Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 5 de julio de 2019
HÁGASE SU VOLUNTAD
Mateo 7:21
"»No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino solo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo."
Las oraciones, el uso del nombre de Jesús, los rituales religiosos o la asistencia al servicio no significan que conozcamos a Jesús o, lo que es más importante, que Él nos conoce.
Si conocemos a Jesús, hemos encontrado a Cristo o empezamos una relación con Dios, todos podrían ser ejercicios de autoengaño, aunque bien intencionados.
¿Jesús nos conoce?
¿Hemos cumplido con sus condiciones para ingresar al reino de los cielos (más allá de la membresía de la iglesia)?
La voluntad del Padre requiere que rindamos nuestra propia voluntad, no solo nuestro pecado. "No se haga mi voluntad, sino que se haga tu voluntad, en mi vida, en la tierra, como en el cielo", se convierte en nuestra oración. Jesús quiere conocernos, en sus términos, no en los nuestros.
Dios Padre, tu voluntad se haga en mi vida, para tu gloria.
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