Isaías 30:15
"Porque así dice el Señor omnipotente, el Santo de Israel:
«En el arrepentimiento y la calma está su salvación,
en la serenidad y la confianza está su fuerza,
¡pero ustedes no lo quieren reconocer!"
La fuerza y la guía que necesitamos para caminar con Dios cada día y bendecir a quienes nos rodean provienen de la presencia del Señor. Esperar a Dios en la entrega, el arrepentimiento y la confianza nos lleva al lugar de la "mentalidad expectante" con respecto a su voluntad y propósito para nuestras vidas.
Rendimos nuestra ambición y nuestros planes, nuestros miedos y sueños, y esperamos en adoración y acción de gracias. Nuestros oídos oirán una voz, la voz de nuestro Pastor en la quietud de nuestro corazón, que nos impulsa a seguir. Caminar en obediencia y fe en respuesta a la guía de Dios es nuestro testimonio del mundo de la presencia viva de Dios en nuestras vidas.
Señor Jesús, mi confianza está en ti este día. Que nunca la pierda, amén.
Isaías 25:6-9
"Sobre este monte, el Señor Todopoderoso
preparará para todos los pueblos
un banquete de manjares especiales,
un banquete de vinos añejos,
de manjares especiales y de selectos vinos añejos.
Sobre este monte rasgará
el velo que cubre a todos los pueblos,
el manto que envuelve a todas las naciones.
Devorará a la muerte para siempre;
el Señor omnipotente enjugará las lágrimas de todo rostro,
y quitará de toda la tierra
el oprobio de su pueblo.
El Señor mismo lo ha dicho.
En aquel día se dirá:
«¡Sí, este es nuestro Dios;
en él confiamos, y él nos salvó!
¡Este es el Señor, en él hemos confiado;
regocijémonos y alegrémonos en su salvación!»"
Dios ha planeado una fiesta, una celebración de la vida y una victoria eterna sobre la muerte. La fiesta es para el pueblo de Dios, aquellos que han experimentado la salvación de la muerte y la pena del pecado. La fiesta es para aquellos que han confiado en Jesús como su Salvador, que han anhelado su aparición.
El manto de la muerte actualmente envuelve a todos los pueblos; no pueden ver la luz de la gloria de Dios frente a Cristo. Es la gracia de Dios la que hace agujeros en el sudario y revela la luz de Cristo. Oramos para que Jesús, la luz del mundo, se revele en cada nación, a cada pueblo, para que todas las personas tengan la oportunidad de disfrutar del gran banquete.
Señor Jesús, revela tu luz, gloria y evangelio a cada pueblo, nación y lengua en la tierra. Levanta este manto de la muerte y libera a tu pueblo para tu gloria.
Hebreos 12:11
"Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella."
La paz es una cualidad del Espíritu que crece dentro de nosotros al vivir en la disciplina del Señor. Rendimos nuestra voluntad y nos arrepentimos de nuestras pasiones y deseos para que seamos sometidos a la voluntad de Dios en cada área de nuestras vidas. La paz es el fruto de ese tipo de poda y agricultura. Estamos llamados a hacer todos los esfuerzos para vivir en paz con todos los hombres.
La paz no solo es un fruto del Espíritu en nuestras vidas que crece a través de la disciplina y el discipulado, sino que también es una elección que debemos tomar todos los días en todas nuestras relaciones. Debemos hacer un esfuerzo para vivir en paz con todos los hombres. Debemos elegir respuestas pacíficas cuando somos criticados, ignorados o socavados. La paz es un componente crítico de la santidad. La santidad se expresa en ser apartado para los propósitos de Dios, no para nosotros.
A menudo, la paz se ve socavada cuando nuestros propios deseos, agendas y líneas de tiempo nos ponen en conflicto con los demás. Vivir en santidad fomentará la tranquilidad del Espíritu y la paz en las relaciones.
Señor Jesús, tú eres mi paz. Gracias por enseñarme disciplina en esta área de mi vida, para tu gloria.
Hebreos 11:16
"Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad."
¿Qué lugar anhelamos como hogar?
¿En qué vecindario, región o incluso país anhelamos vivir?
