martes, 21 de octubre de 2014

SER O NO SER



2 Corintios 1:8

"Nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia... de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida" 

¿Cuántos no escuchamos el famoso dilema de Shakespeare: «Ser o no ser; esa es la cuestión»? En el contexto de la obra, el personaje estaba pensando en «ser» (continuar viviendo) o «no ser» (quitarse la vida).


A veces, el sufrimiento de la vida puede llegar a ser tan abrumador que somos tentados a caer en la desesperación. El apóstol Pablo le dijo a la iglesia en Corinto que la persecución que él había padecido en Asia había sido tan intensa, que «aun perdí la esperanza de conservar la vida» (2 Corintios 1:8). Pero al trasladar su enfoque hacia su Dios, el sustentador de su vida, Pablo adquirió una capacidad de recuperación en vez de abrumarse, y llegó a la conclusión de que «no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios» (v. 9).


Las pruebas pueden hacer parecer que la vida no vale la pena. Centrarnos en nosotros mismos puede llevarnos a la desesperación. Pero poner nuestra confianza en Dios nos da una perspectiva completamente diferente. Mientras vivamos en este mundo, podemos tener la certeza de que nuestro Dios Todopoderoso puede sostenernos. Y como Sus seguidores, siempre tendremos un propósito divino para «ser» y seguir adelante.


Las pruebas nos hacen pensar; pensar nos hace sabios; la sabiduría hace que la vida sea provechosa. ¡Sigamos adelante!

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