Josué 1:5
“Como estuve con Moisés, estaré contigo”
Cuando
se les preguntó a algunos empresarios cuáles eran las características
de un buen aprendiz, respondieron que, al contratar a un nuevo empleado,
ellos buscan a «alguien que quiera aprender».
En
la Biblia, Josué es un buen ejemplo de esa clase de aprendiz.
Recordamos a Josué marchando alrededor de los muros de Jericó. También
tuvo algunas responsabilidades importantes como espía (Números 13:16) y
guerrero (Éxodo 17:10). Pero a menudo estuvo a la sombra de otra persona
-Moisés. Durante cuarenta años, Josué sirvió a Moisés como su
asistente, asesor y aprendiz (Éxodo 24:13).
Dios
se toma Su tiempo para prepararnos para el servicio. Algunas veces, ese
periodo de espera es tan valioso como el aprendizaje de todas las
estrategias y las metas necesarias. Josué observó la fe de Moisés en
Dios. Aprendió lo que significaba ser humilde (Números 12:3), cómo
recibir instrucción (Éxodo 17:10) y cómo ser un verdadero siervo de Dios
(Josué 1:1; 24:29). Incluso una muestra de la furia de Moisés (Números
20:7-12) fue una oportunidad para observar y aprender. Al pasar tiempo
con Moisés, Josué aprendió cosas que no se podían leer en un libro.
Josué
estaba a punto de convertirse en un líder. Y cuando llegó el momento,
él pudo confiar en la promesa que Dios le había hecho: «como estuve con
Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé» (Josué 1:5).
Una persona que no está dispuesta a seguir no está preparada para guiar.
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