Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 24 de octubre de 2014
¿DUDAS?
Juan 20:28
"Entonces Tomás respondió y le dijo: !Señor mío, y Dios mío!"
Un joven estaba luchando con su fe. Creció en un hogar cristiano donde le amaron y le cuidaron bien, pero permitió que las malas decisiones y las circunstancias le alejaran del Señor. Aunque había afirmado conocer a Jesús cuando era un niño, ahora luchaba con la incredulidad.
Esa circunstancia me hizo pensar en el apóstol Tomás, el que se le conoce por su incredulidad. Caminó con el Señor por mucho tiempo pero en el momento difícil no estaba tan seguro ni de Jesús ni de su fe.
Todos sabemos y este joven también sabía que Tomás era uno de los doce apóstoles y que había confiado abiertamente en Cristo por varios años. Después de la muerte de Jesús, Tomás dudó de que Él realmente hubiese resucitado de la tumba. Pero ocho días después el Señor se le apareció a Tomás, le mostró Sus cicatrices y le dijo que dejara de dudar y creyera. Finalmente, listo para abandonar sus dudas, Tomás dijo: «¡Señor mío, y Dios mío!»
¿Será posible que te encuentres en el «tiempo de Tomás»?; ¿Estarás viviendo un momento en el que te parece difícil sentirte cerca de Jesús, tal vez incluso dudando de Él? RECUERDA:Jesús está esperándote. Extiende tu brazo y toma Su mano marcada por los clavos.
Un hijo de Dios siempre es bienvenido a casa. Hoy es un buen momento de hacerlo y exclamar: ¡Señor mío y Dios mío!
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