Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 10 de abril de 2019
ANUNCIO PROFÉTICO
Jeremías 51:61-64
"Jeremías le dijo a Seraías: «En cuanto llegues a Babilonia, asegúrate de leerles todas estas palabras.
Luego diles: “Señor, tú has dicho que vas a destruir este lugar, y que lo convertirás en una desolación perpetua, hasta que no quede en él un solo habitante, ni hombre ni animal”.
Cuando termines de leer el rollo, átale una piedra y arrójalo al Éufrates.
Luego diles: “Así se hundirá Babilonia, y nunca más se levantará del desastre que voy a traer sobre ella”»."
Los juicios de Dios de las naciones y los reinos no son eventos aleatorios, sino decisiones tomadas en la sala del trono del cielo que luego son proclamados en la tierra por los siervos de Dios que lo escuchan y oran. Jeremías vivió para los propósitos de Dios antes que los propósitos de su nación. Jeremías no solo escribió las palabras que Dios le dio, sino que las proclamó en Babilonia como una acción profética. El pergamino fue arrojado al Eufrates como una declaración profética.
¿Las acciones proféticas todavía son requeridas por el Señor hoy?
¿Dios todavía comparte sus planes con sus siervos para que podamos orar?
¿Los propósitos del reino de Dios prevalecerán hoy sobre el orgullo y la construcción nacional del reino de los hombres?
Señor Jesús, que venga tu reino y se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo; en mi vida glorifícate, amén.
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