Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 15 de octubre de 2014
DEPENDIENTE DE DIOS
Salmo 37:3
"Confía en el Señor, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad"
Como lo he comunicado hace unos días, mi primer hijo acaba de nacer. Es increíble lo importante que es un solo "tiempo" de comida para un recién nacido. Como adultos quizás muchas veces pasamos hambre o no nos alimentamos correctamente y no sentimos las consecuencias (a corto plazo), pero con un bebé no es así.
No hay medicina o tratamiento que pueda suplir una nutrición correcta, y como seguidores de Cristo, constantemente encontramos que nuestras reservas emocionales y espirituales se agotan por causa de los desafíos de la vida en un mundo caído. En tales momentos, necesitamos el alimento para fortalecernos. En el Salmo 37, David nos alentó a fortalecer nuestros corazones alimentando nuestras almas. Él escribió: «Confía en el Señor, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad» (v. 3).
Cuando la debilidad nos aflige, la seguridad y la tranquilidad de la fidelidad interminable de Dios puede darnos la capacidad para seguir adelante en Su nombre. Su fiel cuidado es el alimento que necesitamos, dándonos, tal y como dice el himno «Oh, Tu fidelidad»: «Eres mi fuerza, mi fe, mi reposo».
Recuerda alimentarte de la fidelidad de Dios para encontrar la fortaleza que necesitas.
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