2 Crónicas 20:15
"Y dijo Jahaziel: «Escuchen, habitantes de Judá y de Jerusalén, y escuche también Su Majestad. Así dice el Señor: “No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes, sino mía."
Estas palabras proféticas de esperanza y estrategia se repiten en la historia de Israel varias veces. Dios llama a su pueblo del temor y desaliento, a un lugar de fe y total dependencia de Él.
Estas palabras de liberación se escucharon en un lugar de arrepentimiento y entrega total a Dios. Josafat y todo Judá volvieron sus ojos y toda su atención hacia el Señor.
¿Qué hubiera pasado si ellos mismos hubieran tratado de pelear esta batalla?
¿Qué nos pasa cuando luchamos carne y sangre?
En las batallas espirituales en las vidas de los discípulos de Jesús, los principios de la entrega total a Dios y la dependencia de su victoria son similares. Nos mantenemos firmes en nuestra fe en la obra terminada de Jesucristo en la cruz. No tememos ni vivimos con desánimo, nuestro Dios ha ganado la victoria.
Señor Jesús, te entrego todo a ti. Gracias por tu liberación y victoria sobre el pecado y la muerte. Mi vida es tuya.
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