Cuando anhelas algo con lo que sueñas, hablas de ello, incluso puedes planear estrategias o hacer planes para ir allí. El cielo no es diferente. Dios dará la bienvenida a aquellos que anhelan el cielo y han aceptado la invitación de Su Hijo a unirse a Él allí. Aquellos que anhelan el cielo evidencian eso viviendo por fe ahora. Ahora son ciudadanos del cielo. Ellos viven ahora bajo la autoridad del Rey de Reyes. Por la fe, ellos saben a dónde van, por la fe.
Señor Jesús, fortalece mi fe para que pueda darte gloria a través de cómo vivo hoy y cada día.
Hebreos 10:36
"Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que Él ha prometido."
Es un desafío perseverar en la voluntad de Dios en un camino de fe. Si no fuera un desafío, no necesitaríamos fe. Sin fe no podemos agradar a Dios. La fe se fortalece a través de la perseverancia en la voluntad de Dios hasta que hayamos hecho lo que Dios nos ha pedido que hagamos y recibamos lo que él ha prometido. Sin embargo, Dios siempre nos da una opción. Podemos retroceder ante la voluntad de Dios a través del miedo. Podemos perdernos lo que Dios nos está diciendo y seguir otras agendas y planes.
¿Perseveraremos en la fe o retrocederemos en el miedo?
Señor Jesús, gracias por tu presencia, tus promesas y tu gozo, mientras trato de hacer tu voluntad hoy. Que seas glorificado hoy y siempre. Amén.
Isaías 11:2
"El Espíritu del Señor reposará sobre él:
espíritu de sabiduría y de entendimiento,
espíritu de consejo y de poder,
espíritu de conocimiento y de temor del Señor."
El Espíritu de Dios descansa y nos llena hoy. Su presencia en nuestras vidas se manifiesta en sabiduría, entendimiento, consejo, poder, conocimiento y el temor del Señor. Todo lo que necesitamos se encuentra en el Señor Jesús a través de Su Espíritu. Es la humildad y el temor del Señor que Dios derrama su Espíritu.
¿Por qué entonces a veces pensamos que somos más sabios, más comprensivos, mejores consejeros, más fuertes o más informados que el Señor Dios Todopoderoso?
Necesitamos al Señor Jesucristo y su Espíritu o no podremos cumplir su misión en nuestra generación.
Señor Jesús, ¡Tú eres mi vida! Me humillo ante ti. Lléname con tu Espíritu para tu gloria y tus propósitos de misión.
Isaías 9:7
"Se extenderán su soberanía y su paz,
y no tendrán fin.
Gobernará sobre el trono de David
y sobre su reino,
para establecerlo y sostenerlo
con justicia y rectitud
desde ahora y para siempre.
Esto lo llevará a cabo
el celo del Señor Todopoderoso."
Para aquellos de nosotros que hemos experimentado la salvación a través de Jesucristo y conocemos Su paz en nuestros corazones y mentes, a veces olvidamos que somos ciudadanos en un reino con un rey llamado Jesús.
Nuestra salvación fue idea de Dios, y Él tiene asignaciones que debemos cumplir en el reino. Hay trabajo por hacer a su orden. Esta obra no es lo que construye el reino, pero es el celo del Señor Todopoderoso a través de Su Espíritu que obra en los ciudadanos lo que construye Su reino. El crecimiento de este reino a partir del derramamiento del Espíritu Santo en Hechos 2, ha sido constante y global y no tendrá fin.
¿Sabemos quiénes somos y por qué estamos aquí?
Señor Todopoderoso, tú eres mi rey. Que tu gobierno sea sobre todo lo que hago hoy, y que tu nombre sea glorificado.
Miqueas 5:2
"Pero de ti, Belén Efrata,
pequeña entre los clanes de Judá,
saldrá el que gobernará a Israel;
sus orígenes se remontan hasta la antigüedad,
hasta tiempos inmemoriales."
Jesús vino a hacer la voluntad de su Padre. Vino en nombre del Padre. Como el Padre envió a Jesús, así Jesús nos está enviando. Nosotros también debemos centrarnos en la voluntad del Padre por encima de todo, incluso las necesidades en este mundo. La fortaleza de Jesús para pastorear vino del Padre.
