Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 14 de febrero de 2020
EN NINGÚN OTRO HAY SALVACIÓN
Hechos 4:12
"De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos»."
¿Qué pasa con aquellos que nunca han oído hablar de Jesús?
Jesús fue claro acerca de las reglas para recibir la salvación cuando dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí ”(Jn 14:6). Y al hablar de Jesús, el apóstol Pedro dijo en este pasaje: "La salvación no se encuentra en nadie más, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a la humanidad por el cual podamos ser salvos".
Además, todas las personas tienen que responderle a Dios si han "escuchado" sobre Él o no (ver He. 9:27). La Biblia dice que Dios se ha revelado claramente en la creación (ver Ro 1:19-20) y que ha "puesto la eternidad en el corazón humano" (Ecl 3:11). Esto significa que las personas ven a su alrededor la evidencia de Dios y sienten dentro de sí mismas la verdad de que están destinadas a algo más que este mundo. Dios no es el problema; la humanidad LO es. Debido al pecado, las personas rechazan este conocimiento de Dios y se rebelan contra su voluntad (ver Ro 1:21-23). Es solo por la gracia de Dios (ver Ef 2:8-9) que Él salva a las personas de sus propios deseos pecaminosos (ver Ro 1:24 - 32).
Cómo Dios desarrolla su plan es misterioso y complicado. Tenemos nuestras ideas de lo que significa que Jesús sea "el camino", pero Él no está obligado por nuestro entendimiento. Dios trabaja para lograr sus objetivos de maneras que nunca veremos o comprenderemos. La amplitud de la misericordia de Dios y la tenacidad de su amor está más allá de nuestra capacidad intelectual.
Jesús es central en la historia de la redención. Pero Dios recompensa a quienes lo buscan (ver Heb 11:6). Nuestra misión es ayudar a quienes lo buscan y asegurarnos de que quienes aún no hayan respondido al llamado de Dios escuchen y entiendan el evangelio (ver Mt 28:19-20; Hch 1: 8). Dios siempre actúa con justicia; nunca actúa de manera injusta o injusta (ver Dt 32: 4). Podríamos estar sorprendidos por la lista final del cielo. Afortunadamente, es Dios, no nosotros, quien resolverá los detalles en el caso de cada persona.
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