Mateo 9:37-38
"«La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—. Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo.»"
Jesús miró a las multitudes que lo seguían y se refirió a ellos como un campo maduro y listo para la cosecha.
Muchas personas en estos tiempos también están dispuestos a dar sus vidas a Cristo si alguien les mostrara cómo. Jesús nos manda a orar para que cada vez más cristianos respondan a a esta necesidad de los que no le conocen.
A menudo, cuando oramos por algo, Dios responde a nuestras oraciones con nosotros mismos. Prepárate para que Dios te use para mostrar a otra persona el camino hacia Él.
Mateo 9:5-6
"¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados quedan perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa."
Es "fácil" decirle a alguien que sus pecados son perdonados; ¡Pero es mucho más difícil de revertir un caso de parálisis! Esta famosa sanación de Jesús sirve para ejemplificarnos que Él siempre respaldó con hechos lo que decía con sus palabras.
La acción de Jesús demostró que sus palabras eran ciertas; él tenía el poder de perdonar y sanar. Hablar es barato, pero nuestras palabras carecen de sentido si nuestras acciones no las respaldan. Podemos decir que amamos a Dios o a los demás, pero si no estamos tomando medidas prácticas para demostrar el amor, nuestras palabras son vacías y sin sentido.
¿Qué tan bien tus acciones respaldan lo que dices? Si no lo hacen, hoy es un buen día para tomar cartas en el asunto y empezar a actuar más, y hablar menos.
Mateo 7:21
"»No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo."
Algunos atletas autoproclamados pueden "hablar" sobre un gran juego, pero eso no dice nada acerca de sus habilidades atléticas. Hace unas semanas se realizó lo que muchos llamaron "La pelea del siglo". Un encuentro boxístico que llenó las primeras planas en los periódicos de decenas de países... y al final de cuentas nos dimos cuenta que del "dicho al hecho, hay mucho trecho".
Y en ese mismo sentido, podemos concluir que no todas las personas que hablan de los cielos pertenecen al reino de Dios. Jesús está más preocupado por nuestro caminar cristiano que por nuestra "charla" cristiana. Él quiere que hagamos bien, no sólo que digamos las palabras adecuadas.
Tu casa (que representa tu vida) resistirá las tormentas de la vida sólo si tú haces lo que es correcto en vez de sólo hablar de ello.
Lo que se hace no se puede separar de lo que tú crees. ¡Que nuestro actuar sea congruente con lo que decimos!
Mateo 6:34
"Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas."
La planificación del mañana es un tiempo bien empleado; preocuparse por el mañana es tiempo perdido. A veces es difícil ver la diferencia.
La planificación cuidadosa es pensar en el futuro en términos de metas, pasos y horarios, y confiando en la guía de Dios. Cuando se hace bien, la planificación puede ayudar a aliviar la preocupación.
La preocupación, por el contrario, es consumida por el miedo y eso tiene como consecuencia en un difícil confiar en Dios. No dejes que tus planes interfieran con tu relación con Dios.
No dejes que tu preocupación por el mañana afecten tu relación con Dios hoy.
Mateo 6:21
"Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón."
Jesús dejó en claro que el tener o buscar los tesoros equivocados lleva a nuestros corazones al lugar equivocado.
Lo que más valoramos nos controla, ya sea que lo admitamos o no. Si los bienes o dinero se vuelven demasiado importantes para nosotros, tenemos que restablecer el control o deshacernos de artículos y cosas que no nos llevan a nada bueno.
Jesús llama a una decisión que nos permita vivir contentos con lo que tenemos porque hemos elegido los valores eternos sobre tesoros temporales y terrenales.
Mateo 6:14-15
"»Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas."
Jesús da una advertencia alarmante sobre el perdón: Si nos negamos a perdonar a los demás, Dios también se negará a perdonarnos.
¿Por qué?
Porque cuando no perdonamos a los demás, estamos negando nuestra base común como pecadores necesitados del perdón de Dios. El perdón de los pecados de Dios no es el resultado directo de que nosotros perdonemos a los demás, sino que se basa en que nos demos cuenta de lo que significa el perdón.
Es fácil pedir perdón a Dios, pero difícil de conceder a los demás.
Cuando le pedimos a Dios que nos perdone por el pecado, debemos preguntarnos: "¿He perdonado las personas que me han hecho mal?"
Mateo 6:7-8
"Y al orar, no hablen sólo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan."
La repetición de las mismas palabras una y otra vez como un conjuro mágico no es forma de asegurar que Dios escuchará tu oración.
No está mal llegar a Dios muchas veces con las mismas peticiones, Jesús anima a la oración persistente. Pero Él condena la repetición superficial de las palabras que no se ofrecen con un corazón sincero.
Nunca podemos orar demasiado si nuestras oraciones son honestas y sinceras. Antes de empezar a orar, asegúrate de que lo que dices, de la forma en que tu corazón se comporta al acercarte a Dios.
Nunca ores sin sentir algo en tu corazón, que tu oración sea lo más honesta y sincera posible. Agradarás a Dios así.
Mateo 6:3-4
"Más bien, cuando des a los necesitados, que no se entere tu mano izquierda de lo que hace la derecha, para que tu limosna sea en secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará."
Es más fácil hacer lo correcto cuando ganamos reconocimiento y alabanza.
Para estar seguros de que nuestros motivos no son egoístas, debemos hacer nuestras buenas obras en silencio o en secreto, sin pensar en recompensa. Jesús dice que debemos revisar nuestros motivos en tres áreas: la generosidad (Mateo 6:4), la oración (Mateo 6:6), y el ayuno (Mateo 6:18).
Esos actos no deben ser egocéntricos, sino centrados en Dios, es decir hacerlos no para hacernos lucir bien, sino para hacer que Dios se vea bien. La recompensa que Dios promete no es material, y nunca se da a aquellos que la buscan.
Hacer algo sólo para nosotros no es un sacrificio de amor. En tu próxima obra buena, pregúntate: "¿Lo haría si nunca nadie supera que lo hice?" Es una buena forma de revisar los motivos de tu corazón.
Mateo 5:19
"Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos."
Algunas de las personas en la multitud de los tiempos de Jesús eran expertas en decir a los demás lo que debían hacer, pero se perdieron el punto central de las propias leyes de Dios.
Jesús dejó en claro, sin embargo, que la obediencia a la ley de Dios es más importante que explicarla o enseñarla. Es mucho más "fácil" estudiar las leyes de Dios y decirle a otros cómo obedecerlas que ponerlas en práctica en nuestra propia vida. Sin tener el afán de juzgar a nadie, vemos que muchas personas se han alejado de la iglesia porque los líderes o dirigentes no practican lo que dicen. Sin embargo, la reflexión de hoy va más allá de lo que líderes humanos e imperfectos puedan hacer o dejar de hacer. Veamos hacia nuestro interior antes de ver hacia afuera.
Sea lo que sea que digamos, mostremos o exijamos a los demás: Pongámoslo en práctica en nuestras propias vidas. Vivamos en nuestra vida lo que profesamos. ¡Que Dios nos ayude!
Mateo 5:14-16
"»Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo."
¿Puedes ocultar una ciudad que esté ubicada en la cima de una colina? Su luz en la noche se puede ver por millas.
Si vivimos para Cristo, vamos a brillar como luces, mostrando a otros lo que Cristo es y lo que puede hacer. Pero hay diferentes formas en que podemos esconder esa luz que puede alumbrar a los demás. Cuando nos quedamos callados cuando deberíamos hablar; cuando vamos en la dirección que va la multitud; cuando negamos abiertamente conocer a Cristo; también cuando el pecado "tapa" esa luz que debería brillar o cuando hacemos caso omiso a las necesidades de los demás.
El día de hoy el mensaje es simple y claro: ¡Seamos un faro de la verdad y mostremos la Luz de Cristo a todos los que nos rodean!