Jesús nos da el nombre, la gloria y la palabra de su Padre al enviarnos al mundo para que también sirvamos como pastores. Nuestro mensaje y ministerio es proclamar a través de palabras y hechos que el Príncipe de la Paz ha llegado. Jesús ha reconciliado todas las cosas en el cielo y en la tierra con el Padre a través de su sangre derramada en la cruz. La paz con Dios y entre sí son ahora posibles.
Señor Jesús, tú eres mi pastor y mi paz. Lléname con tu Espíritu y tu vida de nuevo hoy para tu gloria.
Hebreos 6:18-19
"Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros.
Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario..."
La esperanza ofrecida en Cristo nos cuesta algo. Debemos huir de la falsa seguridad de vivir para este mundo y su aprobación, para buscar la recompensa eterna y la esperanza en Cristo. Tomamos esta esperanza por medio de la fe en Cristo. Confiamos en Jesús para nuestra salvación del pecado y para todo lo que necesitamos todos los días.
Jesús es nuestra vida. Es Jesús quien ahora se convierte en la parte de referencia fija de nuestras vidas, el ancla en la tormenta. Cuando nuestros pensamientos o emociones son azotados por vientos de duda, temor o tentación, miramos a Jesús y dependamos de Él. Solo Jesús es firme y seguro. Podemos tirar con fuerza de esta ancla para nuestra alma y encontrar un gran estímulo cuando más lo necesitamos. Si bien el costo de encontrar nuestra esperanza en Jesús es alto, ¡las recompensas y la fuerza que encontramos son aún mayores!
Señor Jesús, tú eres mi esperanza. Gracias porque tu presencia y tus promesas anclan mi alma y proporcionan fortaleza y ánimo hoy.
Hebreos 5:12-14
"En realidad, a estas alturas ya deberían ser maestros, y sin embargo necesitan que alguien vuelva a enseñarles las verdades más elementales de la palabra de Dios. Dicho de otro modo, necesitan leche en vez de alimento sólido.
El que solo se alimenta de leche es inexperto en el mensaje de justicia; es como un niño de pecho.
En cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual."
La enseñanza esencial sobre la justicia en la que Pablo pasó los primeros ocho capítulos de su carta a los Romanos explicando es una verdad fundamental que todo seguidor de Jesús debe saber y vivir. Somos salvos por gracia, no por obras.
Jesús cumplió la ley y Él es nuestra justicia. Sin embargo, la distinción entre el bien y el mal no se comprende tan fácilmente. Sin el fundamento de rendir nuestra voluntad a la voluntad del Padre, negarnos a nosotros mismos y tomar nuestra cruz y seguir a Jesús, no tenemos puntos de referencia para considerar lo que es bueno o malo. Si bien nuestras elecciones relacionadas con el bien o el mal no afectarán nuestra salvación, afectarán nuestra transformación o santificación.
Señor Jesús, enséñame a vivir para el bien así como tú lo hiciste, para tu gloria.
Oseas 10:12
"¡Siembren para ustedes justicia!
¡Cosechen el fruto del amor,
y pónganse a labrar el barbecho!
¡Ya es tiempo de buscar al Señor!,
hasta que él venga y les envíe lluvias de justicia."
La renovación en nuestra relación con Dios requiere intencionalidad. Siempre es tiempo de buscar al Señor, pero muy pocos van allí. Sabemos que debemos volver a Dios, pero siempre hay otras cosas "buenas" que requieren tiempo y atención. La vida se encuentra en la presencia de Dios, escuchando su voz y adorándole. Sin embargo, todavía creemos que podemos encontrar vida y felicidad en todos los lugares equivocados. Dios desea cambiar nuestros corazones, ablandarlos para que respondan a Su voz y Palabra. Sin embargo, es nuestra responsabilidad romper nuestro "terreno no arado" a través del arrepentimiento y la humildad ante Dios. Debemos volver a Dios.
¿Qué nos impide dar el primer paso en ese viaje hoy?
Cuando llamamos a Dios, nuestros duros corazones se ablandarán y la lluvia de la presencia de Dios comenzará a caer.
