jueves, 11 de septiembre de 2014

MAGNÍFICO DIOS


Salmo 66:5
 "Venid, y ved las obras de Dios, temible en hechos sobre los hijos de los hombres"

La palabra magnífico se escucha mucho por todos lados en estos días. Al hablar de automóviles, películas, canciones o comida, no faltará alguien que diga: «¡Eso es magnífico!»

Pero si llamamos magníficas a cosas que son terrenales y luego llamamos magnífico a Dios, disminuimos lo verdaderamente magnífico que Él es. 


Trivializar a Dios no es asunto trivial en absoluto. Él es muchísimo más que un compañero que encaje en nuestro «sistema de colegas» o algún cajero automático que responda a nuestros impulsos. Sólo dejaremos de estar demasiado impresionados con nosotros mismos y de perder el gozo de pertenecer a un Dios magnífico cuando nos quedemos atónitos ante Su magnífico carácter.

Una mirada a los Salmos lo pone todo en perspectiva. Un salmista declara: «Porque el SEÑOR Altísimo es temible; Rey grande sobre toda la tierra» (Salmo 47:2). Y otro salmo da este mandamiento: «Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras!... Venid, ved las obras de Dios, temible en hechos sobre los hijos de los hombres» (Salmo 66:3,5).

¿Qué podría ser más magnífico que el amor que llevó a Jesús a ir a la cruz por nosotros? ¡Colócale en el lugar que le corresponde como el Único que es verdaderamente magnífico y alaba a Dios por Su magnífica obra en tu vida!


Si estás demasiado impresionado contigo mismo, échale una mirada más de cerca al carácter magnífico de Dios.

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