Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 20 de febrero de 2019
EL ANCLA
Hebreos 6:18-19
"Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros.
Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario..."
La esperanza ofrecida en Cristo nos cuesta algo. Debemos huir de la falsa seguridad de vivir para este mundo y su aprobación, para buscar la recompensa eterna y la esperanza en Cristo. Tomamos esta esperanza por medio de la fe en Cristo. Confiamos en Jesús para nuestra salvación del pecado y para todo lo que necesitamos todos los días.
Jesús es nuestra vida. Es Jesús quien ahora se convierte en la parte de referencia fija de nuestras vidas, el ancla en la tormenta. Cuando nuestros pensamientos o emociones son azotados por vientos de duda, temor o tentación, miramos a Jesús y dependamos de Él. Solo Jesús es firme y seguro. Podemos tirar con fuerza de esta ancla para nuestra alma y encontrar un gran estímulo cuando más lo necesitamos. Si bien el costo de encontrar nuestra esperanza en Jesús es alto, ¡las recompensas y la fuerza que encontramos son aún mayores!
Señor Jesús, tú eres mi esperanza. Gracias porque tu presencia y tus promesas anclan mi alma y proporcionan fortaleza y ánimo hoy.
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