jueves, 1 de octubre de 2015

PODER DE DIOS



Romanos 1:16
"A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen: de los judíos primeramente, pero también de los gentiles."


Pablo no estaba avergonzado porque su mensaje era el evangelio de Cristo, la Buena Nueva. Era un mensaje de la salvación, que tenía el poder de cambio de vida, y fue para todos. A pesar de que sus excompañeros fariseos lo consideraban un traidor, una persona inferior, un iluso... Él nunca se avergonzó de su renovada fe.

  
Cuando llegue la tentación de la vergüenza por compartir del evangelio, o por mencionar que somos seguidores de Cristo, recuerda que la Buena Noticia que tenemos es lo más importante que ha existido. Si tú te centras en Dios y en lo que Dios está haciendo en el mundo en lugar de nuestra propia y limitada existencia, no seremos avergonzados.

Digamos hoy, como el apóstol Pablo: "¡NO ME AVERGÜENZO DEL EVANGELIO, PORQUE ES PODER DE DIOS!"



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