miércoles, 8 de julio de 2020

INTERCESIÓN PERFECTA



Hebreos 7:23-25
"Ahora bien, como a aquellos sacerdotes la muerte les impedía seguir ejerciendo sus funciones, ha habido muchos de ellos; 
pero, como Jesús permanece para siempre, su sacerdocio es imperecedero. 
Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de Él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos."

Moisés intercedió ante Dios en nombre de la gente en una oración sacerdotal, pidiéndole que ceda ante la destrucción de la nación basándose en tres factores. 

Primero, Dios acababa de liberar a la nación de Israel de Egipto, y no podía abandonarlos ahora. Segundo, el faraón se enteraría de la destrucción de la nación y creería que Egipto, de hecho, había salido victorioso y que el plan de Dios era sacarlos de Egipto para matarlos. Tercero, Dios había prometido mantener su pacto con su pueblo, y no podía revertir sus promesas. La oración de Moisés demostró su comprensión de la severidad del pecado del pueblo, su conocimiento de la gloria del Señor y su celo por su pueblo.

La oración intercesora de Jesús en el jardín la noche en que fue traicionado sigue este mismo patrón (Jn 17). Conociendo la realidad de la vida en un mundo caído, le pidió a Dios que protegiera a su pueblo, lo protegiera del enemigo, le demostrara su amor y lo transformara por medio de su Palabra. El autor de Hebreos declaró que Jesús, como el intercesor sin pecado e Hijo de Dios, ha resucitado y ha ascendido a la diestra del Padre para que pueda suplicar por las necesidades de su pueblo (Hebreos 7:23-25).

Jesús, es tan reconfortante pensar que cuando enfrentaste la crucifixión, hiciste tiempo para orar por mí. Gracias por interceder en mi nombre. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario