Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
sábado, 6 de junio de 2015
¡CLAMEMOS AL SEÑOR!
Lamentaciones 2:19
"Levántate y clama por las noches,
cuando empiece la vigilancia nocturna.
Deja correr el llanto de tu corazón
como ofrenda derramada ante el Señor.
Eleva tus manos a Dios en oración
por la vida de tus hijos,
que desfallecen de hambre
y quedan tendidos por las calles."
¿Te ha pasado que al ver el sufrimiento de las personas por estar lejos de Dios te hace querer hacer algo?
Quizás con la primera persona que tuviste esa experiencia fue contigo mismo. Sólo cuando el pecado rompe nuestro corazón y reconocemos que no podemos más por nuestra cuenta, es que Dios puede venir a nuestro rescate. Recuerda que Él es un caballero y no entrará a nuestra vida sin nuestro consentimiento.
Sólo sentir lástima por nosotros mismos y por las consecuencias de nuestro pecado no trae el perdón. Pero si clamamos a Dios, arrepentidos genuinamente, entonces Él nos perdonará. Hoy es un buen día para hacerlo. Si nosotros mismos no estamos reconciliados con el Señor, hazlo por tí. Si ya estás a cuentas con Él, trae a tu mente a alguien cerca tuyo que necesite darse cuenta de que debe acercarse a Dios.
Clamemos al Señor por arrepentimiento, por perdón, por misericordia. Él no hace oídos sordos a un corazón sincero y quebrantado.
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