Mateo 5:3-5
"«Dichosos los pobres en espíritu,
porque el reino de los cielos les pertenece.
Dichosos los que lloran,
porque serán consolados.
Dichosos los humildes,
porque recibirán la tierra como herencia."
Jesús comenzó el sermón del monte con palabras que parecen contradecirse entre sí. Pero lo cierto es que la forma de vivir conforme a la voluntad de Dios normalmente contradice la del mundo.
Si quieres vivir para Dios, debes estar listo para decir y hacer lo que parece extraño para el mundo. Debes estar dispuesto a dar cuando otros toman, a amar cuando otros odian, a ayudar cuando otros abusan.
Al renunciar a tus propios derechos con el fin de servir a los demás, algún día vas a recibir todo lo que Dios tiene preparado para ti. Lo que está reservado para sus hijos obedientes. ¡Ánimo y adelante en el Señor!
Mateo 3:8
"Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento."
Juan el Bautista llamó a las personas a hacer más que palabras o rituales; les dijo que cambiaran su comportamiento.
"Demuestren por la forma en que viven que se han arrepentido de sus pecados" significa que Dios mira más allá de nuestras palabras y actividades religiosas para ver si nuestra conducta respalda lo que decimos, y Él juzga nuestras palabras por las acciones que las acompañan.
Esas palabras aún siguen haciendo eco en nuestros días. ¿Tus acciones concuerdan con tus palabras?
Habacuc 2:20
"En cambio, el Señor está en su santo templo;
¡guarde toda la tierra silencio en su presencia!»"
En la reflexión de ayer, hablamos de los ídolos. Esos que no tienen vida, no tienen personalidad, ni poder; son trozos vacíos de madera, de piedra o de papel moneda. Los templos construidos a los ídolos son igualmente vacíos; nadie vive allí. Todo eso lo vimos ayer, esos ídolos que muchas veces ocupan un lugar en nuestro corazón y que no necesariamente son algo físico o tangible.
Pero el Señor está en su templo. Él es real, vivo y potente. Él es verdadero y plenamente Dios. Los que no confían en Dios esperan que llegue alguien más a salvarlos, pero los que adoran al Dios vivo vienen a Él con admiración silenciosa, con gran respeto, y con reverencia. Reconocemos que Dios está en control y sabe lo que está haciendo.
Los ídolos permanecen en silencio, porque no pueden responder. El Dios vivo, por el contrario, habla a través de su Palabra.
Acércate a Dios con reverencia y espera en silencio para escuchar lo que tiene que decir. Él está esperándote con los brazos abiertos. ¡Él quiere bendecirte!
Habacuc 2:18
"»¿De qué sirve una imagen,
si quien la esculpe es un artesano?
¿De qué sirve un ídolo fundido,
si tan sólo enseña mentiras?
El artesano que hace ídolos que no pueden hablar
sólo está confiando en su propio artificio."
La idolatría puede parecer como algo que quedó en el pasado. Nos imaginamos a los pueblos primitivos esculpiendo imágenes y rindiéndoles culto y pensamos que eso ya no pasa en el día de hoy. Lo vemos como algo que pasó hace muchos siglos y que no nos puede afectar a nosotros.
Pero la idolatría no es sólo inclinarse ante una imagen; es confiar en lo que uno ha hecho, y por lo tanto, en el poder propio de uno como creador y sustentador. Si decimos que adoramos a Dios, pero ponemos nuestra confianza en las cuentas bancarias, en los gobiernos, las empresas y organizaciones, entonces somos idólatras. Si estamos rindiendo culto a nuestro cuerpo, a la tecnología, al dinero, estamos siendo idólatras.
He visto que incluso en los templos o iglesias, hay personas que están navegando por internet, chateando, mensajeando... ¿Entonces, qué? ¿Qué pasó allí? ¿Será que verdaderamente la idolatría es un pecado de siglos atrás, o esos ídolos de madera y bronce actualmente tienen forma de billetes, de teléfonos inteligentes o de la imagen que vemos en el espejo cada mañana?
