Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
sábado, 27 de septiembre de 2014
LEY DE SIEMBRA Y COSECHA
Gálatas 6:7"No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará"
Justo ahora en algún lugar en el mundo, algún agricultor está echando semillas en la tierra. Pronto esas semillas comenzarán a cambiar el lugar donde fueron plantadas. El suelo cuidadosamente preparado que hoy parece vacío se convertirá en un campo listo para la cosecha.
De igual modo, los buenos propósitos que se hacen cada año pueden ser semillas echadas para alterar el paisaje de la vida para los demás y nosotros mismos. Un hombre muy famoso, quizás lo has escuchado: San Francisco de Asís hizo esta oración hace años:
"Señor, haz de mí un instrumento de Tu paz. Donde haya odio, déjame plantar amor; donde haya daño, perdón; donde haya duda, fe; donde haya desesperación, esperanza; donde haya tinieblas, luz; y donde haya tristeza, gozo."
El agricultor que siembra trigo jamás se sorprende cuando brota la espiga del suelo donde ha sido plantada. Así es la ley universal de la siembra y la cosecha: «No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará» (Gálatas 6:7). Nuestra naturaleza pecaminosa dice: «Complácete», mientras que el Espíritu nos insta a agradar a Dios (v. 8).
Hoy es tiempo de plantar. Dios ha prometido: «A su tiempo segaremos, si no desmayamos» (v. 9).
Siembra hoy lo que quieras cosechar mañana.
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