Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 5 de octubre de 2015
REALMENTE MURIÓ POR TÍ Y POR MI
Romanos 6:8-9
"Ahora bien, si hemos muerto con Cristo, confiamos que también viviremos con Él.
Pues sabemos que Cristo, por haber sido levantado de entre los muertos, ya no puede volver a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre Él."
A causa de la muerte y resurrección de Cristo, sus seguidores no tienen por qué temer a la muerte. Esa seguridad que libera nos permite disfrutar de la comunión con Él y hacer su voluntad.
Esto "afectará" a todas nuestras actividades de trabajo, de adoración, de recración, de estudio de la Biblia, momentos de tranquilidad, y las horas de cuidado de los demás.
Cuando tú estés consciente de que no tienes que temer a la muerte, experimentarás un nuevo vigor en la vida.
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