¿Confías en Dios más que lo que tus propias manos han hecho? Si no es así hoy es tiempo de volver al camino. ¡Digamos NO a la idolatría! Digámosle SÍ a Dios como la prioridad más alta de nuestra vida.
Habacuc 2:3
"Pues la visión se realizará en el tiempo señalado;
marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse.
Aunque parezca tardar, espérala;
porque sin falta vendrá."
El mal y la injusticia parecen tener la sartén por el mango en el mundo. Como Habacuc, los cristianos a menudo nos sentimos enojados, impotentes y desalentados al ver lo que pasa. Habacuc se quejó enérgicamente con Dios acerca de la situación.
La respuesta de Dios a Habacuc es la misma respuesta que nos da el día de hoy: "Ten paciencia, voy a trabajar a cabo mis planes en mi tiempo perfecto."
No es fácil ser paciente, pero ayuda a recordar que Dios odia el pecado, incluso más que nosotros. El castigo del pecado ciertamente vendrá. Como Dios le dijo a Habacuc, "Espera con paciencia."
Confiar en Dios completamente significa confiar en Él incluso cuando no entendemos por qué los acontecimientos ocurren como lo hacen. Dios sabe, y Él tiene el control.
Amós 5:12
"¡Yo sé cuán numerosos son sus delitos,
cuán grandes sus pecados!
Ustedes oprimen al justo, exigen soborno
y en los tribunales atropellan al necesitado."
Amós es conocido como "el profeta de la justicia social". Dios lo utilizó para hacer saber muchas cosas con respecto a su pueblo que estaban haciéndose mal. Desde actos de corrupción hasta jueces sobornados e injusticias en los tribunales. ¿Se parece al panorama actual de nuestros países, no?
¿Por qué Dios puso tanto énfasis en la forma en que tratamos a los pobres y necesitados? La forma en la que tratamos a los ricos, o los de igual categoría, a menudo refleja lo que esperamos obtener de ellos. Pero debido a que los pobres no nos pueden dar nada, la forma en que los tratamos refleja nuestro verdadero carácter.
¿Tenemos, como Cristo, la idea de darnos sin pensar en ganancia? Recordemos esto: Debemos tratar a los pobres como nos gustaría a Dios que nos tratara a nosotros. No permitamos que los sobornos y las injusticias nos aparten de Dios y nos hagan tratar mal a nuestros hermanos. ¡No a los sobornos!
Joel 2:12-13
"«Ahora bien —afirma el Señor —,
vuélvanse a mí de todo corazón,
con ayuno, llantos y lamentos.»
Rásguense el corazón
y no las vestiduras.
Vuélvanse al Señor su Dios,
porque él es bondadoso y compasivo,
lento para la ira y lleno de amor,
cambia de parecer y no castiga."
Dios le dijo a la gente del tiempo de Joel que recurrieran a Él mientras todavía había tiempo. De lo contrario, la destrucción pronto llegaría sobre ellos.
El tiempo también se acaba para nosotros. Debido a que no sabemos cuando terminarán nuestras vidas, debemos confiar y obedecer a Dios ahora, mientras podamos.
No dejes que nada te detenga de ir de vuelta a Él. Rinde tu corazón. Pídele que quite de ti toda rebeldía y toda desobediencia. Que sea Señor de tu vida, de todas las áreas de tu vida. Di con nosotros: "Toma mi corazón, Señor. Me rindo a tí. Rasgo mi corazón". En el nombre de Jesús, amén.
Oseas 14:9
"El que es sabio entiende estas cosas;
el que es inteligente las comprende.
Ciertamente son rectos los caminos del Señor:
en ellos caminan los justos,
mientras que allí tropiezan los rebeldes."
La preocupación de Dios por la justicia que exige y con la fidelidad y el amor que ofrece el perdón se puede ver en su trato con Oseas.
