amén.

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