Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 19 de junio de 2020
GLORIA
Éxodo 33:18-19
"—Déjame verte en todo tu esplendor —insistió Moisés.
Y el Señor le respondió:
—Voy a darte pruebas de mi bondad, y te daré a conocer mi nombre. Y verás que tengo clemencia de quien quiero tenerla, y soy compasivo con quien quiero serlo."
Moisés hizo una asombrosa solicitud. Le pidió a Dios que le mostrara su gloria. La palabra "gloria" transmite la idea de peso, significado o importancia. En resumen, la gloria de Dios es la suma total de todas las cosas que lo hacen Dios. Dios, en un acto de gracia, aceptó la solicitud de Moisés y le brindó una breve y pasajera visión de su valor y majestad eternos, demostrando su poder, su amor a su siervo elegido y su llamado a Moisés para llevar a Israel a la tierra prometida.
Uno pensaría que este tipo de exposición a la gloria de Dios estaría reservado solo para los grandes líderes de la Biblia, personas como Abraham, José, Moisés o David. Sin embargo, Dios realmente proporciona a todos los cristianos una muestra cada vez mayor de su gloria (2 Cor 4:6). Pero este atisbo de gloria no es físicamente observable ahora. En cambio, el Espíritu de Dios cautiva los corazones de los creyentes con la gloria de Dios, inundándolos con la luz de Cristo y permitiéndoles ver la majestad de Dios demostrada en la persona y obra de Jesucristo. Este atisbo de gloria es la base para amar a Dios, renunciar al pecado y servir en la misión de Dios en el mundo.
Jesús, gracias por hacerme posible experimentar la gloria de Dios a diario. Ayúdame a responder a esta gloria amándote y sirviéndote todos los días. Amén.
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