Podemos errar por olvidar el amor y la sensación de que nuestros pecados nos dejan sin esperanza ante Dios, pero también podemos errar por olvidar su ira contra nuestros pecados y pensar que continuará aceptándonos no importando cómo actuemos.
El perdón es una palabra clave: cuando Dios nos perdona, juzga el pecado pero muestra misericordia al pecador.
Nunca debemos tener miedo de acercarnos a Dios para un borrón y cuenta nueva y una vida renovada. Pero no debemos de ser tan malagradecidos como para seguir pecando conscientemente y no cambiar nuestra actitud. ¡Que Dios nos ayude a seguir su camino recto!
Oseas 11:9
"Pero no daré rienda suelta a mi ira,
ni volveré a destruir a Efraín.
Porque en medio de ti no está un hombre,
sino estoy yo, el Dios santo,
y no atacaré la ciudad.»"
"Yo soy Dios y no un simple mortal." pareciera decir el Todopoderoso en la cita anterior.
Es fácil para nosotros definira Dios en términos de nuestras propias expectativas y de nuestro comportamiento. Al hacerlo, le hacemos a Él sólo un poco más grande que a nosotros mismos.
En realidad, Dios es infinitamente más grande que nosotros. Debemos tratar de ser como Él en términos de amor, misericordia, justicia y rectitud, en lugar de tratar de "rehacerlo" a nuestra propia conveniencia.
Recuerda: Él es Dios y no un simple mortal.
Oseas 4:4
"»¡Que nadie acuse ni reprenda a nadie!
¡Tu pueblo parece acusar al sacerdote!"
A menudo culpamos a los demás si tememos castigo a nosotros por mala conducta. Oseas advirtió a los sacerdotes a no culpar a nadie más; los pecados de la nación fueron en gran parte su culpa pero ellos trataban de quitarse esa culpa... culpando y señalando al pueblo.
Los sacerdotes de Israel señalaron los pecados del pueblo, pero Dios no les permitiría pasar por alto sus propias acciones irresponsables. En lugar de instruir a la nación en la religión y la moral, habían liderado el camino hacia la idolatría y la inmoralidad. Su incapacidad para dirigir al pueblo en los caminos de Dios colocó la mayor parte de la culpa por la destrucción de Israel en ellos.
Sabiendo que Dios no nos permitirá culpar a otros por nuestros pecados, nos debe llevar a admitir nuestros propios pecados. Somos responsables de nuestros propios actos pecaminosos. No hay vuelta de hoja.
Tengamos cuidado con la tendencia de culpar a los demás porque eso puede evitar que sintamos la necesidad de arrepentirnos.
Daniel 12:3
"Los sabios resplandecerán
con el brillo de la bóveda celeste;
los que instruyen a las multitudes
en el camino de la justicia
brillarán como las estrellas
por toda la eternidad."
Muchas personas tratan de ser estrellas del mundo del espectáculo, o de la moda, o del deporte. Ese tipo de estrellato es temporal y se acaba junto con esta vida.
Pero Dios nos dice cómo podemos ser "estrellas" eternas: Y empieza por ser sabio y llevando a muchos a la justicia de Dios.
¡Si compartimos de nuestro Señor con los demás, podemos ser verdaderos protagonistas y radiantemente hermosos a los ojos de Dios!
Daniel 11:35
"Algunos de los sabios caerán, pero esa prueba los purificará y perfeccionará, para que cuando llegue la hora final no tengan mancha alguna. Todavía falta mucho para que llegue el momento preciso."
El mensajero de Dios describe un tiempo de prueba en que incluso los creyentes más sabios y firmes pueden tropezar.
Esto podría significar:
1. Caer en el pecado,
2. Tener miedo y perder la fe,
3. Seguir enseñanzas equivocadas por error,
4. Experimentar graves sufrimientos y el martirio.
Si perseveramos en nuestra fe, dichas experiencias sólo nos refinarán y nos hará más fuertes.
¿Te estás enfrentando a pruebas últimamente? Reconoce dichas situaciones como oportunidades para fortalecer tu fe.
