sábado, 6 de septiembre de 2014

REFRENA TUS LABIOS


Proverbios 10:19
 “El que refrena sus labios es prudente”

¿Quién no recuerda las palabras que recibió de sus padres cuando era niño? Quizás no todas, pero sí hubo muchas que marcaron nuestras vidas. Para bien o para mal, lo han hecho. Mucha gente vive frustrada porque nunca recibió una palabra de afirmación de sus padres y por otra parte, muchos encontraron el propósito de vida gracias a una palabra decisiva dicha aunque haya sido varios años atrás. Una poetisa, llamada
Emily Dickinson dijo una vez: «Algunos dicen que una palabra está muerta cuando se pronuncia. Yo digo que ése es el día cuando recién comienza a vivir».

 
Puede que las palabras que digamos tengan consecuencias a largo plazo. Nuestros comentarios, nuestros cumplidos e incluso nuestras duras críticas pueden quedarse pegadas al oyente por décadas.

No es de sorprender que las Escrituras digan: «El que refrena sus labios es prudente» (Proverbios 10:19). Las palabras que decimos hoy siguen vivas. Asegurémonos que provengan de «la lengua del justo» (v. 20).

La lengua es un órgano pequeño que puede crear discordia o armonía. ¿Qué tipo de palabras dicen a los que te rodean?

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