Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 24 de junio de 2020
FUEGO DE DIOS
Números 11:1-3
"Un día, el pueblo se quejó de sus penalidades que estaba sufriendo. Al oírlos el Señor, ardió en ira y su fuego consumió los alrededores del campamento.
Entonces el pueblo clamó a Moisés, y este oró al Señor por ellos y el fuego se apagó.
Por eso aquel lugar llegó a ser conocido como Taberá, pues el fuego del Señor ardió entre ellos."
Los israelitas eran propensos a quejarse contra el Señor y sus líderes ungidos. En una etapa anterior, solo tres días después de su milagrosa liberación del ejército egipcio en el Mar Rojo, murmuraron contra Dios porque carecían de agua (Ex 15:22-24). Aquí, después de otro viaje de tres días, se quejaron nuevamente (por razones no especificadas). Sus quejas demostraron una falta de confianza en Dios para satisfacer las necesidades de su pueblo, a pesar de que siempre se había preocupado por ellos. Este acto de rebelión requirió el juicio de Dios, que vino en forma de fuego del Señor que consumió a algunas personas. Los atributos duales del juicio de Dios y su misericordia están en exhibición. Algunas de las personas en las afueras del campamento fueron destruidas, pero no todas las personas en todo el campamento. El fuego del Señor es tanto un acto de juicio como una advertencia para toda la nación.
El fuego es simbólico del juicio de Dios contra la contaminación del pecado (Gén 19:24). Durante su ministerio terrenal, dos de los discípulos de Jesús le preguntaron si debían invocar fuego del cielo para consumir una aldea samaritana inhóspita. Jesús, sin embargo, reprendió a los discípulos (Lucas 9:51-55).
El día venidero del Señor, al final de esta era, estará marcado por el mismo fuego de juicio (2 Pedro 3:10). Este fuego purgará la tierra y todas las cosas creadas de la contaminación provocada por el pecado. Los que permanecen hostiles a Dios serán destruidos y arrojados "al horno ardiente, donde habrá llanto y crujir de dientes" (Mt 13:49 - 50).
Estas advertencias funestas funcionan como el fuego que se ve en Números 11. Demuestran la santidad inigualable de Dios y su odio total a los pecados que dañan su buen orden creado. Sin embargo, Dios en su bondad le da tiempo a aquellos que no lo conocen para creer. Su Palabra insta a las personas a volverse hacia Él mientras todavía es "Hoy" (Heb 3:12 - 13). Además, se insta a los creyentes a dar a conocer a Jesús a quienes no lo conocen. El Señor desea que nadie en la tierra perezca (Jn 3:16; 2Pe 3:9).
Jesús, gracias por tu bondad y por tu paciencia con nosotros. Oro para que las personas en mi vida que no te conocen se vuelvan a ti hoy, antes de que sea demasiado tarde. Pon un sentido de urgencia en mi corazón y en el de ellos. Amén.
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