Gracias Jesús por tu vida dándome presencia y tus palabras. Rompe cualquier terreno no arado y entrégalo a ti para recibir tu palabra.
Hebreos 3:13
"Más bien, mientras dure ese «hoy», anímense unos a otros cada día, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado."
Podemos endurecer fácilmente nuestros corazones y resistirnos a escuchar y obedecer las indicaciones del Espíritu en nuestras vidas. El Espíritu de Dios está presente para convencernos de pecado y ayudarnos a mantenernos siguiendo a Jesús.
El pecado es engañoso. Promete mucho más de lo que cumple. Necesitamos la voz de nuestro Pastor aconsejándonos y guiándonos de la manera correcta. No tenemos que insistir en los fracasos o victorias del pasado, pero debemos estar plenamente comprometidos y responder al trabajo de Dios en nuestras vidas hoy. Hoy es una nueva oportunidad para responder a la gracia de Dios. Nuestro ánimo mutuo también nos da fuerza y un nuevo coraje para resistir el pecado y seguir a Jesús. En lugar de hacer que los demás sientan pena por nosotros, el ánimo fraternal nos levanta la cabeza para que fijemos nuestros ojos en Jesús y recordemos quiénes somos.
¿Con qué frecuencia debemos animarnos unos a otros para ser fieles a Jesús?
Diario. ¡No podemos animarnos lo suficiente! El impulso del pecado es fuerte, pero el poder de aliento es más fuerte. ¡No perdamos este don del Espíritu en nuestra comunidad de fe!
Señor Jesús, gracias por la nueva gracia de hoy. ¡Oro por oportunidades para animar a otros hoy!
Hebreos 1:1-2
"Dios, que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros antepasados en otras épocas por medio de los profetas,
en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo. A este lo designó heredero de todo, y por medio de él hizo el universo."
El Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, nos habla hoy y sostiene todas las cosas con su poderosa palabra. Jesús nos habló como está registrado en los evangelios, y todavía nos habla hoy como lo prometió a través del Espíritu Santo. Somos sostenidos hoy por la poderosa palabra de Jesús. Nuestra vida viene de Jesús. Esta es una palabra viva, viva dentro de nosotros a través del Espíritu Santo. Las palabras de Jesús para nosotros hoy tienen el poder de cambiar nuestra perspectiva de Dios, de nosotros mismos y de quienes nos rodean.
¿Están nuestros oídos, los oídos de nuestro corazón, abiertos para escuchar?
No hay una palabra más importante para meditar y obedecer. Si estamos siendo sostenidos por la aprobación de nuestro cónyuge, empleador o el mundo que nos rodea, más que las palabras vivas de Jesús, volvamos a nuestra Fuente que nos dio vida. Vivamos para su gloria, sostenidos por su palabra.
Señor Jesús, gracias porque hablaste y hablas este día. Quiero seguir escuchando.
2 Crónicas 26:15-16
"Construyó en Jerusalén unas máquinas diseñadas por hombres ingeniosos, y las colocó en las torres y en las esquinas de la ciudad para disparar flechas y piedras de gran tamaño. Con la poderosa ayuda de Dios, Uzías llegó a ser muy poderoso y su fama se extendió hasta muy lejos.
Sin embargo, cuando aumentó su poder, Uzías se volvió arrogante, lo cual lo llevó a la desgracia. Se rebeló contra el Señor, Dios de sus antepasados, y se atrevió a entrar en el templo del Señor para quemar incienso en el altar."
Las semillas de una posible separación de Dios irónicamente se encuentran en la bendición que sigue a nuestra obediencia y fidelidad al Señor.
Una vez bendecidos, podemos olvidar que fue Dios quien nos bendijo (con la salvación, con riqueza, con influencia) y a veces permitimos que el orgullo nos ciegue a los excesos o la infidelidad. El orgullo es una condición mucho más peligrosa que la necesidad o la oposición. El orgullo hace de Dios nuestro enemigo y le impide que nos advierta o nos escuche escuchar a Dios. La fama y el poder de Uzías engendraron orgullo y llevaron a la infidelidad. Sin embargo, la bendición de Dios también podría haberlo llevado a la gratitud, a la adoración y a una mayor dependencia de Dios.
