Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
jueves, 11 de junio de 2015
DEJAR DE CULPARNOS
Oseas 4:4
"»¡Que nadie acuse ni reprenda a nadie!
¡Tu pueblo parece acusar al sacerdote!"
A menudo culpamos a los demás si tememos castigo a nosotros por mala conducta. Oseas advirtió a los sacerdotes a no culpar a nadie más; los pecados de la nación fueron en gran parte su culpa pero ellos trataban de quitarse esa culpa... culpando y señalando al pueblo.
Los sacerdotes de Israel señalaron los pecados del pueblo, pero Dios no les permitiría pasar por alto sus propias acciones irresponsables. En lugar de instruir a la nación en la religión y la moral, habían liderado el camino hacia la idolatría y la inmoralidad. Su incapacidad para dirigir al pueblo en los caminos de Dios colocó la mayor parte de la culpa por la destrucción de Israel en ellos.
Sabiendo que Dios no nos permitirá culpar a otros por nuestros pecados, nos debe llevar a admitir nuestros propios pecados. Somos responsables de nuestros propios actos pecaminosos. No hay vuelta de hoja.
Tengamos cuidado con la tendencia de culpar a los demás porque eso puede evitar que sintamos la necesidad de arrepentirnos.
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