jueves, 31 de julio de 2014

DIOS, QUÉDATE EN MI CABEZA


Gálatas 1:6
"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente"

Hace mucho tiempo leí una reflexión que iniciaba con la frase «Dios, quédate en mi cabeza». Es cierto que quizás parezca y suene un poco extraño, pero realmente sería algo impactante para nuestras vidas y las de los demás si en todo lo que hacemos y decimos reflejamos que estamos pensando en Dios. El caso contrario es nefasto: Si todo lo que hacemos y decimos reflejan que Dios no está en nosotros.


Observemos, por ejemplo, a los primeros cristianos. Falsos maestros llenaron sus cabezas con información errónea, diciendo que la salvación y el crecimiento espiritual sólo podían obtenerse observando los requerimientos de la ley. Cuando Pablo lo supo, quedó atónito de cuán rápido se habían apartado del camino: «Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo» (Gálatas 1:6).

No son sólo falsos maestros los que nos extravían. Nuestro mundo está lleno de pensamientos torcidos, tales como, «si se te hace sentir bien, adelante», o «El que tiene más juguetes gana». Enfrentémoslo, tú y yo no podemos darnos el lujo de dejar nuestro intelecto fuera. De hecho, la intimidad con Dios comienza con llegar a conocerle, y son los hechos acerca de Él los que hacen que queramos acercarnos a Él.

Así que, por muy extraño que suene, si quieres mantenerte en el camino con Jesús, ¡comienza cada día pidiéndole que se quede en tu cabeza!

Para mantenerte en el camino, deja que Dios guíe tu pensamiento.

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