viernes, 15 de febrero de 2019

POSIBLE RUINA



2 Crónicas 26:15-16
"Construyó en Jerusalén unas máquinas diseñadas por hombres ingeniosos, y las colocó en las torres y en las esquinas de la ciudad para disparar flechas y piedras de gran tamaño. Con la poderosa ayuda de Dios, Uzías llegó a ser muy poderoso y su fama se extendió hasta muy lejos.
Sin embargo, cuando aumentó su poder, Uzías se volvió arrogante, lo cual lo llevó a la desgracia. Se rebeló contra el Señor, Dios de sus antepasados, y se atrevió a entrar en el templo del Señor para quemar incienso en el altar."


Las semillas de una posible separación de Dios irónicamente se encuentran en la bendición que sigue a nuestra obediencia y fidelidad al Señor. 


Una vez bendecidos, podemos olvidar que fue Dios quien nos bendijo (con la salvación, con riqueza, con influencia) y a veces permitimos que el orgullo nos ciegue a los excesos o la infidelidad. El orgullo es una condición mucho más peligrosa que la necesidad o la oposición. El orgullo hace de Dios nuestro enemigo y le impide que nos advierta o nos escuche escuchar a Dios. La fama y el poder de Uzías engendraron orgullo y llevaron a la infidelidad. Sin embargo, la bendición de Dios también podría haberlo llevado a la gratitud, a la adoración y a una mayor dependencia de Dios.

¿Cómo respondemos a la bendición de Dios?

Señor Dios, todo lo que tengo viene de ti. Tú eres mi fuente y mi suficiencia. Gracias por tus dones y bendiciones. Me arrepiento del orgullo, quiero seguir el camino de gratitud y agradecimiento por todo lo que me has dado.

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