Números 14:19
"Por tu gran amor, te suplico que perdones la maldad de este pueblo, tal como lo has venido perdonando desde que salió de Egipto»."
Un destacado canadiense habló sobre la interdependencia de su país y Estados Unidos. Dijo: "Económicamente, cuando Estados Unidos estornuda, Canadá se resfría". Si bien algunos pueden oponerse a una dependencia tan estrecha, tenemos que reconocer que todas las naciones están inevitablemente entrelazadas en una dependencia mutua. En esencia, la raza humana debe permanecer unida o no sobrevivirá.
Moisés pareció sentir este tipo de dependencia de la gente de su pequeña nación. Dependía de su supervivencia, ya que había vinculado su propia fortuna con el pueblo escogido de Dios. En Cadés, oró para que Dios los perdonara y les concediera misericordia a pesar de su infidelidad (Números 14: 13-19). Él predijo vergüenza nacional si Dios no cumplía sus promesas a Israel.
La súplica de Moisés por su pueblo podría considerarse un modelo para nuestras oraciones. A menudo, oramos por problemas o deseos personales. Con demasiada frecuencia, descuidamos nuestra mayor responsabilidad de orar para que el avivamiento llegue a nuestras naciones. Moisés tenía razón al pedir perdón por su pueblo.
Hoy, sigamos su ejemplo y oremos por nuestras naciones, nuestros líderes y ciudadanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario