Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 19 de febrero de 2019
JUSTICIA
Hebreos 5:12-14
"En realidad, a estas alturas ya deberían ser maestros, y sin embargo necesitan que alguien vuelva a enseñarles las verdades más elementales de la palabra de Dios. Dicho de otro modo, necesitan leche en vez de alimento sólido.
El que solo se alimenta de leche es inexperto en el mensaje de justicia; es como un niño de pecho.
En cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual."
La enseñanza esencial sobre la justicia en la que Pablo pasó los primeros ocho capítulos de su carta a los Romanos explicando es una verdad fundamental que todo seguidor de Jesús debe saber y vivir. Somos salvos por gracia, no por obras.
Jesús cumplió la ley y Él es nuestra justicia. Sin embargo, la distinción entre el bien y el mal no se comprende tan fácilmente. Sin el fundamento de rendir nuestra voluntad a la voluntad del Padre, negarnos a nosotros mismos y tomar nuestra cruz y seguir a Jesús, no tenemos puntos de referencia para considerar lo que es bueno o malo. Si bien nuestras elecciones relacionadas con el bien o el mal no afectarán nuestra salvación, afectarán nuestra transformación o santificación.
Señor Jesús, enséñame a vivir para el bien así como tú lo hiciste, para tu gloria.
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