jueves, 25 de septiembre de 2014

LOS AÑOS PASAN, EL AMOR DE DIOS NO




Salmo 71:9 
 "No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares"

El proceso de envejecimiento: Aprendemos de nuestro pasado para vivir nuestro presente —una lección sobre la que el salmista hace esta reflexión: «Porque tú, oh Señor, mi Dios, eres mi esperanza, seguridad mía desde mi juventud» (Salmo 71:5). Continúa, «en ti he sido sustentado desde el vientre; de las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; de ti será siempre mi alabanza» (v. 6). Al mirar atrás, el salmista claramente vio la fidelidad de Dios. Con confianza en dicha fidelidad, pudo enfrentar el futuro y sus incertidumbres —y nosotros también podemos hacerlo.

Digamos junto con el salmista: «Yo te alabaré... tu verdad cantaré... oh Santo de Israel» (v. 22).


A medida que los años se suman, la fidelidad de Dios se sigue multiplicando.

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