Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 24 de julio de 2019
¿CUÁNDO HAY QUE HUIR?
1 Timoteo 6:11-12
"Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de todo eso, y esmérate en seguir la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia y la humildad.
Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos."
Cuando encontramos nuestra vida en Dios, somos libres de perseguir las cualidades que le dan gloria. La tentación de encontrar nuestra seguridad en la riqueza se opone directamente a la satisfacción y la paz que tenemos en Jesús.
Nuestros corazones no pueden perseguir la piedad y la riqueza sin volverse en conflicto propio. Para perseguir la justicia y el amor, debemos perseguir a Cristo. Él es nuestra seguridad, nuestra esperanza y nuestro futuro eterno. Por Jesús vale la pena luchar cuando nuestra fe es atacada por la duda, por el miedo, por la codicia o por cualquier otra distracción, debemos resistir y volver a enfocar nuestros ojos en Jesús. Él es nuestra vida.
Señor Jesús, oro por la gracia para huir de las cosas que me distraen de la fe en ti, y la gracia de perseguirte con todo mi corazón este día.
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