¿Cómo respondemos a la bendición de Dios?
Señor Dios, todo lo que tengo viene de ti. Tú eres mi fuente y mi suficiencia. Gracias por tus dones y bendiciones. Me arrepiento del orgullo, quiero seguir el camino de gratitud y agradecimiento por todo lo que me has dado.
Judas 20-21
"Ustedes, en cambio, queridos hermanos, manténganse en el amor de Dios, edificándose sobre la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo, mientras esperan que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, les conceda vida eterna."
Nuestra resistencia contra la tentación, el engaño y la decepción es fortalecer nuestro núcleo de fe, esperanza y amor. Nos fortalecemos en nuestra fe en Jesús para todas las cosas al orar en el Espíritu Santo a lo largo del día. Orar en el Espíritu Santo es permitir que el Espíritu Santo ore a través de nosotros lo que está en el corazón de Dios.
Nuestras oraciones no solo responden a la guía del Espíritu Santo; son oraciones para que el Espíritu Santo use nuestro cuerpo para orar. Si bien el amor de Dios por nosotros es una realidad constante, debemos mantenernos en el amor de Dios al revisar nuestros corazones para ver si algún pecado nos ha nublado el rostro de Dios, o si alguna actitud nos quita la vista de Jesús. Nuestra esperanza de la eternidad con Jesús requiere esperar, y es esta espera paciente la que fortalece nuestra esperanza. Nuestra resistencia principal al pecado y la tentación, el ataque espiritual y el engaño de todo tipo, es fortalecer nuestra fe, esperanza y amor.
Señor Jesús, tú eres la fuente de mi fe, esperanza y amor. Es tu Espíritu el que renueva este ADN esencial del reino dentro de mí. Lléname de nuevo con tu Espíritu hoy, para tu gloria.
Isaías 60:1
"»¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado!
¡La gloria del Señor brilla sobre ti!"
Es la vida de Jesús dentro de nuestras vidas lo que nos diferencia del mundo que nos rodea. Llevamos la luz de la presencia de Dios a través de Su Espíritu dentro de nosotros.
Las personas son atraídas a Jesús; sin embargo, también ven nuestro pecado y la suciedad de nuestra humanidad. Hay muchas ocasiones en que nuestros miedos, orgullo, egoísmo y pecado apagan la luz dentro de nosotros para que sea apenas visible para los demás que nos rodean. Dios desea que seamos una antorcha, visible para todos, ardiendo con su gloria y luz. La justicia de Jesús y la salvación de Jesús en nuestras vidas deben ser visibles para que todos lo vean. A medida que contamos la historia de salvación y liberación de Dios a través de nuestras historias de esperanza y amor, brillamos en la oscuridad.
Señor Jesús, que tu luz brille a través de mí este día, en lo que digo y cómo vivo, para tu gloria.
Salmos 104:24
"¡Oh Señor, cuán numerosas son tus obras!
¡Todas ellas las hiciste con sabiduría!
¡Rebosa la tierra con todas tus criaturas!"
La bondad de Dios nos rodea al considerar la creación y su recreación de nuestras vidas. Dios es bueno. Todo el trabajo que ha hecho es bueno. Meditar en la bondad de Dios llama a la adoración; adoración que es agradecida y se expresa a través de todo lo que hacemos.
Nuestro trabajo y nuestro descanso son expresiones de adoración cuando se ofrecen a Dios, con gratitud y alabanza. Nuestras meditaciones y pensamientos privados son el santuario interior de los templos de nuestras vidas, y la adoración nunca debe detenerse en ese lugar santo.
Señor Jesús, eres bueno y todo lo que haces es bueno. Te adoro y te amo este día y vivo para tu gloria.
Salmos 86:4
"Reconforta el espíritu de tu siervo,
porque a ti, Señor, elevo mi alma."
Como siervos del Señor, a menudo nos secamos. Nuestra fuerza se seca, nuestra alegría se seca y nuestro amor se seca. Debemos volver a nuestro Señor y solicitar recursos que no poseemos, recursos que fortalezcan nuestro espíritu, alma y cuerpo.
