martes, 2 de julio de 2019

LA GRACIA DE DAR




2 Corintios 8:7
"Pero ustedes, así como sobresalen en todo —en fe, en palabras, en conocimiento, en dedicación y en su amor hacia nosotros—, procuren también sobresalir en esta gracia de dar."


La gracia de dar comienza con la entrega de nuestras vidas a Dios. Así como Jesús se ofreció a la voluntad de su Padre para la salvación de los demás, también tenemos el privilegio de depositar las riquezas y las posiciones que hemos recibido por la misión de Dios. Nuestros recursos, cuando nos entregamos a Dios, se convierten en expresiones de su gracia en la vida de los demás. 


Cualquier cosa que no podamos dar tiene el potencial de controlarnos. La gracia de dar comienza con nuestras vidas y luego se extiende a todo lo que tenemos y todo lo que somos. El evangelio lleva esta gracia de dar en su esencia. Para aquellos que comparten y viven el evangelio, la gracia de dar se vuelve normal.

Jesús, gracias por tu generosidad conmigo en la salvación. Oro por esa misma generosidad sacrificial en lo que doy y en donde invierto mi vida, para tu gloria.

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