Si nos mantenemos firmes en estas experiencias, seremos más fuertes en nuestra fe y estaremos más cerca de Dios.
Daniel 6:10
"Cuando Daniel se enteró de la publicación del decreto, se fue a su casa y subió a su dormitorio, cuyas ventanas se abrían en dirección a Jerusalén. Allí se arrodilló y se puso a orar y alabar a Dios, pues tenía por costumbre orar tres veces al día. "
Daniel se quedó solo. A pesar de que sabía de la ley en contra de orar a nadie, excepto al rey, continuó orando tres veces al día como siempre lo había hecho.
Daniel tuvo una vida de oración disciplinada. Nuestras oraciones son por lo general interrumpidas no por amenazas de ese tipo, sino simplemente por la presión de nuestros horarios.
No dejes que las amenazas o presiones de la vida diaria corten o influyan en tu tiempo de oración.
Ora con regularidad, no importa qué pase, porque la oración es tu línea de vida, tu comunicación directa con Dios.
Ezequiel 18:23
"¿Acaso creen que me complace la muerte del malvado? ¿No quiero más bien que abandone su mala conducta y que viva? Yo, el Señor, lo afirmo."
Dios es un Dios de amor, pero también es un Dios de justicia perfecta.
Su amor perfecto hace que sea misericordioso con aquellos que reconocen su pecado y vuelvan de nuevo a Él, pero él no puede hacer lo mismo con aquellos que voluntariamente vuelven a su pecado una y otra vez, sin importar cómo lastiman el corazón del Señor y de los demás.
Los que pecan mueren, tanto física como espiritualmente. Dios no se complace con esta muerte espiritual; Él preferiría morir antes que otra persona, y eso fue lo que demostró Cristo Jesús al venir y tomar nuestro lugar.
Pero así como a Él no le regocijan las desgracias de los no creyentes, así debemos nosotros tener esa pasión por las almas y hacer lo que esté a nuestro alcance para que tengan arrepentimiento de pecados.
Siempre podemos orar o ayudar a alguien a acercarse a Dios. Hagámoslo hoy.
Lamentaciones 2:19
"Levántate y clama por las noches,
cuando empiece la vigilancia nocturna.
Deja correr el llanto de tu corazón
como ofrenda derramada ante el Señor.
Eleva tus manos a Dios en oración
por la vida de tus hijos,
que desfallecen de hambre
y quedan tendidos por las calles."
¿Te ha pasado que al ver el sufrimiento de las personas por estar lejos de Dios te hace querer hacer algo?
Quizás con la primera persona que tuviste esa experiencia fue contigo mismo. Sólo cuando el pecado rompe nuestro corazón y reconocemos que no podemos más por nuestra cuenta, es que Dios puede venir a nuestro rescate. Recuerda que Él es un caballero y no entrará a nuestra vida sin nuestro consentimiento.
Sólo sentir lástima por nosotros mismos y por las consecuencias de nuestro pecado no trae el perdón. Pero si clamamos a Dios, arrepentidos genuinamente, entonces Él nos perdonará. Hoy es un buen día para hacerlo. Si nosotros mismos no estamos reconciliados con el Señor, hazlo por tí. Si ya estás a cuentas con Él, trae a tu mente a alguien cerca tuyo que necesite darse cuenta de que debe acercarse a Dios.
Clamemos al Señor por arrepentimiento, por perdón, por misericordia. Él no hace oídos sordos a un corazón sincero y quebrantado.
Jeremías 10:23-24
"Señor, yo sé que el hombre
no es dueño de su destino,
que no le es dado al caminante
dirigir sus propios pasos.
Corrígeme, Señor, pero con justicia,
y no según tu ira, pues me destruirías."
La capacidad de Dios para dirigir bien nuestra vida es infinitamente superior a nuestra capacidad.
A veces tenemos miedo del poder de Dios y de los planes de Dios, porque sabemos que en su poder sería muy fácil abatirnos si lo usara en contra de nosotros. Pero no es así...
