2 Timoteo 2:14
"No dejes de recordarles esto. Adviérteles delante de Dios que eviten las discusiones inútiles, pues no sirven nada más que para destruir a los oyentes."
Hay pocas peleas tan dolorosas como una pelea "religiosa". Hermanos y hermanas en la familia de Dios luchan juntos por los estilos de la música de adoración, el papel de las mujeres en el ministerio, el estilo de predicación y muchos otros temas...
Estos no son problemas de salvación, pero nos distraen de nuestra misión de compartir y vivir el Evangelio en nuestra generación. Estas peleas también dañan la salud espiritual de los nuevos creyentes (y de los viejos creyentes), quienes quedan atrapados en los argumentos. La madurez espiritual se refleja en nuestra humildad, amabilidad y sabiduría (entre otras cosas), al evitar las peleas.
Hay una alabanza de Marcos Vidal, que se llama "Cristianos". Si tienes la oportunidad, escúchala.
Señor Jesús, guarda mi vida de las peleas. Oro por tu sabiduría mientras enseño y llamo a otros a vivir en misión contigo.
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