Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
domingo, 5 de octubre de 2014
HEME AQUÍ
Génesis 22:1
"Aconteció… que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí"
Sería impensable invitar a unos buenos amigos a cenar y luego servirles unas sobras recalentadas en el microondas. Pero, si lo hiciera, eso diría mucho acerca de mis verdaderos sentimientos con respecto a ellos.
Darle a Dios las sobras de nuestras vidas dice muchísimo acerca del verdadero valor que Él tiene para nosotros. Cuando Dios le pidió a Abraham que le entregase a Isaac como un acto de adoración, Génesis 22:1 lo llama una prueba. Una prueba para ver si había algo en la vida de este hombre que él atesorara más que a Dios.
No es diferente con nosotros. Hay momentos en los que Dios requiere algo realmente importante para hacer que se cumpla Su obra. Él nos pedirá que renunciemos a nuestros instintos naturales de buscar venganza para que podamos comunicar Su amor misericordioso perdonando a nuestros enemigos. Puede que nos llame a sacrificar parte de nuestro tiempo, dinero o comodidades para hacer avanzar Su causa. O puede que requiera que permitamos que nuestros hijos e hijas vayan a lugares remotos para hablarles a otros acerca de Su amor Salvador. La manera en que respondemos a lo que Él requiere dice muchísimo acerca de cuáles son nuestros verdaderos sentimientos con respecto a Él.
Cualquiera puede ofrecer las sobras. Pero los que aman a Dios más que a cualquier otra cosa Le entregarán lo mejor a Él.
Ningún sacrificio que hagamos es demasiado grande para Aquel que lo sacrificó todo de sí mismo.
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