No tengas miedo de dejar que Dios corrija tus planes. Él te dará la sabiduría si estás dispuesto. Él puede dirigir tus pasos mucho mejor de lo que tú podrías hacerlo.
¿Estás dispuesto a dejar que Dios guíe tus pasos?
Jeremías 9:23-24
"Así dice el Señor:
«Que no se gloríe el sabio de su sabiduría,
ni el poderoso de su poder,
ni el rico de su riqueza.
Si alguien ha de gloriarse,
que se gloríe de conocerme
y de comprender que yo soy el Señor,
que actúo en la tierra con amor,
con derecho y justicia,
pues es lo que a mí me agrada
—afirma el Señor —."
La gente tiende a admirar cuatro cualidades en los demás:
1. La sabiduría humana,
2. La potencia (fuerza),
3. La bondad y
4. Las riquezas.
Pero Dios pone una mayor prioridad a otras cosas. El que lo conozcamos personal e íntimamente y vivir una vida que refleje su justicia y rectitud.
¿Qué es lo que las personas más admiran de ti? ¿Que es lo que te gustaría que Dios se agrade de ti? Si la respuesta a estas preguntas son cosas diferentes, estamos a tiempo de cambiar y de hacer lo que a Dios le agrada.
Jeremías 1:5
"«Antes de formarte en el vientre,
ya te había elegido;
antes de que nacieras,
ya te había apartado;
te había nombrado profeta para las naciones.»"
Dios te conocía mucho antes de que nacieras o incluso fueras concebido.
Pensó en tí y en lo que tenía planeado para tí desde antes de que existieras.
Cuando te sientas desanimado o triste, recuerda que Dios siempre ha pensado en ti como algo valioso y que tiene un propósito en mente para ti. No dejes que las cosas temporales de este mundo te aparten del gran amor de Dios.
Antes de que nacieras, Dios te amaba, te ama y te seguirá amando. ¡Que esa verdad sea una inspiración en nuestra vida!
Isaías 56:2
"Dichoso el que así actúa,
y se mantiene firme en sus convicciones;
el que observa el sábado sin profanarlo,
y se cuida de hacer lo malo.»"
Dios ordenó a su pueblo que descansara y que guardara el día sábado como forma de honrarlo a Él. He pensado mucho en lo que significa esto y a pesar de que lo mejor sería que le sirviéramos, obedeciéramos y amáramos TODOS los días, es también una buena práctica el reservar un día especial, el día que descansamos de nuestras labores diarias y que pensemos, meditemos y pasemos tiempo con Él.
Para los israelitas, ese día tan especial era el día de reposo (sábado). Algunos cristianos establecen el sábado como este día tan especial, pero muchos aceptan Domingo (el día de la semana que Jesús resucitó de entre los muertos) como el "Día del Señor", un día de descanso y honor a Dios. No entraremos en debate, porque Dios al final de cuentas lo que ve es el corazón, pero sí te exhortamos a que si tienes la oportunidad de dedicar a Dios un día donde dejes de lado el trabajo y las labores diarias, lo puedas hacer.
Guardémonos de hacer lo malo todos los días. Obedezcamos al Señor todos los días. Esto es bueno y agradable a Él.
Isaías 55:6
"Busquen al Señor mientras se deje encontrar,
llámenlo mientras esté cercano."
Isaías nos dice que debemos buscar al Señor en tanto que se deje encontrar, llamarlo mientras está cercano. Dios no tiene la intención de alejarse de nosotros, pero a menudo el pecado nos aleja de Él y construye una barrera entre nosotros y Su Presencia.
No esperes hasta que hayas desplazado lejos a Dios para buscarlo. Más tarde en la vida el volverse a Él puede ser más difícil, y nadie nos garantiza que tendremos otra portunidad.
Busca a Dios ahora, mientras puedas, antes de que sea demasiado tarde. Estás a tiempo: Búscalo.