Si la alegría del Señor es nuestra fortaleza, entonces estar en su presencia, disfrutar de su favor y vivir para su placer, debe renovar tanto nuestra alegría como nuestra fuerza. Cuando elevamos nuestras almas a otras ofertas de renovación y vida, nos quedamos vacíos. Vivir en la misión con Jesús también puede dejar nuestras almas cansadas; invita a Jesús hoy a renovar Su gozo en nosotros, para su gloria.
A ti, Señor, elevamos nuestras almas. Renuévanos en tu alegría; tú eres nuestra vida y nuestra fuerza.
2 Timoteo 4:7-8
"He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe.
or lo demás me espera la corona de justicia que el Señor, el juez justo, me otorgará en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que con amor hayan esperado su venida."
¿Anhelamos el regreso de Cristo, o nos hemos apegado bastante a esta tierra y a las recompensas, las relaciones y las comodidades de la vida?
La fuerza gravitacional de la tierra y la vida aquí y ahora resiste a la raza de la fe y la vida eterna del reino de Cristo. Vivir cada día por la fe en Jesucristo y para su regreso requiere una lucha contra el mundo, nuestra naturaleza pecaminosa y el diablo. Esta pelea es la correcta. Pablo terminó bien y recibió su recompensa. Nosotros también nos enfrentaremos a un Juez justo y hay un potencial de recompensas si terminamos bien. ¡Sigamos la buena pelea!
Señor Jesús, deseo terminar bien. Para escucharte decir, '¡Bien hecho!' Mi vida es como niebla en el alcance de la eternidad. Mantenme fiel y luchando la pelea correcta, por tu gloria.
2 Timoteo 3:15
"Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús."
¿Qué importancia tiene la Escritura en la vida de un seguidor de Jesús?
A menudo es a través de las Escrituras que vemos la revelación de Dios de la salvación a través de la fe en Jesucristo. Es en las Escrituras que descubrimos los caminos de Dios para que podamos vivir una vida que le agrade. Cada comercio tiene sus herramientas esenciales; para aquellos que sirven a Dios, las Escrituras son una herramienta esencial, útil para enseñar, reprender, corregir y entrenar en la justicia.
A medida que vivimos las Escrituras, acumulamos principios de vida que ilustran cómo se han aplicado las Escrituras a nuestras vidas. Son estas aplicaciones de la vida de las Escrituras las que ayudan a otros a vivir los caminos de Dios también. Enseñar lo que no estamos viviendo no es dar vida. Nuestra misión con Jesús incluye vivir bajo la autoridad de las Escrituras que Él inspiró.
Señor Jesús, gracias porque tu Palabra es alimento para mí, una luz para mi camino y sabiduría.
2 Timoteo 2:14
"No dejes de recordarles esto. Adviérteles delante de Dios que eviten las discusiones inútiles, pues no sirven nada más que para destruir a los oyentes."
Hay pocas peleas tan dolorosas como una pelea "religiosa". Hermanos y hermanas en la familia de Dios luchan juntos por los estilos de la música de adoración, el papel de las mujeres en el ministerio, el estilo de predicación y muchos otros temas...
Estos no son problemas de salvación, pero nos distraen de nuestra misión de compartir y vivir el Evangelio en nuestra generación. Estas peleas también dañan la salud espiritual de los nuevos creyentes (y de los viejos creyentes), quienes quedan atrapados en los argumentos. La madurez espiritual se refleja en nuestra humildad, amabilidad y sabiduría (entre otras cosas), al evitar las peleas.
Hay una alabanza de Marcos Vidal, que se llama "Cristianos". Si tienes la oportunidad, escúchala.
Señor Jesús, guarda mi vida de las peleas. Oro por tu sabiduría mientras enseño y llamo a otros a vivir en misión contigo.
2 Timoteo 1:10
"...y ahora lo ha revelado con la venida de nuestro Salvador Cristo Jesús, quien destruyó la muerte y sacó a la luz la vida incorruptible mediante el evangelio."
