Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
jueves, 4 de septiembre de 2014
¿RESPIRAS? ¡ALÁBALE!
Salmo 150:6
“Todo lo que respira alabe a JAH”
Si tomase un puñado de tierra y lo soplara, todo lo que conseguiría de ello sería que algo se ensuciase. Pero cuando Dios lo hizo, obtuvo un ser humano vivo y respirando capaz de pensar, sentir, soñar, amar, reproducirse y vivir para siempre.
Como yo soy uno de esos seres humanos, uso expresiones tales como “se me corta” la respiración, que “contengo” el aliento, o que es mejor “no gastar” aire, pero eso son sólo expresiones idiomáticas del lenguaje. Me es imposible no gastar aire y guardarlo para usarlo después. Si no uso el aire que tengo ahora, lo perderé y puede que incluso pierda la consciencia.
Cuando Dios sopló aliento de vida en Adán, le dio más vida; le dio una razón para vivir: ¡Adorar! Tal y como lo dijo el salmista: “Todo lo que respira alabe a JAH” (Salmo 150:6).
Esto significa que desperdiciamos nuestro aire cuando lo usamos para algo que no honra a Aquel en quien “vivimos, y nos movemos, y somos” (Hechos 17:28).
Aunque no podemos soplarle vida a un puñado de tierra, podemos usar nuestro aliento para pronunciar palabras de consuelo, cantar cánticos de alabanza y correr a ayudar a los enfermos y a los oprimidos. Cuando usamos nuestro aliento para honrar a nuestro Creador con nuestra combinación única de talentos, habilidades y oportunidades, jamás desperdiciaremos el aire.
Todo lo que soy y lo que tengo se lo debo a Jesús. ¿Es tu sentir? ¡Entonces alábale con tu vida y obediencia!
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