Josué 2:8-13
"Antes de que los espías se acostaran, Rahab subió al techo y les dijo:
—Yo sé que el Señor les ha dado esta tierra, y por eso estamos aterrorizados; todos los habitantes del país están muertos de miedo ante ustedes.
Tenemos noticias de cómo el Señor secó las aguas del Mar Rojo para que ustedes pasaran, después de haber salido de Egipto.
También hemos oído cómo destruyeron completamente a los reyes amorreos, Sijón y Og, al este del Jordán.
Por eso estamos todos tan amedrentados y descorazonados frente a ustedes. Yo sé que el Señor y Dios es Dios de dioses tanto en el cielo como en la tierra.
Por lo tanto, les pido ahora mismo que juren en el nombre del Señor que serán bondadosos con mi familia, como yo lo he sido con ustedes.
Quiero que me den como garantía una señal de que perdonarán la vida de mis padres, de mis hermanos y de todos los que viven con ellos.
¡Juren que nos salvarán de la muerte!"
¿Quién es Rahab? ¿Qué hace ella por los espías israelitas?Aún cuando no es parte del pueblo de Dios, ha escuchado lo que Él ha hecho por su pueblo y reconoce el poder que tiene... algo que ni siquiera puede hacer la gran mayoría del pueblo de Israel.
¿Qué podemos aprender sobre el carácter de Dios al perdonar a este tipo de mujer? Ciertamente Dios es galardonador de los que creen en Él y le buscan, y podemos ver cómo recompensó a Rahab por su fe. No sólo la libró a ella y a toda su familia cuando Israel conquista Canaán, sino que ella llega a estar dentro del árbol genealógico del Rey David, y por consiguiente, de Jesús.
Que el día de hoy tengamos esa fe en el Dios de poder y de milagros. Reconozcamos lo que es capaz de hacer y que es capaz de librarnos de cualquier mal.