viernes, 4 de julio de 2014

APRENDIENDO


Josué 1:5
“Como estuve con Moisés, estaré contigo”

Cuando se les preguntó a algunos empresarios cuáles eran las características de un buen aprendiz, respondieron que, al contratar a un nuevo empleado, ellos buscan a «alguien que quiera aprender».

En la Biblia, Josué es un buen ejemplo de esa clase de aprendiz. Recordamos a Josué marchando alrededor de los muros de Jericó. También tuvo algunas responsabilidades importantes como espía (Números 13:16) y guerrero (Éxodo 17:10). Pero a menudo estuvo a la sombra de otra persona -Moisés. Durante cuarenta años, Josué sirvió a Moisés como su asistente, asesor y aprendiz (Éxodo 24:13).

Dios se toma Su tiempo para prepararnos para el servicio. Algunas veces, ese periodo de espera es tan valioso como el aprendizaje de todas las estrategias y las metas necesarias. Josué observó la fe de Moisés en Dios. Aprendió lo que significaba ser humilde (Números 12:3), cómo recibir instrucción (Éxodo 17:10) y cómo ser un verdadero siervo de Dios (Josué 1:1; 24:29). Incluso una muestra de la furia de Moisés (Números 20:7-12) fue una oportunidad para observar y aprender. Al pasar tiempo con Moisés, Josué aprendió cosas que no se podían leer en un libro.

Josué estaba a punto de convertirse en un líder. Y cuando llegó el momento, él pudo confiar en la promesa que Dios le había hecho: «como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé» (Josué 1:5).

Una persona que no está dispuesta a seguir no está preparada para guiar.

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