Vivimos en una cultura que promete la felicidad a través de posesiones, entretenimiento y experiencias. En los últimos días de la vida y el ministerio de Pablo, mientras está sufriendo encarcelamiento y acusaciones públicas por el evangelio, está proclamando una vida que es a la vez y por la eternidad en Cristo Jesús.
La revelación de la vida en Jesús se encuentra en el evangelio, y este evangelio está enfocado en la vida, muerte y resurrección de Jesús. Jesús ha destruido el poder de la muerte para realzar la vida. La vida eterna comienza con una relación con el Cristo Jesús resucitado. Muchas cosas prometen vida, ¡pero Jesús cumple!
Señor Jesús, gracias por tu vida trabajando en mí a través de tu Espíritu. Gracias por la revelación de la vida y la experiencia de la misma. Bendito seas.
1 Timoteo 6:12
"Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos."
Si la salvación es un don de Dios, que recibimos por fe, ¿por qué Pablo está llamando a Timoteo a pelear la buena batalla de la fe y a tomar la vida eterna a la que fue llamado?
La lucha es contra el tirón natural de nuestra carne y los caminos de este mundo que nos seducen para vivir por el momento y no por la eternidad. La vida eterna es tanto una realidad futura como presente. Tomamos la vida eterna ahora, cuando experimentamos la salvación por la fe en Jesucristo, y luego vivimos por Él.
Él es nuestra vida tanto ahora como por la eternidad. La riqueza en la tierra es una distracción cuando se convierte en un sustituto de la vida que encontramos en Jesús. Es Jesús quien da paz, libertad interior, esperanza, alegría y amor. Rendirse a la vida de Jesús, que es verdaderamente la vida, es un anticipo de la plenitud de la vida venidera.
Señor Jesús, tú eres mi vida. Gracias por tu Espíritu vivo dentro de mí y tu invitación a vivir para ti y contigo hoy.
2 Crónicas 23:16
"Luego Joyadá hizo un pacto con toda la gente y con el rey, para que fueran el pueblo del Señor."
El sacrificio de los animales y el derramamiento de sangre para el perdón del pecado se hacía cantando y regocijándose. Si bien el sacrificio tiene un costo, la alegría viene con el perdón y la libertad que trae el perdón de Dios.
¿Con qué alegría estamos viviendo mientras adoramos, damos nuestras ofrendas, rendimos nuestras vidas al ministerio y oramos por los propósitos de Dios en nuestros hijos?
¿Nos estamos sacrificando y rindiéndonos con alegría?
Señor Jesús, tu presencia, perdón y libertad merecen ser celebrados. Lléname con tu alegría mientras disfrutamos de tu presencia y adoración.
2 Reyes 8:11-12
"Luego Eliseo se quedó mirándolo fijamente, hasta que Jazael se sintió incómodo. Entonces el hombre de Dios se echó a llorar.
—¿Por qué llora mi señor? —le preguntó Jazael.
—Porque yo sé bien que vas a causarles mucho daño a los israelitas —respondió—. Vas a incendiar sus fortalezas, y a matar a sus jóvenes a filo de espada; despedazarás a los niños y les abrirás el vientre a las mujeres embarazadas."
Los israelitas se prostituían en los ídolos y el culto de la fertilidad de Baal, y aún eran dirigidos por Jezabel, que tenía mucha sangre inocente en sus manos. Los líderes israelitas habían tratado de matar a Eliseo, pero cuando Eliseo vio su destrucción, lloró por ellos. Eliseo lloró por Israel y su liderazgo porque los amaba.
¿Amamos a aquellos con quienes compartimos el evangelio?
¿Amamos a la Iglesia incluso si es la Iglesia la que nos ha perseguido?
¿Amamos a aquellos que han socavado nuestro ministerio y han tratado de dañar nuestra reputación?
¿Lloraríamos por ellos si supiéramos que el juicio los espera?
Sin amor, solo somos un "tambor resonante o un címbalo que suena". Los dones proféticos deben ser ejercitados con gran amor; sin amor, se vuelven egoístas y distorsionados.
Señor Jesús, me arrepiento por no amarte tanto como tú. Lléname con tu amor por aquellos a quienes sirvo, para tu gloria.
2 Crónicas 20:15
"Y dijo Jahaziel: «Escuchen, habitantes de Judá y de Jerusalén, y escuche también Su Majestad. Así dice el Señor: “No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes, sino mía."
Estas palabras proféticas de esperanza y estrategia se repiten en la historia de Israel varias veces. Dios llama a su pueblo del temor y desaliento, a un lugar de fe y total dependencia de Él.
Estas palabras de liberación se escucharon en un lugar de arrepentimiento y entrega total a Dios. Josafat y todo Judá volvieron sus ojos y toda su atención hacia el Señor.
¿Qué hubiera pasado si ellos mismos hubieran tratado de pelear esta batalla?
¿Qué nos pasa cuando luchamos carne y sangre?
En las batallas espirituales en las vidas de los discípulos de Jesús, los principios de la entrega total a Dios y la dependencia de su victoria son similares. Nos mantenemos firmes en nuestra fe en la obra terminada de Jesucristo en la cruz. No tememos ni vivimos con desánimo, nuestro Dios ha ganado la victoria.
Señor Jesús, te entrego todo a ti. Gracias por tu liberación y victoria sobre el pecado y la muerte. Mi vida es tuya.
2 Reyes 5:10-11
"Entonces Eliseo envió un mensajero a que le dijera: «Ve y zambúllete siete veces en el río Jordán; así tu piel sanará, y quedarás limpio».
Naamán se enfureció y se fue, quejándose: «¡Yo creí que el profeta saldría a recibirme personalmente para invocar el nombre del Señor su Dios, y que con un movimiento de la mano me sanaría de la lepra!"
¿Qué barreras tenemos que limitan nuestra experiencia del poder de Dios en nuestras vidas?
Naamán estaba orgulloso y comparó el río Jordán con los ríos de Damasco. Despreciaba la simple orden de "lavarse y ser limpiado".
¿En qué áreas de nuestras vidas el orgullo nos ha robado nuestra libertad y sanidad?
Giezi, el sirviente de Eliseo, codiciaba el dinero y la ropa que Naamán le había ofrecido a Eliseo. Él usó el poder de Dios para beneficiarse personalmente. Giezi valoró más el dinero que el poder de Dios y trajo un juicio sobre sí mismo y su familia.
¿Puede Dios confiarnos su poder, o nosotros también convertiremos ese poder en oportunidades para beneficio personal?
Eliseo valoró la presencia de Dios y el poder del Espíritu por encima de todo lo demás. Se convirtió en el siervo de Dios para mostrar la gloria de Dios.
Señor Jesús, me arrepiento por el orgullo, el deseo de ganancias egoístas y el menosprecio del poder de tu Espíritu en mi vida. Lléname con tu Espíritu, para tu gloria.
2 Reyes 2:1-2
"Cuando se acercaba la hora en que el Señor se llevaría a Elías al cielo en un torbellino, Elías y Eliseo salieron de Guilgal.
Entonces Elías le dijo a Eliseo:
—Quédate aquí, pues el Señor me ha enviado a Betel.
Pero Eliseo le respondió:
—Tan cierto como que el Señor y tú viven, te juro que no te dejaré solo.
Así que fueron juntos a Betel."
Hay una persistencia y una tenacidad de fe que Eliseo expresó que marcó su vida. Eliseo deseaba una herencia de bendición espiritual, no bendición material. Sabía que lo que se ve es temporal, pero lo que no se ve es eterno.
¿Cuán tenaces somos con respecto a las cosas de Dios y las cosas del Espíritu?
¿Perseguimos a Dios y a sus siervos para que nosotros también podamos aprender y recibir la impartición de las cosas de Dios?
Eliseo entendió que la impartición era mucho mejor que la información. La impartición de una doble porción del espíritu de Elías se quedaría con Eliseo durante toda la vida y afectaría todo lo que él haría. La información tendría valor por una temporada, pero no necesariamente lo transformaría.
¿Qué tipo de herencia y bendición estamos persiguiendo en el reino de Dios?
Señor Jesús, oro por una mayor impartición de tu Espíritu en mi vida, para tu gloria.
