Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 8 de julio de 2014
TE DARÉ DESCANSO
Pronto seré padre por primera vez, y cuando visualizo esa misión de la paternidad, me imagino a las "grandes personas" que mis hijos algún día pudieran llegar a ser. Pienso en sus pasiones y sueños. Pienso en lo que recordarán de nuestra casa. Yo quiero que sean libres de ser lo que son y convertirse en adultos seguros. Quiero que su infancia sea llena de gozo. También quiero que aprendan cómo perseverar cuando los tiempos son difíciles. Quiero que conozcan a Jesús y que vivan para Él. Oh, como deseo lo mejor para ellos....
Entonces empiezo a pensar cómo vamos a llegar del punto A al punto B, y ¿qué pasa con todas esas cosas en el medio? Antes de darme cuenta me encuentro respirando con dificultad y sudando, y me pregunto, "¿Cuándo voy a poder descansar otra vez? ¿Y si lo hago mal? ¿Y si no soy un buen padre?"
La paternidad no es poca cosa. Estas pequeñas vidas tendrán un impacto en este mundo. ¡Ay, eso es intenso. Hay tanto que hacer!
Moisés tenía una misión también. Dios lo llamó para guiar a su pueblo, a sus hijos, a la Tierra Prometida.
Éxodo 33:12-13.
"Moisés le dijo al Señor:
—Tú insistes en que yo debo guiar a este pueblo, pero no me has dicho a quién enviarás conmigo. También me has dicho que soy tu amigo y que cuento con tu favor. Pues si realmente es así, dime qué quieres que haga. Así sabré que en verdad cuento con tu favor. Ten presente que los israelitas son tu pueblo."
Me encanta Moisés. Suena tan humano aquí ... como yo.
La respuesta de Dios es la esperanza que estamos anhelando.
Éxodo 33:14
"Yo mismo iré contigo y te daré descanso —respondió el Señor."
¡DESCANSO! ¡Ahí está! Vamos a encontrar la seguridad en SU presencia. Él irá personalmente con nosotros. CON nosotros. Tengo muchas ganas de que puedas comprender esto. Nuestro Dios no mira a la distancia. Nuestro Dios está aquí. Ahora mismo.
Entonces Moisés continúa con sus travesuras humanas.
Éxodo 33:15-18.
"O vas con todos nosotros —replicó Moisés—, o mejor no nos hagas salir de aquí. Si no vienes con nosotros, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor? ¿En qué seríamos diferentes de los demás pueblos de la tierra?
—Está bien, haré lo que me pides —le dijo el Señor a Moisés—, pues cuentas con mi favor y te considero mi amigo.
—Déjame verte en todo tu esplendor —insistió Moisés."
Las palabras de Moisés reflejan un corazón cansado e incluso algo desesperado. Totalmente llegado al máximo y al final del mismo. He estado allí.
Escucho mi propia voz mientras leía ese pasaje. He dicho estas palabras casi textualmente. "Si Tú no vas personalmente con nosotros, que no nos vayamos de este lugar." Cada día estamos llamados a dejar nuestro orgullo y vivir con humildad. Algo que sin duda no se puede intentar sin el Señor.
Nuestro Dios es compasivo y comprensivo. Sabía que Moisés necesitaba paz tangible. Así que El lo escondió en la hendidura de una roca con su mano poderosa y le permitió echar un vistazo a su gloria.
No te preocupes, papá. No te preocupes, mamá: Cuando nosotros estamos escondidos en la mano de Dios y rodeados de SU presencia, seguramente vamos a experimentar Su gloria y encontrar todo lo demás que necesitamos para el camino.
¡Así es!
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