Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
sábado, 10 de octubre de 2015
PRACTICANDO LA HOSPITALIDAD
Romanos 12:13
"Contribuyendo para las necesidades de los santos, practicando la hospitalidad."
La hospitalidad cristiana difiere del entretenimiento social o ser anfitrión. El que es buen anfitrión cuida que su hogar esté impecable; que la comida esté debidamente preparada y sea abundante; el anfitrión debe aparecer relajado y de buen carácter.
La hospitalidad, por el contrario, se centra en las personas. En sus necesidades, ya sea que necesiten un lugar para dormir, comida nutritiva, un oído atento, o aceptación. Esa es la principal preocupación de un hospitalario. La hospitalidad puede suceder dentro de una casa desordenada. Puede suceder alrededor de una mesa, donde el plato principal sea sopa enlatada. Incluso puede suceder mientras el anfitrión y el huésped están haciendo tareas juntos.
No dudemos en ofrecer hospitalidad y que no la evite el estar demasiado cansados, demasiado ocupados, o el pensamiento de que no tenemos suficiente dinero. Si tenemos un poquito para compartir, es suficiente.
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